Actitudes de semilla de mala hierba, y problemas de raíz que sabotean tu vida y ministerio.

¿Te encuentres en medio de un proceso de Dios?  Romanos 11:22 declara, «…toma en cuenta la bondad y la severidad de Dios.»

La bondad de Dios se manifiesta en que nos otorga de Sus dones y nos llama a servirle. ¡Qué privilegio!  Su severidad se revela en el proceso de prepararnos para que seamos dignos y competentes para ser comisionados a ese llamado.  Entre el llamado y el tiempo de comisión siempre hay una serie de procesos.

Este es un principio que se aplica a todo cristiano, especialmente a todo aquel que tiene un llamado al ministerio.  A pesar de tu llamado individual, todos tenemos más potencial que alcanzar en Dios y todos somos llamados a ser hechos conformes a la imagen de Cristo (Rom. 8:29).

No podemos ignorar que el diablo también está enterado de tu potencial y busca sabotearte. En la parábola del trigo y de la cizaña…  “mientras durmieron” un enemigo vino y sembró cizaña entre el trigo (Mateo 13).  Nadie se dio cuenta hasta que brotó y comenzó a crecer. Esa tierra tuvo que someterse a un proceso largo para eliminar la cizaña del campo.

De la misma forma, tienes un enemigo que busca abortar o limitar la eficacia de tu testimonio o ministerio, y espera los tiempos cuando estás dormido o distraído para sembrar semilla mala. La semilla mala, sin ser tratada y eliminada, se desarrolla en problemas de raíz, y produce toda clase de fruto malo que puede limitar severamente o hasta abortar a un ministerio por completo.

¿Cuáles son las actitudes de semilla mala? ¿Cómo sabemos si ya se convirtió en un problema de raíz? ¿Cuál es el remedio de Dios?  ¿Cómo podemos someternos al proceso de Dios, ser restaurado, y avanzar?

En esta serie vamos a investigar las vidas de diferentes personajes bíblicos para identificar los problemas de raíz y actitudes negativas que les impidieron en sus ministerios y cómo nosotros podemos evitar esas mismas trampas y permitir que Dios nos siga moldeando para hacernos conformes a la imagen de Cristo.

Le comparto una nueva serie de enseñanzas basadas en la primera parte del libro por el Dr. Bill Hamon, «Los Profetas, Peligros y Principios».

Aquí está el video de la primera parte de la serie:

 

Para ver la lista de la serie completa de 14 partes, sigue este link:

https://www.youtube.com/playlist?list=PLZSO6hYMnUYXRU-RzygiOu-4xo4meXVmr

 

 



7 Pasos Prácticos para ver su Cumplimiento

CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL – PARTE 3

7 Pasos Prácticos para ver su Cumplimiento

Esta es la TERCERA PARTE de tres enseñanzas acerca de cómo responder a la profecía personal. En esta última parte voy a destacar ocho pasos prácticos que puedes implementar para responder bíblicamente a tus profecías personales para ver el cumplimiento.

En la primera parte yo compartí cómo el vocero humano y falible pueda afectar a la profecía, y por qué tenemos que juzgar las profecías.  La segunda parte examina la naturaleza de la profecía personal. Recomiendo que te tomes el tiempo de leer toda la serie. Al final ofreceré los enlaces para las primeras dos partes.

SIETE PASOS PRÁCTICOS EN RESPUESTA A UNA PROFECÍA PERSONAL

1) ESCRIBA LA PROFECÍA SOBRE UN PAPEL

«Escribe la visión y grábala claramente en tablas para que corra el que las lea.» Habacuc 2:2

Cuando transcribes una profecía, te ayuda mucho porque así puedes leer y analizar el contenido de la profecía sin la voz y la personalidad de la persona que te profetizó. Podrás ver, entonces, precisamente qué fue declarado en la profecía.

Es por eso por lo que, en Christian International, insistimos que grabemos todas las profecías personales. Si creemos que Dios nos está hablando, ¡entonces queremos tener alguna forma de documentar lo que nos dijo!

Cuando tienes una transcripción de la profecía, puedes juzgarla con mayor precisión. Si la profecía no está grabada, entonces estás a merced de tu memoria. No podemos recordar cada palabra pronunciada y, como seres humanos, tendemos a escuchar lo que queremos en vez de lo que Dios quería decirnos. Además, tendemos aplicar y acomodar la profecía a nuestro gusto, ¡y ambas tendencias son peligrosas!

2) JUZGA LA PROFECÍA CONFORME A PRINCIPIOS BÍBLICOS Y EL TESTIMONIO DEL ESPÍRITU SANTO

El Testimonio de la Escritura. (2ª Timoteo 3:16; Salmo 89:34; Hebreos 13:8; Malaquías 3:6; Gálatas 1:8). Toda profecía personal está sujeta a la Santa Biblia (2ª Pedro 1:20). Dios no se contradice. Si la profecía no está de acuerdo con los principios bíblicos y la doctrina de los apóstoles del Nuevo Testamento, no es de Dios.

Dios nunca te instruirá a romper uno de Sus principios bíblicos establecidos. Dios nunca te instruirá a divorciarte de tu pareja, sino a vivir en fidelidad y guardar los pactos, porque Él ya ha establecido, «lo que Dios juntó, no lo separe el hombre» (Mateo 19:6).

Dios nunca te instruirá para calumniar a otros o dividir una congregación para lanzar tu propio ministerio (Efesios 4:1-3). Dios nos ha mandado honrar a los que están en autoridad y buscar la paz con todos tanto como sea posible (2 Timoteo 2:1-3; Romanos 12:18). Cristo quiere edificar su Iglesia, no dividirla (Mateo 16:18).

El Testimonio del Espíritu Santo.

De la misma manera que el Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu humano redimido de que somos hijos de Dios (Romanos 8:16), el Espíritu Santo puede dar testimonio a nuestro espíritu cuando una profecía, o una porción de una profecía personal, es de Dios o no.

Normalmente, el testimonio del Espíritu Santo viene en forma de una paz interior e inexplicable. Tu mente aún puede tener preguntas. Es posible que no tengas idea de cómo se podría cumplir la profecía, pero si es de Dios, habrá una paz inexplicable y una confianza de que Dios, de alguna manera, lo cumplirá.

TESTIMONIO PERSONAL – Hace muchos años, Dios dio a mi esposa y a mí una profecía diciendo que nos daría una casa propia. La profecía fue confirmada múltiples veces. No sabíamos cómo se podía cumplirse, pues en lo natural era imposible. No obstante, sabíamos sin duda que si seguíamos viviendo en fe y en obediencia, Dios lo haría posible.

Por fin, sabíamos que se acercaba el tiempo del cumplimiento. Interesantemente nuestras circunstancias naturales estaban aún menos favorables que antes. Pero teníamos una paz inexplicable a pesar de las circunstancias contrarias. Seguíamos orando juntos como familia. Dios nos dio dirección específica, y comenzamos a hacer pasos de fe.  Dios honró nuestros pasos de fe y abrió camino en donde no hubo camino antes.  Por medio de una serie de milagros Dios hizo posible lo imposible y cumplió Su promesa profética.

UNA PALABRA DE EQUILIBRIO: No es suficiente tener un “buen sentir” acerca de una profecía. TODA profecía está sujeta a los principios de las Escrituras. A veces la carne o la mente natural se sentirá muy a gusto con algo que Dios prohíbe.  Tenemos que discernir entre lo que procede de la mente natural y lo que procede de la Mente de Dios.

Si Dios te ha ordenado que hagas algo y no lo haces, entonces no estás en condiciones de recibir el favor de Dios. Además, si la desobediencia se convierte en un patrón de comportamiento, te vuelves vulnerable a un espíritu de autoengaño (Santiago 1:22).

Es posible engañar a ti mismo si deseas fuertemente algo que Dios no ha autorizado.

Había una mujer que estaba obsesionada con la idea de casarse con su pastor. ¡Estaba orando para que la verdadera esposa de su pastor muriera para que ella pudiera tomar su lugar! ¡Eso es un fuerte engaño!  Esas “oraciones” suyas eran brujería, pero a su mente carnal le gustó tanto la idea que no estaba dispuesta a aceptar la corrección de nadie. Cerró los ojos a las Escrituras y sus oídos a la verdadera Voz de Dios.

Esa mujer estaba sorda a la Voz de Dios. Te recomiendo una serie de enseñanzas que tengo publicadas en YouTube acerca de las cosas que provocan ceguera y sordez espiritual… La serie se llama, «Removiendo los Obstáculos Para Oír la Voz de Dios.»

Aun cuando tenemos confirmación que una profecía es de Dios, tenemos que vivir en obediencia para realizar el cumplimiento. Por ejemplo, una de las cosas más básicas para recibir el favor de Dios en nuestras finanzas es el diezmar y ofrendar con fidelidad, gratitud y alegría (Malaquías 3:8-12; 2ª Corintios 9:6-12; Mateo 23:23). El que no lo hace no tiene derecho de anticipar la bendición de Dios sobre su vida. Todas las promesas de Dios son CONDICIONALES (una de las cualidades de la naturaleza de la profecía personal explicada en la segunda parte de esta serie).

La profecía personal no anula la necesidad de recibir consejo sabio de nuestros pastores (Hebreos 13:7-9, 17; Deuteronomio 19:15). El hecho que hemos recibido una palabra verdadera del Señor no es una licencia para regresar a casa como un independiente sintiéndonos espiritualmente superiores.

La profecía personal es sólo UN MÉTODO ENTRE MUCHOS por los cuales podemos conocer la voluntad específica de Dios. El consejo pastoral es otro método legítimo y necesario y los dos deben complementarse y fluir juntos.

Tus pastores te pueden ayudar a analizar tu vida para identificar problemas que puedan bloquear o tardar el cumplimiento de tus profecías personales. Tus pastores también te pueden ayudar a identificar en dónde estás ubicado con relación al cumplimiento, y los pasos que puedes tomarte para apurar el cumplimiento. Puede ser que la profecía se refiere al Capítulo Nueve de tu vida mientras que estás viviendo actualmente en el Capítulo Tres.

La mayoría de las personas creen que están en mejor forma ante Dios de lo que es la realidad. He conocido a personas quienes pensaban que estaban lo suficiente maduras para ser lanzados a un ministerio profético mientras que su carácter estaba en completo desorden. Esto es lo que llamamos tener un “punto ciego” y el problema con los puntos ciegos es que no puedes verlos.

Un granjero sabio entiende que no puede comer su semilla y esperar una cosecha el siguiente año. Conocí a una persona que esperaba que Dios le regalara una empresa propia sin hacer ningún esfuerzo. Mientras tanto no diezmaba, no ofrendaba, malgastaba lo que sí tenía, consumió toda la semilla que Dios le había dado. Ese hombre sigue esperando y viviendo en la misma pobreza y situación desesperante que antes.

3) MEDITA EN LA PROFECÍA, Y PIDE QUE EL ESPÍRITU SANTO TE AYUDE A JUZGAR, ENTENDER, INTERPRETAR Y APLICARLA. (Josué 1:8; Juan 14:26 y 16:13)

Cuando Dios te habla mediante una profecía, no está tratando de confundirte sino comunicarse contigo.  El mismo Espíritu Santo que inspiró la profecía te quiere ayudar a entenderla. Pídale Su ayuda. Juan 14:26 dice que parte del trabajo del Espíritu Santo es enseñarte todas las cosas.

Si hay terminología en la profecía que no entiendes, puede ser útil preguntar a la persona que te profetizó qué precisamente es lo que percibió al profetizarle, o qué quiso decir al usar cierta palabra.  Diferentes grupos cristianos tienen definiciones diferentes para algunas palabras.

4) RESEÑE LA PROFECÍA PARA DETERMINAR CUALES ÁREAS DE TU VIDA REQUIEREN UN CAMBIO.

¿Cuáles actitudes o hábitos tuyos necesitarán ser ajustados antes de que tu profecía pueda cumplirse? Puede ser que sea solo un cambio de actitud, como pasar de la duda a la fe; de una mentalidad de víctima a una de vencedor, de la murmuración a la gratitud, etc. Puede ser que tengas que arrepentirte de un pecado que te tiene atado.

Puede ser que haya una debilidad de carácter que debes corregir para que Dios pueda bendecirte. Tal vez sea necesario desarrollar tu capacidad para ser un administrador competente de las finanzas. Si ese es el caso, ¡entonces la gracia de Dios se extiende hacia ti para que des esos pasos!

¡Dios te ama tal como eres, pero te ama demasiado para dejarte en esa condición! Su meta es que seas como Cristo: santo, justo, íntegro, victorioso, productivo, gozoso y bendito. (Romanos 8:29)

¿Cuál es la debilidad que Dios quiere quitar de tu vida antes de que se cumpla tu profecía? No podemos avanzar al siguiente nivel en Dios si estamos atados a una debilidad pasada. Si te arrepientes y te sometes a su proceso, Dios te ayudará a convertir tu debilidad en fortaleza. En la mayoría de los casos, el área donde tienes tu mayor lucha es precisamente donde Dios te ha llamado a tener la mayor unción y fortaleza si te sometes a Él. Su gracia y poder se perfeccionan en nuestra debilidad. Así Él recibe la gloria (2 Corintios 12:9).

¿Cuáles acciones tuyas serán necesarias para ver el cumplimiento? Si Dios te habló de un ministerio internacional, no solamente será necesario prepararte para el ministerio, ¡tendrás que conseguir un pasaporte! Si Dios te habló acerca de abrir un negocio, necesitas planear ese negocio y aprender cómo administrarlo.

Hay algunos elementos las profecías que solo Dios puede hacer cumplir y con tales elementos, no podemos forzar nada, sino simplemente esperar con fe y paciencia (Hebreos 6:12).

5) ESPERA LA CONFIRMACIÓN ANTES DE TOMAR CUALQUIER DECISIÓN IMPORTANTE.

No hagas ninguna decisión grande basada solamente en una profecía (Proverbios 11:14, 15:22). Estoy hablando de decisiones como la de mudarse geográficamente, despedirse de un empleo, el casarse en matrimonio, el hacer una inversión grande, etc.

Cuando nosotros nos mudamos a la frontera de Texas y México y compramos la casa en que ahora vivimos, Dios lo había confirmado múltiples veces. Las confirmaciones nos dan mayor seguridad de actuar con la fe.

Algunos buscan una confirmación de una manera no prudente. Por ejemplo, no es prudente ir a un profeta y decirle, “Dios me dijo tal y tal cosa y necesito que me des una confirmación.”

En primer lugar, llenaste la cabeza de ese profeta con información natural. Ahora está “contaminado” con información que le puede influenciar. En segundo lugar, si dices: “Dios me dijo”, entonces le presentaste esa información como inspiración divina, y ¿quién puede discutir con Dios? ¡Acabas de poner palabras en la boca del profeta! Necesitamos que Dios ponga las palabras en la boca del profeta.

No pidas una confirmación de un profeta. No se busca confirmación, hay que esperarla. Dios iniciará a Su manera y en Su tiempo. Entre tanto, siga orando y pídale a Dios que Él confirme lo que a Él Le parece bien.  Espera confiando en que Él te dará la confirmación a Su manera y en Su tiempo perfecto. Dios te ama y será fiel en confirmar lo que es Su Palabra en el tiempo perfecto. Puedes confiar en Su fidelidad.

6) ACTÚA CON LA FE

Después de averiguar lo que es una profecía verdaderamente de Dios, responda con fe, recordando que la fe implica acción. (Santiago 2:17,18) La fe sin acción está muerta e inútil.  Haces lo que crees, y crees solamente lo que estás dispuesto a respaldar con tus acciones.

Define algunas metas de corto plazo y de largo plazo. Pida a Dios la sabiduría y gracia para cumplir tu parte confiando que Él será fiel para hacer Su parte, lo que tú no puedes.

Cuando Dios te dice, “Voy a hacer esto con tu vida,” normalmente significa que tú lo harás mientras que Él te habilita divinamente para hacerlo. Dios utilizará tus manos y tus pies; tus pasos de fe.

7) MILITE LA BUENA MILICIA

“Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia…” 1ª de Timoteo 1:18

La profecía es una “rhema” de Dios. “Rhema” es la palabra griega que es traducida “palabra” en Mateo 4 cuando Jesús le dijo al diablo, “No solamente de pan vivirá el hombre sino de toda PALABRA que sale de la boca de Dios.” Se refiere a una palabra específica que Dios te habla por Su Espíritu a tu vida.

En Efesios 6, la «espada del Espíritu» es la palabra (rhema) de Dios. Por lo tanto, cuando Dios te da una profecía te está entregando una espada con la cual tendrás que guerrear. 1ª de Timoteo 1:18 nos indica que somos MANDADOS (no sugeridos) a guerrear con nuestras profecías. Esto significa que debes orar e interceder según lo que Dios te ha declarado en la profecía personal.

El diablo siempre se opone a la voluntad de Dios. No es de extrañar, entonces, que el diablo se resista al cumplimiento de la voluntad de Dios en tu vida. La profecía que has recibido es una espada con la que puedes luchar para obtener la victoria. Si eres pasivo y no asumes la responsabilidad de luchar contra las promesas que Dios te dio en la Biblia y en tus profecías personales, entonces corres el riesgo de perder (o al menos retrasar) el cumplimiento y la bendición que Dios quiere darte.

El enemigo pone obstáculos en nuestro camino, trata de desviarnos, distraernos o tentarnos a pecar para que dejemos la protección y bendición de Dios. Cuando esto sucede, muchos se desaniman y desisten de concluir que la profecía no debe haber sido de Dios.

Tenemos que aceptar nuestra identidad como guerreros y decidirnos a actuar. Si usamos las herramientas y las armas que Dios nos ha dado, tenemos todo lo que necesitamos para vivir en santidad, en victoria y ver el cumplimiento de nuestras profecías personales.

«Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia…» 2ª Pedro 1:3

«Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.» Mateo 11:12

Es mi oración sincera y ferviente que leyendo estas enseñanzas, que te levantarás ahora con mayor comprensión y una renovada dedicación para colaborar con Dios. ver el cumplimiento de tus profecías personales y poseer la tierra prometida personal que Dios tiene reservada para ti.

 

Por Cliff Bell, © primera publicación, 4 de marzo, 2012. Editada y ampliada el 9 de julio, 2022, Todos los derechos reservados.

Para leer la primera parte, haz un clic aqui.

Para leer la segunda parte, haz un clic aqui.

 

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Navegando las tormentas de la vida. Parte 1/3

PARTE 1 – LAS TORMENTAS QUE DIOS NOS ENVÍA.

Hay tres clases de tormentas que encontramos en la vida:

  1. las tormentas que Dios envía,
  2. las tormentas creadas por las decisiones malas hechas por nosotros o por otros, y
  3. las tormentas enviadas por el diablo.

Cada clase de tormenta requiere una respuesta diferente.

En esta reflexión quiero enfocar en las tormentas que Dios envía…

Algunos no creen que Dios envía tormentas a nuestras vidas, pero veamos que eso es precisamente lo que sucedió con el Profeta Jonás.

Se pudiera argumentar que esta tormenta nunca hubiera sido enviada a Jonás si no fuera por sus propias acciones. Es cierto. Yo pude haber clasificado esta tormenta como “una creada por nuestras malas decisiones.” Pero el hecho sigue vigente que Dios envió la tormenta, y eso requiere una respuesta diferente. Si Dios es Él que envió la tormenta, reprendiendo al diablo no ayudará.

¿Por qué envió Dios una tormenta a la vida de Jonás?

Jonás estaba resistiendo la voluntad de Dios. Jonás no quiso ir a Nínive tal como Dios le mandó. ¿Por qué? Nínive era la capital de Asiria, la nación que había oprimido y devastado a Israel por años. Por lo tanto, Jonás los odiaba, y no quería predicarles ni estar cerca de ellos.

Está fácil criticarle a Jonás, pero ¿cuántas veces Dios nos ha mandado a hacer algo y Le resistimos, o tardamos en obedecer porque era inconveniente o incómodo para nosotros?

Jonás subió a una nave que se dirigía en la dirección opuesta que la Ciudad de Nínive. La tormenta que Dios le envió no enviado para destruirle a él ni a los demás que estaban en la nave. Dios la envió para aplicar la presión necesaria para que Jonás se arrepintiera.

Podemos decir que, en Su amor, Dios estaba “torciendo el brazo de Jonás” para exigir una respuesta correcta de él. La estrategia divina funcionó, y en tiempo Jonás se dio cuenta que sus acciones arriesgaron las vidas de todos que estaban en la nave con él. Jonás instruyó al capitán que le echase al mar para salvar la vida de los demás. Así lo hizo y la tormenta cesó, y Dios envió un gran pez para tragar a Jonás.

Su situación pareció cambiar de mal a peor. En la barriga de ese gran pez, en ese lugar de desesperación, Jonás comenzó a experimentar arrepentimiento por haber desobedecido a Dios. Lo que es más impactante, Jonás se dio cuenta que en su rebeldía a la agenda de Dios él había hecho un ídolo de su propia agenda.

Jonás proclamó,Cuando en mí desfallecía mi alma, del Señor me acordé; y mi oración llegó hasta Ti, hasta Tu santo templo. Los que confían en ídolos vanos su propia misericordia abandonan. Pero yo con voz de acción de gracias Te ofreceré sacrificios. Lo que prometí, pagaré. La salvación es del Señor.” Entonces el Señor dio orden al pez, y éste vomitó a Jonás en tierra firme. (Jonás 2:7-10)

Un ídolo es cualquiera cosa que amamos más que a Dios, es cuando buscamos algo diferente a lo que Le agrada a Dios. Los ídolos nos separan de Su misericordia y de Su bendición. Jonás había removido a sí mismo de la protección y misericordia de Dios por causa de su idolatría.

Lo que es impresionante es que el tiempo entero que estaba dentro del pez, el pez le estaba llevando más cerca de Nínive, hacia la voluntad de Dios. Por fin le dejó sobre tierra firme en donde él podía obedecer a Dios y cumplir su tarea designada.

Cuando Jonás llegó a Nínive entregó el mensaje que Dios le había dado para decirles. El mensaje era que vendría un juicio a Nínive en 40 días y que serían destruidos.

Al cumplir con su tarea, Jonás decidió permanecer en la región, no porque anticipaba que se arrepintieran los ninivitas, sino porque tenía un deseo morbo de ser testigo de la destrucción de esa grande ciudad y sus habitantes. Jonás todavía tenía un disgusto fuerte por los ninivitas. No logró poder verlos desde la perspectiva de Dios.

Todo cristiano, pero especialmente el que tiene llamado profético, necesita aprender a abandonar sus prejuicios y actitudes personales y ponerse de acuerdo con la perspectiva de Dios. El profeta necesita hacer más que anunciar una palabra acertada. Necesita representar correctamente el Corazón del Padre. Si Dios los ama, y no los amamos, nunca podremos representarle bien, y el resultado es que promoveremos nuestra propia agenda en vez de la de Dios, y ministraremos muerte en vez de vida.

Jonás encontró una colina desde donde pudo ver todo. Consiguió un lugar que tenía la sombra de una planta para protegerle del calor del sol. Comenzó a contar los días en anticipación del gran espectáculo. Era como uno de los habitantes de Roma esperando ver a los cristianos ser matados por los leones.

Sin embargo, los ninivitas se arrepintieron, y Dios cambió Su plan. En vez de destruirles, les brindó misericordia. La destrucción profetizada no llegó. Si Jonás estaba de mal humor antes, ahora se puso molesto. Otra vez, surgió su rebeldía en contra del plan de Dios. Creía que Dios había hecho una mala decisión, que su propia sabiduría era mayor que la de Dios.

Dios vio la actitud negativa y la ira de Jonás y le envió otra clase de tormenta… Dios preparó un gusano para que hiriese la planta que le daba sombra a Jonás. Luego

envió un viento recio solano para incomodarle y llevarle al arrepentimiento. Pero al llegar el calor, el viento y el sol tan fuerte, Jonás volvió más enojado y comenzó a quejar diciendo que prefiriera morirse.

Muy dramático, ¿no crees?

Dios le reprendió a Jonás porque tuvo más misericordia de su comodidad personal que por una ciudad entera llena de gente creada en la imagen y semejanza de Dios, ¡gente que se había arrepentido mejor que el profeta!

¿Y usted? ¿Cómo responde cuando Dios brinda misericordia y bendición a alguien que a usted no le agrada? ¿Está dispuesto a permitir que Dios le muestre Su perspectiva? ¿a cambiar su actitud? ¿que Su amor sea derramado en su corazón?

Otra vez, no es que Dios buscaba provocar dolor a Jonás. La meta de Dios era ayudarle a Jonás a alinearse con Su Corazón para que le pudiera bendecir. Dios le tuvo mucha paciencia, pero tristemente, no tenemos evidencia bíblica de que Jonás cambió de corazón, y ya no escuchamos más de él.

Cuando hay un área de idolatría o rebeldía en nuestros corazones, Dios es fiel para enviarnos una tormenta suficiente para despertarnos y darnos la oportunidad de arrepentirnos y alinearnos con Su Voluntad que trae bendición. Podemos decir que las tormentas que Dios envía muchas veces es una forma de disciplina.

La disciplina del Señor nos muestra que somos hijos y no bastardos. La disciplina no es igual a castigo. La meta del castigo es provocar dolor. La meta de la disciplina es el enseñarnos. Disciplina viene de la misma palabra raíz que “discípulo”.

En Su amor y misericordia, Dios nos da las condiciones necesarias para que nos despertemos, nos arrepintamos y nos alineamos con Su Voluntad para que podamos experimentar Su bendición.

Si usted está experimentando una tormenta ahora mismo, vale la pena examinar a su corazón para ver si hay algo que Dios le pidió hacer al cual usted está resistiendo. ¿Pueda ser que Dios está aplicando presión para exigir de usted un cambio de actitud o un acto de obediencia?

En vez de enfocarse en la maldad de otros, pida a Dios si hay algo en su propia vida que necesita un ajuste, alguna semilla de rebeldía o de idolatría. Si la hay, arrepiéntase. La gracia de Dios está siendo derramada ahora mismo para ayudarle a hacer el ajuste en su vida.

Se le animo a responder correctamente para que Dios pueda derramar sobre usted Su bendición, y para que su ministerio sea duradero.

Por Cliff Bell, © 30 de noviembre, 2019, Todos los derechos reservados.

El Gran Pez, (c) 2006, Ar.Te.Vi

NOTA: La imagen de la pintura, “El Gran Pez”, es por cortesía de la galería Ar.Te.Vi

© 2006 ar.te.vi.mail@gmail.com Le invito a conocer su galería virtual haciendo un clic un la foto arriba.

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Para leer la segunda parte de la enseñanza, oprime la siguiente foto.

Diferencias entre los Profetas del Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto

Al oír de un profeta ¿qué visualizas? ¿Acaso surge una imagen de alguien de cabello largo y una barba larga, vestido de piel de camello, que come langostas y que está pronunciando juicio sobre los pecadores?

¿Alguien similar en estilo a Elías, Jonás o Juan el Bautista?

Hay mucho que podemos aprender de las vidas y ministerios de los profetas del Antiguo Testamento, pero no debamos usarles como un modelo en todo. Dios quiere que seamos actualizados al Nuevo Testamento. El modelo del profeta del Nuevo Pacto es Jesucristo Mismo.

El ministerio del profeta es la única de las cinco vocaciones ministeriales (Efesios 4:1,11) que se encuentra en ambos Testamentos en la Biblia.

Cuando Cristo inició Su Iglesia y nos cambió del Antiguo al Nuevo Testamento, dio continuidad al ministerio del profeta, pero los hizo como una parte de un equipo (apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros nombrados en Efesios 4:11-16).

Cada una de estas cinco vocaciones ministeriales representa una quinta parte del ministerio de Cristo Mismo a Su iglesia, y son dadas para perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para edificar a la Iglesia, cada una con su unción y función particular.

La función del profeta (lo que hace) no ha cambiado entre el Antiguo y el Nuevo Pacto. No obstante, aunque la función no ha cambiado, la apertura del Nuevo Testamento y la época de gracia (en vez de la Ley) demandan un cambio en el enfoque y el mensaje proclamado por los profetas.

Hay algunas personas que luchan con el concepto de profetas modernos por cuanto creen que una función de un profeta es producir más Escrituras. Ese es un concepto erróneo.  Dios usó a muy pocos de los profetas para producir lo que es ahora Sagrada Escritura.

La Biblia hace mención de cientos de profetas, algunos por nombre, pero la gran mayoría no fueron nombrados. 1ª Reyes 18:4 revela que hubo una matanza de profetas por Jezabel (no sabemos cuántos ella logró matar), y que hubo 100 profetas más escondidos en cuevas por Abdías. De los cientos, tal vez miles de profetas que vivieron durante el Antiguo Testamento, menos de a 30, produjeron escritos que están incluidos en la Santa Biblia.

Gracias a Dios, las Escrituras ahora están completas. Nadie hoy puede agregar a las Santas Escrituras. Toda profecía declarada hoy está sujeta a la Biblia ya escrita.

Aquí quiero destacar las diferencias más notables entre el ministerio del profeta del Antiguo Pacto y el del Nuevo Pacto.

DIFERENCIA #1
LOS PROFETAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO MINISTRABAN BAJO LA LEY; LOS DE HOY MINISTRAN BAJO LA GRACIA.

Bajo la Ley, la pena de muchos pecados era la muerte, y los culpables fueron apedreados: los blasfemos, idólatras, los que incitaban otros a la idolatría, los fornicaros y adúlteros, y hasta los hijos rebeldes y borrachos. (Deuteronomio 13, 17, 21, 22; Levítico 24). Hubo muchas reglas estrictas que tuvieron que guardar.

CONSIDERANDO LA SEVERIDAD DE LA LEY, NO ES, ENTONCES, UNA MARAVILLA QUE LAS PROFECÍAS DE LOS PROFETAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO SE ENFOCARON MUCHO EN EL PECADO Y EL JUICIO.

En el Antiguo Pacto tuvieron que hacer sacrificios continuos de animales para “pagar el enganche” para el pecado hasta que el precio entero pudo ser pagado. …algo que solo la Sangre de Jesucristo, el Cordero de Dios, pudo pagar el precio en su totalidad (Hebreos 10:11-14).

EN CONTRASTE, LOS PROFETAS DEL NUEVO TESTAMENTO MINISTRAMOS EN LA ÉPOCA DE LA GRACIA. El precio del pecado, de TODO pecado, fue puesto sobre Cristo en la Cruz del Calvario.

Toda la ira de Dios fue derramada sobre Cristo para que nosotros pudiésemos recibir misericordia y gracia. Dios nos ha dado el “ministerio de la reconciliación” (2ª Corintios 5:18). Dios nos ofrece perdón y vida eterna por medio de la obra completa de Cristo.

POR LO TANTO, LOS PROFETAS HOY EN DÍA NO DEBEN ESTAR TAN ENFOCADOS EN PECADO Y JUICIO, SINO EN RESTAURACIÓN, RECONCILIACIÓN (2ª Corintios 5:18), y en EDIFICAR A LA IGLESIA (1ª Corintios 14:3, 12) en EQUIPAR A LOS SANTOS para la obra del ministerio (Efesios 4:11-16) Y PREPARAR CAMINO para la venida del Señor (Lucas 1:17 y 3:4). Debamos proclamar el mensaje de restauración y declarar cuál es el corazón de Dios por ellos.

Poca profecía es para PREDECIR. La mayoría es para PROCLAMAR cual es la voluntad, la mente y el corazón de Dios. Las profecías que ministramos deben de edificar y de ministrar vida (Juan 6:63). Aunque podemos aprender mucho de las vidas de los profetas del Antiguo Testamento, nuestro ejemplo principal que seguir no debe de ser Elías, ni Ezequiel ni Jeremías, sino Jesucristo Mismo, el Profeta (Hechos 3:22-23).

DIFERENCIA #2
EN EL NUEVO PACTO, EL ESPÍRITU SANTO YA DESCENDIÓ Y AHORA HABITA EL CORAZON DEL CREYENTE

Durante el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo moraba entre los querubines que estaban en el propiciatorio del arca del pacto (Éxodo 25), detrás del velo del Tabernáculo o del Templo.

El Espíritu Santo descendía sobre los profetas mientras profetizaban, pero no moraba en ellos. Una y otra vez leemos que “el Espíritu de Jehová vino sobre él…” y la persona hizo cierta cosa. Ejemplo: El Espíritu del Señor vino sobre Jahaziel, y profetizó en 2ª Crónicas 20:14-20. Pero no leamos que el Espíritu Santo “moraba en” alguien como es cierto para los creyentes del Nuevo Testamento.

Cuando Cristo exclamó, “acabado es” y rindió Su Vida, el precio del pecado fue pagado en completo, y el velo que separaba al hombre de Dios fue roto (Mateo 27:51).

Dios ya no habita en templos hechos por las manos de hombres (Hechos 7:44-50), sino que ahora habita en los corazones de aquellos que han creído en Su Nombre (1ª Corintios 3:16-17; Romanos 8:9-11).

Ya no tenemos que esperar que “descienda la unción del Espíritu Santo” sobre nosotros. ¡El Espíritu Santo ya descendió! El Espíritu Santo ha sido derramado desde el Día de Pentecostés, y no se ha ido.

El Espíritu Santo ahora está dispuesto a manifestarse por medio de cualquiera persona que se disponga por la fe.

Los que somos hijos de Dios somos templo del Espíritu Santo Quien habita en nosotros (1ª Corintios 3:16). Ahora debamos buscar Su Rostro y avivar el fuego del don de Dios que ya está en nosotros (2ª Timoteo 1:6).

¿Estás actualizado al Nuevo Testamento? ¡Espero que sí!

DIFERENCIA #3
LA MOTIVACIÓN DEL AMOR EN LA MINISTRACIÓN
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Actualmente, no es tanto un cambio completo.  Dios siempre ha sido amor (1ª Juan 4:8) tanto como verdad y justicia. 

Pero en el Nuevo Pacto, Cristo puso un énfasis mayor sobre la condición del corazón del ministro.  De hecho, el Apóstol Pablo declaró que sin la motivación del amor, un ministerio con milagros y buenas obras no tiene ningún valor con Dios.

En el Nuevo Pacto hemos sido dados el ministerio de la reconciliación. Algunos preguntan ¿entonces no debe el profeta del Nuevo Pacto confrontar al pecado? ¿No debamos llamar las personas al arrepentimiento? Pues sin arrepentimiento no puede haber reconciliación con Dios.

Por supuesto, la profecía puede llamarnos al arrepentimiento. Hay tiempos en los cuales Dios pide a un PROFETA MADURO (estas cosas no se deja a un neófito) a confrontarle a alguien con el fin de restaurarle en amor.

No obstante, la MANERA en la cual lo hacemos no debe de ser una que humilla a las personas, especialmente si estamos ministrando públicamente.

En el Nuevo Pacto, Dios puso un énfasis fuerte y primordial sobre nuestras MOTIVACIONES como ministros. Nos hizo saber que hablando la verdad no era suficiente, no es el mensaje completo.

Las motivaciones del corazón penetran el mensaje que entregamos. Si no somos motivados por el amor, no podemos representar correctamente la Persona de Dios hacia las personas a las cuales estamos ministrando.

“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.” 1ª Corintios 13:1-3

Dios es un Dios de verdad y de amor al mismo tiempo.  Tenemos que ministrar de una manera que los impulsa correr hacia Dios, no que se escondan de Él. Debe de ser la verdad EN AMOR. Efesios 4:15 dice:

“Más bien, AL HABLAR LA VERDAD EN AMOR, creceremos en todos los aspectos en Aquél que es la cabeza, es decir, Cristo…” (NBLH)

La triste realidad es que muchos con llamados verdaderos de profeta no se han preparado lo suficiente, y se han quedado atorados en el Antiguo Pacto. No han permitido que el carácter de Cristo, el amor de Dios, sea desarrollado en sus corazones. Se ofenden por el pecado de otros (sin poder ver sus propias debilidades), y se apresuran para juzgar a otros y a pronunciar juicio sobre ellos.

Los que tienen un llamado a la vocación ministerial del profeta deban de prepararse ANTES de ser lanzados o nombrados.

El tener un llamado, una unción y una manifestación de dones no es lo suficiente para ser un representante correcto del Corazón de Dios al nivel de un profeta.

Todos tenemos dones (1ª Corintios 12:7; 14:12,31). El Espíritu Santo vive en cada creyente y todos debamos de manifestar los dones del Espíritu Santo para provecho (1ª Corintios 3:16; Juan 14:12).

El Capítulo 13 de 1ª de Corintios nos explica en gran detalle cuál debe de ser nuestra motivación con la ministración de los dones y la profecía dentro del Nuevo Pacto: el amor.

Medite usted en lo siguiente:

  1. Dios ama aún el pecador más vil más que a Su propia Vida,
  2. Cada ser humano fue creado en la imagen y semejanza de Dios y es digno de ser tratado con dignidad y respeto,
  3. Cristo pagó el precio entero del pecado,
  4. Cristo nos entregó el ministerio de la reconciliación (2ª Corintios 5:18-19),
  5. Todos estamos en necesidad de la misericordia de Dios.

Cuando comprendemos estas cosas como debamos, entonces procuraremos profetizar de una manera que refleja el amor de Dios. No andaremos pronunciando juicios sobre otros a la ligera.

Si nuestro corazón no se rompe como el Corazón de Dios al pensar de la severidad de las consecuencias del pecado en la vida de alguien, no somos cualificados a ofrecer una palabra de corrección a nadie.

Aún en el Antiguo Pacto, Dios buscó oportunidades para extender de Su misericordia y perdón.

El ejemplo clásico es la Ciudad de Nínive en el libro de Jonás. Dios envió Jonás a la Ciudad de Nínive, la capital de la nación que por años había oprimido y devastado a Israel, la niña de los Ojos de Dios. Siendo judío, Jonás tenía una aversión por Nínive y no quiso ir, pero Dios le “torció el brazo”.

Jonás llegó y proclamó el mensaje de juicio y de destrucción que Dios le había dado sin mencionar una oportunidad de recibir misericordia si se arrepintieran. Pero cuando el pueblo se arrepintió, Dios detuvo el juicio.

Al terminar los 40 días especificados en la profecía, el juicio no vino. Tristemente, Jonás no pudo apreciar la misericordia de Dios extendida a Nínive, y Dios le tuvo que reprender al profeta.

Si aún en el Antiguo Pacto Dios buscó oportunidades de tener misericordia de la humanidad, ¿cuánto más ahora, bajo la Gracia, busca Dios oportunidades de extender la misericordia y perdón para los que se arrepienten?

“6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.” Romanos 5:6-11

Dios no solamente ama; Él es amor. Romanos 2:4 nos revela que ES LA BENIGNIDAD DE DIOS QUE NOS GUÍA AL ARREPENTIMIENTO. No el temor de Su ira. Si queremos reconciliar alguien a Dios debamos ser un reflejo de Su benignidad. Dios desea un cambio de corazón motivado por amor a Él no motivado por temor de un castigo.

CLAVES IMPORTANTES ACERCA DE PALABRAS DE CORRECCIÓN

Hay una MANERA de entregar una profecía que llama al arrepentimiento para que el ministrado sepa de qué se trata, y Dios lo sabe, pero que no estamos alimentando al espíritu de chisme dentro de la congregación ni humillando a nadie.

Normalmente esa clase de profecía es DADA EN PRIVADO y por medio de alguien que tenga una relación establecida como una autoridad en la vida de esa persona, …ALGUIEN QUE AMA a la persona y que desea verlo restaurado y no destruido.

1ª Pedro 1:22-23 “22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;”

Reitero que en vez de enfocarnos en juicios sobre los pecadores, debamos enfocarnos en el mensaje de restauración y declarar cuál es el corazón de Dios por ellos. La profecía personal debe de proclamar cual es la voluntad, la mente y el corazón de Dios hacia la persona de una manera que edifica y que ministre vida.

DIOS QUIERE QUE SEPAN CUÁLES SON SUS PLANES BUENOS QUE TIENE POR ELLOS (Jeremías 29:11), CUÁL ES EL POTENCIAL QUE TIENEN EN DIOS, Y LO QUE DIOS PUEDA HACER SI ES QUE RESPONDAN A SU AMOR.

Los que persisten en ministrar con una actitud de ofensa, de ira y de superioridad (como si nosotros no tenemos necesidad de la misma misericordia de Dios) y que juzgan a otros, proclamando juicios sobre otros últimamente cosecharán de lo mismo.

Mateo 7:1-41 No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. 3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” (Vea también Lucas 6:27-38)

SEAMOS UN REFLEJO DEL AMOR DE DIOS.

  • Permitamos que Dios purifique nuestras motivaciones y que Su amor sea derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu que nos fue dado (Romanos 5:5).
  • Permitamos que Dios nos ayude a mirar a las personas mediante Sus Ojos, para que veamos el valor que tienen y que les fue impartido por el precio que Él pagó por ellos.
  • Solo entonces podremos ministrar efectivamente como ministros del Nuevo Pacto.

CUALIDADES DEL AMOR DE DIOS

“4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido (“no se comporta con rudeza” NVI), no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” 1ª Corintios 13:4-7 RVR60

Los que ministramos los dones del Espíritu debamos crucificar a la carne y permitir que el FRUTO del Espíritu también sea evidente en lo que ministramos.

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. 26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.” Gálatas 5:22-26

Este mismo pasaje se continúa en Capítulo 6, y nos enseña cómo debamos restaurar a los que son hallados en un pecado. Enfatiza que NUESTRO PROPÓSITO NO ES CASTIGAR, SINO RESTAURAR Y RECONCILIAR. Y otra vez, nos amonesta considerar a nuestro propio corazón.

“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.” Gálatas 6:1

Juntamente con el amor, nos dice que tenemos que restaurarlos con “un espíritu de mansedumbre.” Mansedumbre (Strongs #4240, “praúteetos”). Significa “con humildad, apacibilidad, suavidad, y templanza.”

El confrontar al pecado en amor con el fin de reconciliar es solo una parte del ministerio profético. Dios quiere animar y edificar a Su Pueblo.

Dios quiere proclamar sanidad a los heridos y quebrantados de corazón, libertad a los cautivos, esperanza a los que no la tienen.

Dios desea impartir visión a los que no han podido ver cuál es el plan de Dios para sus vidas.

“18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor.” Lucas 4:18-19

Además, Dios desea identificar e impartir dones y unciones para empoderar a Su pueblo a ser más efectivos en representarle en la tierra. (1ª Timoteo 4:14).

Es fácil hallar pecado y debilidades. Pero los que son ministros proféticos deban poder ver en otros también su potencial, el tesoro, los dones y talentos que Dios les haya dado a cada uno y entonces proclamar un mensaje que les ministre vida.

Por Cliff Bell, © 16 de junio, 2017, editada y ampliada el 4 de junio, 2019.  Todos los derechos reservados.

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9 Claves para la Alabanza Poderosa que Rompe Cadenas

Yo acabo de leer un reporte de un tiempo de alabanza y adoración que fue tan ungido y poderoso que la tierra tembló, cambió el ambiente de un lugar de opresión a libertad, literalmente rompió cadenas ¡y resultó en una cosecha de almas!  

No me refiero al último congreso cristiano que llenó un estadio.  Me refiero al tiempo de alabanza que tuvieron Pablo y Silas en la prisión de Filipos y registrado en Hechos Capítulo 16.

Comencé a analizar cómo Pablo y Silas dirigieron ese tiempo tan ungido de alabanza para identificar las claves que son esenciales en los ojos de Dios. 

Es importante notar lo que NO tenían Pablo y Silas tanto como lo que SÍ tenían que transformó una prisión literal de sufrimiento a un avivamiento.

No fue transmitido por Internet, pero fue notado por Dios y registrado en el Nuevo Testamento para nuestro beneficio.

En este artículo voy a comparar esta experiencia sobrenatural de ministración exitosa con lo que es considerado “esencial” en las iglesias de hoy.  ¡Siga usted leyendo!

Para darles contexto, Pablo había echado fuera un espíritu de adivinación de una muchacha que les seguía gritando y distrayendo de la ministración en Filipos.  La muchacha era una esclava y estaba siendo utilizada por sus amos para lucrar adivinando. Estos hombres se enojaron con Pablo y Silas porque la muchacha no podía adivinar sin el demonio.

Así que esos hombres prendieron a Pablo y a Silas y los acusaron delante de los magistrados. Pablo y Silas fueron azotados mucho, encadenados y metidos en la parte interior de la cárcel.  La experiencia completa de Hechos 16 se puede leer al final de este artículo.

Así entraron Pablo y Silas a esta escena.  Estaban en una situación sumamente difícil: sufriendo el dolor ardiente de sus heridas, encadenados en una posición incómoda, y rodeados por oscuridad y olores repugnantes. En la oscuridad se podía oír a otros presos infelices.  Pero en vez de llorar y tener autocompasión de sí mismos, comenzaron a alabar a Dios.

Escuchados por los otros presos, exaltaron a Jesucristo con sus alabanzas.  Dios respondió con un temblor, abrió las puertas y los candados.  En poco tiempo el altar improvisado creado en ese lugar que algunos hubieran considerado el lugar “menos indicado” se llenó de almas entregándose al Señor.

PRIMERO, LO QUE NO TENÍAN:

NO TENÍAN UNA AUDIENCIA FAVORABLE, CRISTIANA NI AVIVADA

Pablo y Silas no tenían una audiencia favorable.  Al contrario, estaban rodeados de paganos, idólatras y criminales.  A lo mejor la mayoría de los demás presos estaban bajo la influencia de demonios. Pablo y Silas no tenían miedo del diablo ni del hombre porque operaban en el temor de Dios.  El temor de Dios le librará del temor del hombre y del temor del diablo

Nunca limite a Dios según cómo responde la audiencia.  Nunca permita que la frialdad o la hostilidad de una audiencia apague la unción que está en usted.  El Espíritu de Dios que está en el creyente verdadero es más poderoso que cualquier demonio.  Pablo y Silas avivaron el fuego del don de Dios y comenzaron a alabar.

“Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” 1ª Juan 4:4

“Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. 7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2ª Timoteo 1:6-7

NO TENÍAN INSTRUMENTOS.  Ni siquiera un pandero.  Algunas iglesias parecen creer que no puede ser profético si no soplan 12 shofares.  La Biblia nos anima a adorar a Dios con instrumentos cuando están disponibles (Salmo 100, y 150), pero la disponibilidad de instrumentos no es lo esencial, porque la adoración en espíritu y en verdad mana del corazón.

Yo he participado en adoración con orquestras completas en auditorios elegantes tanto como en lugares humildes y rústicos sin instrumentos. Cuando la adoración viene del corazón, Dios responde igualmente

Yo creo que debamos ofrecer a Dios lo mejor que tenemos. Si es con muchos instrumentos, ¡gloria a Dios!  Si no hay, ¡gloria a Dios!  La excelencia es hacer lo mejor que podemos con lo que tenemos.

NO TENÍAN SISTEMA DE SONIDO.

No hubo amplificación artificial con tecnología.  No pudieron subir la reverberación para hacer que sus voces sean más resonantes y bonitas.  Cuando el edificio tembló, no era porque habían subido el volumen con el beneficio de bocinas gigantescas.  El nivel del volumen no tiene nada que ver con el nivel de la unción.

NO HUBO LUCES DE LAZER NI MÁQUINA DE HUMO.

Sin luces.  Sin máquinas de humo. Tampoco hubo pantallas grandes con videos de paisajes hermosos con colores vibrantes para captivar la atención de la gente.   ¡Pero no quedaron sin efectos especiales! Dios Mismo trajo los efectos especiales.  ¡Los efectos de Dios son mucho  mejores y más impresionantes!

Permítame declarar que no estoy en contra de la tecnología.  Sin embargo, siento que muchos ministerios de “alabanza” de hoy están dependiendo en la tecnología para crear un ambiente artificial que entretiene y provoca una reacción de los sentidos naturales (del cuerpo) y a las emociones (del alma) sin afectar al espíritu del hombre. 

Me parece como si con algunos fuera un intento de reemplazar la unción del Espíritu Santo que es lo único que alcanza al espíritu y que pudre los yugos del enemigo.

¿En qué ha dependido usted? ¿En dónde ha invertido más?  ¿En su sistema de sonido y luces o en su intimidad con Dios y su vida de oración?

Tristemente, muchos ministren y muchos cantan apenas al nivel del alma.  Pueden provocar una reacción emocional de la multitud, pero somos llamados a ser ministros del Espíritu no entretenedores del alma.  

El provocar lágrimas en una multitud o el poder guiarles todos a brincar y a gritar no significa que hubo un mover del Espíritu Santo.  Un buen concierto secular puede hacer lo mismo.

Cristo dijo, Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.” Juan 4:23

Con todo respeto, Hillsong no es el patrón que seguir.  EL PATRÓN QUE SEGUIR ES EL TABERNÁCULO DE DAVID Y EL LIBRO DE LOS HECHOS (Amos 9:11-12;  Hechos 15:15-17).

La Iglesia Primitiva no necesitaba las “muletas” ni “trucos manipuladores” de la tecnología.  No dependían en el carisma de cantores especiales, artistas famosos ni en divas del canto porque tenían una relación con la Persona del Espíritu Santo. Ellos permitieron y facilitaron el mover del Espíritu simplemente adorando a Dios en espíritu y en verdad.

CLAVES QUE IMPLEMENTARON PABLO Y SILAS 

¿Cómo lo hicieron, pues? Voy a destacar unas de las cualidades y acciones de Pablo y Silas que provocaron una respuesta divina que trajo libertad y salvación.

(1)  TENÍAN UNA RELACIÓN Y UNA CONFIANZA CON EL ESPÍRITU SANO

La relación que tenían Pablo y Silas es evidenciado por muchas cosas.  Pero una de las importantes aquí notada es mi siguiente punto…  En medio del dolor intenso no pensaron en sí mismos.  Tenían alabanzas en sus corazones que los azotes no pudieron remover.

(2) OFRECIERON UN SACRIFICIO DE ALABANZA

Lo que Pablo y Silas ofrecieron a Dios era un verdadero sacrificio de alabanza. Si no le cueste nada, no es un sacrificio. 

Pablo y Silas no permitieron que el ambiente de represión les afectara a sus espíritus.  Sabían que hubo un cuadro más grande que su dolor personal.  Mantuvieron su enfoque en Dios, en lo de valor eterno, en su propósito.

(3)  ALABARON CON REVELACION BÍBLICA Y CON FE

Sabían que Dios está entronizado sobre nuestras alabanzas (Salmo 22:3), y si algo pudiera cambiar el ambiente era la Presencia Manifiesta del Rey de reyes.  No estaban apenas entonando cantos. Hacían lo que hacían con propósito, con revelación bíblica, y con fe. Salmo 47:7 lo dice de esta manera: “cantad con inteligencia.”

(4) DIRIGIERON SU ALABANZA A DIOS, NO AL HOMBRE

Obviamente un líder de alabanza necesita estar consciente de la audiencia, pero necesita dirigir su alabanza a Dios.  No es un concierto para agradar el hombre.  Es adoración con la meta de agradar el Corazón de Dios.  La mejor forma de dirigir la alabanza y la adoración es alabar y adorar.  No se puede guiar a otros a un lugar que desconoce.

(5)  UNIDAD

No tenían un “grupo de alabanza”, un coro, ni equipo de panderistas.  Ellos dos eran el “equipo” entero, y no sabemos si tenían mucho talento según los criterios modernos.  Pero su equipo humilde tenía unidad.  No hubo contienda ni celos.  No era una competencia para ver quién puede usar el micrófono más.    

Más vale un grupo pequeño con unidad que un grupo grande con contienda. Dios manda bendición en dónde hay unidad (Salmo 133).

(6)  SANTIDAD

Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.” Salmo 29:2

Pablo y Silas adoraron en santidad.  Sabían la importancia del principio de la pureza (Hebreos 12:14-16). 

La persecución es un fuego que trae pureza porque elimina a los no sinceros.  Ellos estaban en medio de una situación de persecución.  Lo que ofrecieron a Dios era un sacrificio puro.

Conozco de una iglesia en donde el pastor permite a un hombre tocar la guitarra el domingo después de ir a los clubes nocturnos el viernes y sábado y además estaba viviendo en fornicación abiertamente.

Le pregunté al pastor por qué permitía tal cosa, porque aquel hombre va transmitir el espíritu que está en él.

El pastor me dijo, “es que la única razón que viene a la iglesia es que le permito tocar con el grupo de alabanza.  Si le prohíbo tocar, dejará de venir.”  En mi opinión, el pastor debería de dejarlo ir aunque signifique que ya no tengan a quién tocar la guitarra.

Es mejor tener a pocos con unidad y con santidad que un grupo grande y “profesional” que transmite un espíritu ajeno.  Su falta de tratar con eso da aprobación tácita a la vida desordenada que lleva el hombre.

(7)  CANTOS CON BASE BÍBLICA

Cantaron cantos bíblicos de adoración.  Yo sé… La Biblia no nos indica cuáles cantos cantaron.  Pero sabemos que ambos conocían bien la Palabra de Dios.  No hubieran cantado algo simplemente porque era el canto popular en la radio cristiana. 

Pablo nunca siguió la moda del día, sino vivió su vida y alabó a Dios de acuerdo con el cimiento profundo bíblico que tenía.  Estoy seguro que eran cantos que actualmente adoraban a Dios.

¿Ha notado usted que muchos de los cantos que son entonados en las iglesias hoy en día son muy egocéntricos?  ¿o parecen “adorar a la música” en vez de a Dios?  Muchos cantos no tienen ninguna base bíblica; apenas tienen un ritmo o música que conmueve el alma sin afectar al espíritu. Y usted, ¿canta cantos para su propio agrado o el de Dios?

(8)  FLUYERON CON EL ESPIRITU SANTO

Cantaron hasta que cambiaron el ambiente del lugar.  Cuando el Espíritu Santo sacudió el lugar con un temblor y abrió todos los candados, Pablo y Silas fueron sensibles a lo que estaba haciendo el Espíritu Santo y comenzaron a colaborar con Él en lo que Él quería hacer:  para ministrar la salvación a la familia del carcelero. 

Tal vez tenían más cantos en su lista que planeaban cantar, pero cuando el Espíritu Santo comenzó a moverse, ellos lo discernieron y fluyeron con lo que quiso hacer el Espíritu

(9)  DIERON SEGUIMIENTO

Pablo y Silas dieron seguimiento a lo que inició el Espíritu Santo.  No solamente dieron oportunidad para que el carcelero y su familia recibieran a Cristo, pero hasta los bautizaron en agua.

Es posible que otros de los presos presentes también fueron bautizados.  ¿Cómo lo sabemos? Porque cuando el carcelero vio las puertas abiertas, temiendo que todos los presos se habían huido, sacó su espada para suicidarse.  Pablo le vio y le dijo, “no te hagas ningún mal, pues TODOS ESTAMOS AQUÍ.” 

Entonces todos oyeron el mensaje del Evangelio. Todos los que estaban en la casa del carcelero creyeron y fueron bautizados.

Aparte de mantener vibrante y actualizada su propia relación con de Dios, el trabajo del líder de alabanza es preparar un ambiente mediante la adoración en espíritu y en verdad para que Dios pueda comenzar a moverse, y entonces facilitar el mover del Espíritu Santo.  Eso requiere que estemos sensibles a lo que quiere hacer el Espíritu Santo, fluir con Él y dar seguimiento.

LÍDERES DE ALABANZA DEBEN DE SER FACILITADORES DEL MOVER DEL ESPÍRITU SANTO DENTRO DEL CULTO. 

No importa lo que está en el ambiente del lugar cuando lleguen o cómo se sienten en lo natural.  Los líderes de alabanza deben estar convencidos de la Presencia de Dios con ellos, y desatar la unción que cambia el ambiente a un ambiente propicio para el mover del Espíritu Santo. 

La meta no es llegar al punto en que todos puedan sentir la Presencia de Dios.  El percibir la Presencia Manifiesta de Dios no es el fin; es apenas el comienzo.  ¡Ahora sea sensible al Espíritu Santo y siga Su dirección!

Lo mismo se aplica a cada creyente en su tiempo de adoración individual.  Dios desea moverse en su vida y por medio de su vida para bendecir a otros. 

No sea influenciado por el ambiente que le rodea; ¡cambia el ambiente con su alabanza a Dios!

Tenemos que creer en la Presencia del Espíritu en nosotros antes de poder sentirlo.  Aviva el fuego del don de Dios que está en usted, colabore con Dios para cambiar el ambiente, fluya con el Espíritu Santo y dé seguimiento.

Por Cliff Bell, © 11 de mayo, 2019,  Todos los derechos reservados.  

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Hechos 16:23-34

“23 Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. 24  El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. 25  Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.

26  Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.

27  Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. 28  Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí.

29  Él entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; 30  y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?

31  Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.  32  Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 33  Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. 34  Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.”

 

Isaías 10:27 “…el yugo se pudrirá a causa de la unción”

 

2ª Corintios 3:6  “el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.”

 

Las raíces de un ministerio fructífero y duradero – Parte 2

En la primera parte de esta enseñanza, descubrimos que un ministerio legítimo necesita más que dones activados y una unción. Por supuesto que debe de haber esas cosas, pero esas cosas en sí no es suficiente para producir un ministerio fructífero y duradero. Así como un árbol requiere raíces profundas y bien desarrolladas para alcanzar su potencial, producir el fruto esperado, y poder aguantar las tormentas de la vida, un ministerio verdadero necesita raíces también.

Otra analogía que pudiéramos utilizar es de un edificio. Se requiere más que ladrillos, paredes, y techo.  Si no tiene un fundamento, no podrá ser duradero.  Con la primera lluvia fuerte el edificio se debilitará y en tiempo se caerá.  Si acaso viene un temblor, durará menos tiempo.

Cuanto más alto el edificio es, más profundo y fuerte tiene que ser el fundamento. Cualquier ministerio que es una amenaza al enemigo recibirá resistencia y ataques.  Los ministerios que no tiene su fundamento en orden no aguantarán.

Uno puede sostener la apariencia del éxito ministerial por un tiempo corto con unas “fachadas.”  Me refiero a las “fachadas” de música conmovedora, una personalidad carismática, con gritos, la habilidad de hacer un show y de entretener a la gente.

Hasta los del mundo pueden reunir a una audiencia con un buen show, y pagarán para verlo. Pero no medimos el éxito espiritual por el tamaño de la audiencia ni de las ofrendas generadas.  Si no están las raíces, el fundamento correcto, no estará presente la sustancia que produce vidas edificadas ni transformadas, y faltará la unción verdadera que pudre los yugos del enemigo.

Desgraciadamente, hay muchos ministerios que apenas tienen fachadas, una apariencia exterior de vida, pero al examinarlo de cerca, no hay fundamento ni sustancia. Estos ministerios, tarde o temprano, vendrán para abajo hiriendo a muchos en el proceso.  ¿Acaso usted no lo ha observado?  No vuelva usted una estadística de fracaso.  Invierte en desarrollar a sus raíces ministeriales y personales.

Ya hemos examinado las raíces de la INTIMIDAD CON DIOS y el ESTUDIO BÍBLICO sistemático y consistente. Ahora vamos a examinar la raíz de las relaciones sanas.  

RAÍZ 3 – Relaciones sanas con otros.

Ya hemos hablado de nuestra relación con Dios (la intimidad con Dios). Pero un ministerio que permanecerá también se requiere relaciones claves con otros, relaciones sanas y en orden.

Al diablo le es de mucho beneficio cuando hay cristianos, matrimonios o grupos de cristianos (iglesias) llenos de conflicto, ofensa, y división.  Los demonios tienen una fiesta en donde existen esas cualidades en la atmósfera o en un corazón.  El diablo sabe que tales personas o ministerios son contaminados por su ofensa y por su amargura (Hebreos 12:15), y vulnerables a toda clase de influencia demoníaca.

Estos cristianos contaminados están engañados si piensan que pueden funcionar como ministros de reconciliación (2ª Corintios 5:18). En vez de ser una luz en la comunidad, traen vergüenza al Nombre de Cristo.

Si no hay arrepentimiento y sanidad, en tiempo vuelven voceros de demonios: pensando que están profetizando, lanzan adivinación y maldiciones. Sus jóvenes vuelven enfadados y corren de la iglesia pensando que Dios es así (Hebreos 12:15) porque Le hemos mal representado.  Sí, al diablo le encanta esa clase de cristiano.

Por otro lado, Salmo 133 nos revela que en donde hay unidad también viene la bendición de Dios.  Por eso es tan importante guardar en orden nuestras relaciones.

LA PRIMERA RELACIÓN ES CON SU ESPOSA (o si usted es mujer, con su esposo). Bíblicamente tenemos apenas dos relaciones que son de pacto sagrado: la primera es con Dios y la segunda es nuestro matrimonio. Para un ministerio fructífero y duradero nuestras prioridades tienen que estar en este orden:

  1. Dios es siempre Primero.
  2. Matrimonio
  3. Familia
  4. Ministerio

Si nuestra relación con Dios sufre, entonces nuestras demás relaciones sufrirán. Pero tenemos que poner el matrimonio y la familia ANTES que nuestro ministerio.  Si el matrimonio está enfermo, el ministerio también volverá “enfermo,” anémico espiritualmente.  Es igual con la familia.

Tenemos que invertir en nuestro matrimonio.  Somos seres humanos, y cometeremos errores. Un matrimonio sano es uno en el cual ambos han aprendido a comunicarse frecuentemente y abiertamente, a perdonar mucho, a orar juntos, y a buscar juntos el rostro de Dios. Un esposo sabio invierte tiempo con su esposa; es bueno si trabajan o ministren juntos, pero también es necesario tomar tiempos de refrigerio juntos.

Yo he conocido a muchos ministros que se dedicaron tanto al ministerio que descuidaron a sus familias. Muchos de ellos terminaron en divorcio, con hijos desviados, o peor.

No hay caso tener a un ministerio grande si su familia termina destruida y sus hijos en el infierno.

La familia es la primera institución que Dios creó, ANTES que la Iglesia y el ministerio.  El matrimonio es una figura profética de la relación entre Cristo y Su Iglesia, y tenemos que invertir en ello.

Ningún ministro, ningún pastor o apóstol o profeta es El Mesías. Usted no puede hacerlo todo y salvar a todo el mundo.  Dios nunca nos llamó a hacerlo todo a solas.  La carga del mundo entero no está apenas sobre sus hombros.

  • El mejor regalo que puede dar a su esposa es amar a Dios con todo su corazón y buscar agradarle. Esto incluye amarla a ella tal como Cristo ama a la Iglesia y dio Su Vida por ella.
  • El mejor regalo que puede dar a sus hijos es amar a su esposa. Doy gracias a Dios por el ejemplo que me dieron mis padres, el del amor para toda la vida.
  • El mejor regalo que puede dar a su congregación es el ejemplo de un matrimonio sano y una familia sana.

Naciones discipuladas inician con familias discipuladas.   El que sacrifica a su familia sobre el altar del ministerio arriesga perder las dos cosas.

Una necesidad vs. la tarea asignada – Yo he sido criticado por algunos por no viajar y ministrar tanto como ellos. Pero doy gracias a Dios que mi familia está en orden y mis hijos aman a Cristo y buscan servirle.  Aprendí que Dios no me pidió desgastarme respondiendo a cada necesidad.  Dios me llamó a obedecerle y cumplir las tareas que Él me haya asignado.  Cristo no respondió a cada necesidad cada vez. No sanó a cada enfermo cada vez.  Cristo hizo lo que Su Padre Le pidió hacer.

LA SEGUNDA RELACIÓN ES CON NUESTRA COBERTURA ESPIRITUAL.  Cada ministro, aunque sea un apóstol o profeta maduro, necesita cuidado pastoral, alguien a quien rendir cuentas.  Los ministerios que insisten a seguir como independientes tarde o temprano terminan con problemas serios.

Si usted no tiene con quién confesar una debilidad o una lucha y pedir ayuda, oración, o consejo usted es un blanco al enemigo.  2ª Corintios 4:7 nos asegura que Dios ha puesto el tesoro de su gloria en vasos de barro.

Todos somos hechos de barro y necesitamos ayuda de vez en cuando. Si usted no me cree, pregúntale a su esposa o a sus hijos (si no les tiene entrenados a decirle apenas lo que desea oír).  Su familia no está ciega ni tonta, están conscientes de su barro, pero le ama y el amor cubre una multitud de errores.  Si usted se humille y les pida ayuda, no solamente le ayudará, le respetará más. Usted será aún más fuerte y noble en sus ojos. 

Me acuerdo de un ministro de renombre que en su día tenía uno de los ministerios más grandes del mundo, pero cayó en adulterio. Él se había dado cuenta que se estaba resbalando, pero no buscó a nadie.  Comentó después, “yo no tenía nadie con quién platicar.”

La realidad es que ese ministro sí tenía una autoridad, pero se consideró superior a su autoridad por causa de sus logros y audiencias grandes. Se había rodeado de los que nunca expresaba una opinión opositora y  que podía manipular.  Sí tenía con quién hablar, pero no aprovechó de ello. En su orgullo, no deseando que nadie vea que no era perfecto, se aisló.

Cuando todo vino a luz, aquel ministro no se sometió al proceso de restauración que le dio su autoridad porque tenía mentalidad de orfandad en combinación de un complejo de “El Mesías.” Dijo, “si me bajo del púlpito, aunque por un par de años, el mundo se irá al infierno sin mí.”  Que tremendo engaño y soberbio.

Uno puede tener un buen padre espiritual, pero si piensa como huérfano no le podrá reconocer ni responder a su autoridad.  No es una cuestión siempre de la falta de padres verdaderos. También tenemos que aprender a ser hijos verdaderos, a comunicarnos, a ser humildes y corregibles, a pedir ayuda en los tiempos de necesidad. El ministerio de aquel hombre nunca se recuperó completamente.  Yo he visto a esta misma historia triste volver a repetirse una y otra vez.

Una buena cobertura espiritual ofrece:

  1. Un ejemplo que seguir (1ª Corintios 11:1).
  2. Una visión que promover (Colosenses 2:6).
  3. Una unción que recibir y ministrar a otros (1ª Timoteo 4:14; 2ª Timoteo 1:6).
  4. Una autoridad legítima delegada. El que no está bajo autoridad no tiene autoridad. (Juan 12:49). La definición de “autoridad” implica que uno ha sido autorizado por otro. Si piensa usted que Dios es el Único que le reconoce, está caminando sobre hielo delgado.
  5. Una identidad y una familia a la cual pertenecer (Lucas 1:63-64). Fuimos creados para ser miembros de una comunidad cristiana, una “familia ministerial” así como es ilustrada por la Tribu de los Levitas, y las familias sacerdotales bíblicas.
  6. Un respaldo espiritual en intercesión y la guerra espiritual (Colosenses 1:3; Lucas 22:31-32).
  7. Una sinergia en las oraciones mediante el poder del acuerdo (Mateo 18:19; Deuteronomio 32:30).
  8. Consejo bíblico cuando hay confusión (Hechos 15:23-29).
  9. Un líder o “padre” espiritual, alguien a quién se pueda acudir para resolver un asunto, y que puede servir como un mentor (Deuteronomio 19:15; 2ª Tesalonicenses 2:11; Filipenses 2:19-22).
  10. Corrección y disciplina administradas en amor cuando es necesario (Hebreos 12:7-8).
  11. Y muchos otros beneficios más.

EN TERCER LUGAR, LAS RELACIONES CON OTROS MINISTROS.

Tenemos que asegurar que nuestras relaciones con otros ministros también son sanas.  Aunque pertenezcan a otra denominación o red ministerial, si son cristianos somos hermanos y trabajando para el Mismo Dios. Puede haber diversidad de estilos, de métodos, y tal vez no estamos de acuerdo con cada puntos doctrinal (me refiero a doctrinas no esenciales a la salvación), pero podemos respetar y honrar el uno al otro en la unidad de la fe.

Cuando permitimos divisiones, la ofensa, el rencor, celos, la sospecha u otra cosa afectar a nuestras relaciones con otros ministros, nos contamina y entristece el Corazón de Dios.  Además, frena o limita el avivamiento en la ciudad.  No estamos en competencia.  Si estamos en Cristo, estamos en el mismo equipo.  Cuando mi hermano mete un gol para el Reino de Dios, si Cristo es glorificado, todos ganamos.

Si otro cristiano marca un círculo en la tierra para excluirle a usted, entonces haga usted un círculo más grande para incluirle a él. Sonríe.  Determine ser un agente de reconciliación y de unidad.

EN CUARTO LUGAR, NUESTRAS RELACIONES CON LOS INCRÉDULOS.

Romanos 12:18 dice, Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.”

Sobre todo nuestro testimonio delante del mundo tiene que reflejar los valores del Reino de Dios.

Conozco de pastores que nunca hablan con el regidor ni con el acalde al menos que quieren pedirle un favor.  Ni siquiera toman el tiempo para orar por ellos.  

Nosotros somos mandados a orar por aquellos que están en autoridad civil y a procurar la paz, el bienestar, de ellos y a la ciudad (Jeremías 29:7). Dios quiere que Su Iglesia sea como una ciudad asentada sobre un monte y que bendiga a la ciudad con la Luz de Cristo, las buenas obras, la compasión y la generosidad.

¿Cuál es el testimonio o la imagen que tiene usted y su ministerio delante los líderes de la ciudad?

¿Con sus vecinos? 

¿Pueden ver a Cristo en usted?

Parece que voy a tener que continuar con las otras dos raíces en una tercera parte. Entre tanto, si Dios le habló por medio de esta enseñanza, toma usted unos minutos para responderle.

  • Si el Espíritu Santo le trajo convicción, arrepiéntase.
  • Haga una cita con su esposa.
  • Planea un tiempo para disfrutar con sus hijos.
  • Pida a Dios una estrategia divina para reconciliar con aquel hermano con quien quedó una ruptura.

Por Cliff Bell, © 18 de agosto, 2018, Todos los derechos reservados.

Para leer desde la 1ª Parte de esta enseñanza, sigue este enlace:

Las raíces de un ministerio fructífero y duradero / Parte 1

Para leer la 3ª Parte de esta enseñanza, siga este enlace:

Las raíces de un ministerio fructífero y duradero – Parte 3

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EVALUANDO NUESTRA CAPACIDAD

A853

¿Cuál es tu capacidad de recibir de Dios? ¿de ser usado por Dios?

HAY UNA DIFERENCIA ENTRE LLAMADO Y CAPACIDAD.

EL LLAMADO ES EL PROPÓSITO por lo cual Dios te creó. Es la razón por la cual fuiste diseñado. El llamado indica cuál sea nuestro POTENCIAL si nos rendimos al PROCESO de Dios en nuestras vidas. Continuar leyendo…