En la primera parte de esta serie, escribí acerca de la necesidad de establecer un protocolo profético en cada iglesia. Utilicé la ilustración de una torre de control aéreo que facilita el tráfico de aviones que ocurre en un aeropuerto.
Comparé los quienes trabajan en las torres de control aéreo con los pastores de las iglesias que tienen la responsabilidad de facilitar el fluir del Espíritu Santo en medio de la congregación.
Escribí de las diferentes clases de personas que buscan profetizar dentro de la iglesia. Vimos que no todos son igualmente preparados ni inspirados. Existe todo un rango de posibilidades desde lo completamente falso, lo mal hecho, lo sincero pero equivocado, hasta (gracias a Dios) lo verdadero y bien hecho.
EN ESTE SEGUNDO SEGMENTO DE LA SERIE QUIERO ESCRIBIR MÁS ACERCA DEL PROTOCOLO PROFÉTICO: LO QUÉ ES, Y CUÁL ES SU PROPÓSITO.
En la ministración profética Dios usa a seres humanos quienes podemos equivocarnos. Ya vimos como el enemigo quiere infiltrar y contaminar el fluir profético. Por eso es necesario juzgar toda profecía (1ª Corintios 14:29). Además, para obedecer el mandato de mantener orden en la iglesia, y para asegurar que todo es hecho para provecho y de edificación, se requiere establecer un protocolo profético (1ª Corintios 14:40).
Antes de definir el “protocolo profético” tenemos que saber lo que es el protocolo en general.
El PROTOCOLO es un código militar, diplomático o social de etiqueta, de comportamiento correcto y de procedimientos. O sea, es una forma establecida, correcta y ordenada de hacer las cosas.
Cuando un buen protocolo profético es establecido en la congregación podamos cumplir lo que 1ª de Corintios 14:40 nos manda con relación a los dones espirituales: «…hágase todo, decentemente y con orden.»
El protocolo profético, entonces, es la administración correcta y ordenada de la ministración profética. Cuando el protocolo profético es establecido y observada se pueda lograr las siguientes cosas:
Impide la ministración falsa o no acertada
- Da oportunidad de corregir, reorientar e instruir lo que tiene validez pero que ha sido torcido por la inmadurez o por la falta de experiencia o de entrenamiento.
- Provee la habilidad máxima a las personas siendo ministradas de recibir el provecho de la profecía.
El protocolo profético sirve como un filtro.
Un filtro es una estructura que permite fluir lo positivo, deseado y provechoso mientras que impide lo negativo, no deseado y dañino.
No es siempre los contaminantes obvios que provocan más daño, sino las contaminantes invisibles. Nadie va querer tomar agua que es obviamente contaminada. Pero lo peligroso es el agua que tiene apariencia de pureza mientras que está lleno de bacterias o venenos que el ojo no puede detector.
Es importante entender que hay más que un solo posible protocolo profético. Lo que se establece en una congregación específica dependerá de sus recursos, cultura, la acústica de su edificio, y necesidades particulares.
Algunas congregaciones tienen miles de personas, sistemas complejos de sonido, y cientos de líderes. Otras congregaciones tienen membrecía limitada, escasos recursos, algunos sin sistemas de sonido. Cada caso pueda requerir una variación en el protocolo para asegurar que todo fluya bien.
El punto es que funcione.
Lo que se establece como el protocolo profético en la congregación se pueda cambiar de vez en cuando. Cada congregación sana debe estar creciendo, madurándose y desarrollándose. La congregación es un organismo vivo, no una organización.
La formalidad vuelve religiosidad, pero necesitamos una forma.
Con cada etapa de crecimiento se requiere re-evaluar los procedimientos para asegurar que todo sigue bien. Se tendrá que re-evaluar, posiblemente modificar y redefinir el orden de vez en cuando según lo que el liderazgo sienta necesario para acomodar las necesidades actuales de la congregación y asegurar que lo que se está haciendo sigue promoviendo la visión. Liderazgo eclesiástico sabio entiende que se requiere ser una flexibilidad organizada y centrada en una visión bíblica.
Las Sagradas Escrituras no nos dicten cómo tiene que ser el orden de servicio cada vez que reunimos. ¿Por qué pensamos que cada culto tiene que iniciar con una lectura alternada de uno de los Salmos, seguido por cuatro cantos rápidos, tres cantos lentos, anuncios, la ofrenda, etc…?
La verdad es que debamos ser sensibles al Espíritu Santo cada vez que planeamos una reunión para asegurar que estamos cumpliendo lo que es Su deseo y no nuestro costumbre. Recordemos que Jesucristo es el Señor, y la Iglesia pertenece a Él.
Igualmente las Escrituras tampoco nos dicten reglas rígidas acerca de cómo administrar los dones espirituales en la congregación.
Lo que es claro es que somos mandados procurar abundar en los dones para la edificación de la iglesia, y que debamos hacerlo decentemente y con orden (1a Corintios 14:12, 40). Además, la Biblia nos da principios bíblicos que guardar en el proceso.
ESTOS PRINCIPIOS INCLUYEN:
- EL ORDEN. Dios es el Autor de orden y de paz (1ª Corintios 14:33, 40).
- LA AUTORIDAD Y LA SUMISIÓN. Dios es Él que estableció los Cinco Ministerios como liderazgo de la iglesia. Nos mandó honrarles y obedecerles como a Dios mismo. (Efesios 4:11-16; Romanos 13:1-7)
- NUESTRA MOTIVACIÓN PARA TODA MINISTRACIÓN ESPIRITUAL DEBE DE SER EL AMOR (1ª Corintios 13; 14:1).
- EL PRINCIPIO DE LA HUMILDAD (Romanos 12:3-6)
- EL RESPETO MUTUO Y LA SUMISIÓN MUTUA LOS UNOS A LOS OTROS. (1ª Pedro 5:5)
- TODO DEBE SER HECHO PARA PROVECHO, Y PARA LA EDIFICACION. (1ª Corintios 12:7; 1ª Corintios 14:12)
Ya mencioné muchos abusos en la primera parte de esta serie. Sin embargo, el abuso más común y el más serio de los dones espirituales es la ignorancia y descuido completo de ellos por la mayoría del Cuerpo de Cristo.
Desgraciadamente muchos pastores impiden toda manifestación de los dones espirituales, y no proveen enseñanza ni entrenamiento con relación a los dones. Aun en algunas iglesias que profesan ser “apostólicos y proféticos,” ni los propios pastores y líderes se mueven en los dones. Dicen que así tienen “orden.” No estoy de acuerdo. Lo que éstos tienen es ignorancia y una falta de obediencia a la Palabra de Dios que nos manda procurar los dones. No es suficiente creer en los dones. El diablo cree y tiembla. A estos pastores y líderes se les olvida la primera parte de ese versículo que dice, «pero hágase todo…».
Si nada está siendo hecho, si no hay manifestación de los dones, no hay nada que poner en orden.
Se necesita manifestar los dones para poder ponerlos en orden. Bíblicamente, la ausencia de la manifestación de los dones es también “fuera de orden.” Personalmente prefiero un poco de fuego descontrolado de vez en cuando que leña mojada que nunca se enciende. Gracias a Dios, si sigamos los patrones y principios bíblicos podamos lograr un equilibrio.
Algunos pastores tienen dudas, y me han preguntado… “¿Cómo se puede establecer un protocolo profético? ¿No es eso un intento de controlar al Espíritu Santo?” Mi respuesta es, “No estamos controlando el Espíritu Santo. Estamos en actualidad facilitando el fluir del Espíritu Santo de la misma forma que los semáforos de una ciudad facilitan el tráfico.” Sin esos semáforos habría caos, y nadie podría llegar a su destino.
Tenemos que ejercer autoridad como padres espirituales y líderes en la iglesia para proteger al rebaño de lo que no es de Dios. Tenemos la responsabilidad de asegurar que lo que es hecho sea de provecho y para la edificación de la iglesia.
El problema es que el Espíritu Santo no es el Único que quiere hablar en la congregación. Hay otros espíritus (engañadores), y seres humanos que a veces se equivocan.
La verdad es que cuando establecemos un protocolo profético, no solamente podemos impedir el fluir de lo falso, PODEMOS GENERAR UN AMBIENTE EN DONDE LO VERDADERO TIENE LIBERTAD DE FLUIR.
CUANDO NO HAY UN PROTOCOLO ESTABLECIDO EL PUEBLO HACE UNA DE DOS COSAS: (1) Nada, o (2) Hacen lo que les parece bien en su propia estima. Normalmente imitan a la persona a quienes estiman como la más “espiritual”. Desgraciadamente, ¡esa persona es casi siempre la persona más rara de la congregación! Es obvio que ambos de estos dos extremos provocan problemas.
Los que tienen temor de Dios y falta de confianza en sí mismos muchas veces son los que más reciben palabras acertadas – pero no se animan compartir lo que reciben por su falta de confianza. Mas cuando establecemos un protocolo, éstos se sentirán más seguros porque sabrán que hay un filtro que les servirá como confirmación o no.
Veamos brevemente lo que NO ES el propósito del protocolo profético…
- EL PROPÓSITO NO ES limitar, apagar o controlar al Espíritu Santo.
- NO ES controlar a la gente.
¿Cuál es, entonces el propósito del protocolo profético?
EL PROPÓSITO del protocolo profético ES PARA:
- Asegurar que todo sea hecho, y que sea hecho de una forma ordenada.
- Proteger al rebaño de los que pueden ser lobos disfrazados.
- Asegurar que las palabras acertadas puedan ser compartidas, y a la vez impedir las profecías no acertadas, dañinas, o las que provienen solamente del alma.
- Asegurar que todos que estén presentes puedan oír claramente lo que Dios esté diciendo por medio de la profecía, y así honrar al Señor.
- Demostrar respeto a Dios, a Su Palabra, la autoridad delegada por Dios, el Pueblo de Dios y la Casa de Dios.
- Mantener correctas prioridades en un culto de la iglesia, y cumplir todo lo necesario en el tiempo dado.
- Asegurar que el tiempo de todos los presentes es respetado y usado para el máximo provecho.
Si realmente creemos que Dios nos habla por medio de la profecía, entonces es importante que todos escuchen y presten atención a las profecías.
Si en una congregación grande, alguien comience a gritar una profecía sin el beneficio de un micrófono, ¿quién podrá oír la profecía? Aunque la profecía sea acertada, ¿Dónde está el provecho si nadie la escuche?
1ª Cor. 14:7-8 «… Si no dieren distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con la cítara? 8 Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?»
Si el pastor necesita un micrófono para ser escuchado cuando predica, entonces es razonable requerir que la profecía también sea compartida usando el micrófono.
La persona que recibe una profecía de Dios puede controlarse, esperar la autorización de los líderes y el momento oportuno.
Erramos si pensamos que la profecía tiene que ser dada de inmediato cada vez. En la Biblia, la mayoría de las profecías fueron escritas primero y luego compartidas en el foro apropiado, sea delante del rey en privado, a cierto individuo o grupo en particular, o en público.
PUNTOS PRÁCTICOS PARA LOS QUE MANEJAN EL SONIDO E INSTRUMENTOS…
Muchas veces he presenciado a alguien tratando de profetizar. En muchos casos la persona tenía la autorización, y estaba usando el micrófono, pero nadie le podía escuchar porque la música estaba dominando. Esa es una falta de respeto a Dios, y a las personas presentes.
Los que manejan el volumen del sonido deban estar en alerta y bajar el volumen de la música si la profecía es dada mientras que la música está siendo tocada. NO es suficiente aumentar el volumen del micrófono de la persona que profetiza. ¡La profecía no debe tener que competir con la banda! Los quienes están tocando los instrumentos también deban poder escuchar la profecía para saber cómo responder apropiadamente.
Pueda ser que hay un servicio en el cual hay una lista larga de asuntos que tienen que atender – al grado que no hay tiempo para que sea declarada públicamente cada revelación profética percibida por cada miembro de la congregación. Claro, los líderes deben estar sensibles al Espíritu Santo y no enfocado solamente en su lista de “quehaceres.” Ellos tienen que discernir y determinar cuáles cosas tienen la prioridad para ese momento, y hacerlo con el temor de Dios.
CUANDO EL TIEMPO NO PERMITA…
Hablando en términos prácticos, si la congregación es suficiente grande, no siempre hay tiempo para que cada persona que recibe una revelación tenga la oportunidad de compartirla. El protocolo profético pueda ayudar a determinar cuáles profecías son las más acertadas, y las de mayor relevancia e importancia. Las demás personas puedan escribirlas en un papel y someterlas al liderazgo para su consideración para ser compartidas después en otro tiempo.
La verdad es que en esos casos, aunque las profecías sean acertadas, encontrarán que en el caso de muchas de ellas:
- El mensaje de la profecía ya fue compartida de otra forma, y es una repetición. Si todos son sensibles a la Voz del Espíritu Santo, muchos deben estar oyendo lo mismo. Pero no todos tienen que anunciarlo nuevamente si ya fue compartido por otro.
- El mensaje de la profecía fue una confirmación personal para esa persona, no una palabra para la congregación entera.
- En otros casos, pueda ser que no era una rhema de Dios, sino simplemente alguien que se emocionó acerca de cierta verdad de la Palabra Logos de Dios.
En el caso óptimo, la congregación debe estar recibiendo enseñanza para saber cómo juzgar la revelación que reciben, y cómo determinar si es algo que merece ser compartido delante de los demás.
El protocolo profético establecido engendra un ambiente de seguridad y confianza a los santos para que puedan moverse más en sus dones.
Un buen protocolo profético se comunica a los santos:
- Que sus dones son valorados lo suficiente para darles lugar.
- Que hay una autoridad madura presente y responsable para atestiguar la palabra y que pueda brindarles dirección o apoyo, si fuera necesario.
Y eso les da más confianza a los miembros de la congregación a comenzar a dar pasos de fe.
Para ser continuado…
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Para seguir con la tercera parte en la cual les daré un modelo que se pueda implementar y unas pautas que implementar, siga este enlace:
Por Cliff Bell, © 2013, Todos los derechos reservados.
Se le permite compartir en las redes sociales esta publicación en su totalidad directamente desde mi página usando la función de “Compartir.” De hecho, le animamos a hacerlo. Permiso también es dado a imprimirlo para su estudio personal, o para compartirlo en su grupo pequeño o congregación. Pero se prohíbe “copiar y pegar” esta reflexión a otra publicación, sea digital o impresa, sin el consentimiento previo del autor. Gracias por su comprensión.
Gracias Profeta por esta palabra fundamental para el desarrillo y el crecimiento , personal como corporal de la iglesia.
Os saludo pastor Daniel Lopez
I.C.C.B.M.A.P.2017DL
Querido Pastor Daniel López,
Muchas gracias por su comentario y por visitar a mi página. Es mi esperanza y oración que estas enseñanzas sean de provecho para muchos, y que ayude a los pastores a promover la operación de los dones espirituales de una manera edificante y positivo. ¡Bendiciones!