Declaración de Fe

  1. Creemos que las Escrituras son la Palabra de Dios inspirada por Él e inerrante, y que como tal, son la revelación de Dios para el hombre, la regla infalible de la fe y de la conducta. (2ª Timoteo 3:16; 1ª Pedro 2:2.)
  2. Creemos en un Dios Trino y Uno, eterno, que existe por Sí mismo, y que se revela a Sí mismo como Padre, Hijo y Espíritu Santo. (Deuteronomio 6:4; Marcos 12:29; Isaías 43:10-11; Mateo 28:19)
  3. Nosotros creemos que Jesucristo es el Dios verdadero y hombre verdadero, habiendo sido concebido por el Espíritu Santo y nacido de María, la virgen. (Juan 1:1; 14; Mateo 1:18; Lucas 1:26-27; Lucas 2:7; 1ª Timoteo 2:5)
  4. Creemos que Jesucristo murió en la cruz y derramó Su sangre como sacrificio por nuestros pecados. Se levantó corporalmente de la muerte, ascendió al cielo y está sentado a la diestra de la Majestad en las Alturas.  (1ª Pedro 2:24; Hebreos 9:11-14; 1ª Corintios 15:3-8; Hechos 2:32-36; Hebreos 10:12)
  5. Nosotros creemos en el ministerio del Espíritu Santo para glorificar a Cristo, para convencer al hombre de pecado, justicia y juicio y para otorgarle poder al creyente. (Juan 15:26; Juan 16:8, 14; Hechos 1:8)
  6. Nosotros creemos que el hombre fue creado a la imagen de Dios, pero cayó en pecado. (Génesis 1:26-31; Génesis 3:1-7; Romanos 5:12-21)
  7. Nosotros creemos que el hombre puede ser justificado sólo por gracia a través de la fe personal en el Señor Jesucristo. (Efesios 4:11-12; Romanos 3:24-28)
  8. Nosotros creemos que el bautismo en agua nos identifica con la muerte y sepultura de Cristo, y que nosotros debemos levantarnos para andar en vida nueva. (Romanos 6:3-9; 1ª Pedro 3:21)
  9. Nosotros creemos que la Iglesia verdadera está compuesta por el tipo de personas que, a través de la fe en Jesucristo, se han regenerado por el Espíritu Santo. (1ª Pedro 2:4-5; Efesios 2:19-22)
  10. Nosotros creemos en la segunda venida personal y literal de nuestro Señor Jesucristo para juzgar a los vivos y a los muertos. (1ª Tesalonicenses 4:16; Hebreos 9:27; 1ª Corintios 15:51-52; Apocalipsis 20:11-15; Hechos 24:15)
  11. Nosotros creemos en la resurrección corporal de todos los muertos. (Hechos 24:15; 1ª Corintios 15:35-44; Apocalipsis 20:11-15)
  12. Nosotros creemos en una bendición eterna para el creyente, y por otro lado juicio y castigo eterno para el no creyente. (Mateo 7:21-23; Apocalipsis 20:11-15; Juan 5:29)
  13. Nosotros creemos que Cristo quiere que los miembros de Su Iglesia lleven el Evangelio por todo el mundo. (Mateo 28:18-20; Hechos 1:8)
  14. Nosotros creemos que el Espíritu Santo trabaja hoy en la Iglesia a través de sus dones, fruto y ministros ungidos. (Hechos 2:39; Romanos 12:6-8; 1ª Corintios 12:1-11; Gálatas 5:22-23; Efesios 4:11; 1ª Corintios 12:28)
  15. Nosotros creemos que los dones del Espíritu Santo son dados a cada creyente y necesitan ser activados y ejercitados para cumplir su divino propósito de bendecir el Cuerpo de Cristo. (Hechos 2:39; 2ª Timoteo 1:6)
  16. Nosotros creemos que en el bautismo del Espíritu Santo donde el Espíritu es enviado para darle a cada creyente una lengua privada para orar y alabar, usada para edificarse ellos mismos, y que ese tipo de bautismo les otorga el poder al creyente para ser efectivos para Cristo. (Hechos 1:8; Hechos 2:39; 1 Corintios 14:2; 1 Corintios 14:18; Hechos 19:1-6)
  17. Nosotros creemos en la sanidad divina del cuerpo como parte de la obra expiatoria de Jesucristo. La sanidad puede ser recibida y también ministrada a otros a través de la fe y varios dones. (1ª Corintios 12:8-10; Mateo 8:16-17; 1ª Pedro 2:24)
  18. Nosotros creemos que se requiere perfeccionar y equipar a los santos dentro del ministerio del cual son miembros en el Cuerpo de Cristo. (Efesios 4:11-16; 1ª Corintios 12:28)
  19. Nosotros creemos que las vocaciones ministeriales de los apóstoles y los profetas son vigentes hoy en día por medio de los que Cristo ha establecido en la Iglesia como los ministerios fundamentales y de revelación. Nosotros creemos que estos dos ministerios están siendo restaurados para funcionar en pleno poder y autoridad juntamente con los ministerios del evangelista, pastor y maestro antes de la segunda venida literal de Cristo. (Efesios 2:20; Hechos 3:21)
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