Una palabra de Dios a nuestras vidas cambia todo.

La Palabra hablada de Dios siempre ha tenido poder.   Dios solo tuvo que hablar, y el universo fue creado de la nada.

Dios dijo, “Sea la luz”, y fue la luz.  Y así fue el resto de la Creación.  Con una palabra, y lo que estaba apenas en la imaginación de Dios se convirtió en una realidad.  Su Palabra está llena de poder para llevarla a su cumplimiento.

“Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” Isaías 55:11

Ya he dejado de contar los testimonios que me han llegado de parejas que antes eran proclamados infértiles por sus doctores quienes resultaron embarazados y tuvieron hijos después de recibir una profecía de Dios.  En un caso, la señora había tenido una histerectomía completa, pero en 11 meses dio luz a un hijo varón porque Dios hizo en ella un milagro creativo. Su pastor me buscó para compartirme las buenas nuevas cómo Dios cumplió Su Palabra.

Profeticé a un joven que Dios le usaría en la música y la alabanza. No sabía que él nunca había expresado un interés en esas cosas.  Pero después de haber recibido la profecía, comenzó a tocar la guitarra. Dentro de tres meses estaba dirigiendo la alabanza y tocando su guitarra en la iglesia. Hoy en día, ese mismo joven toca varios instrumentos, escribe cantos nuevos y enseña otros en la música y alabanza.

Yo podría contarles testimonios por días sin cesar.

La Palabra de Dios ministra vida. Jesús dijo, “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” Juan 6:63

La profecía que es de Dios expresa Su buena voluntad por nosotros y nuestro potencial en Cristo.

“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” 3ª Juan 2

Dios nos habla en Jeremías 29:11-13 acerca de Su buena voluntad para con nosotros:

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. 12 Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; 13 y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.”

Dios nos ama, y desea lo mejor por nosotros.  Cristo es nuestro Buen Pastor que da Su vida por nosotros. El diablo es el ladrón.

“10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”. Juan 10:10-12

Romanos 8:31-35 dice: “31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”

Dios no solamente nos ama (Juan 3:16), dio Su vida por nosotros, y nos ha dado TODO lo que necesitamos para la vida y la piedad mediante Sus preciosas y grandísimas promesas (2ª Pedro 1:3-4).

¿Por qué, entonces, pensamos que cuando Dios nos habla que nos viene a castigar?

1ª Pedro 2:24 nos revela que Cristo llevó él mismo nuestros pecados en Su Cuerpo sobre la cruz para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por Sus heridas nosotros también recibimos la sanidad.

Por causa del precio que Jesús tomó sobre Sí mismo, nosotros ahora podemos recibir la justicia de Dios (2ª Corintios 5:21), ser hechos hijos de Dios (1ª Juan 3:1), ser partícipes de la naturaleza divina (2ª Pedro 1:4), recibir sanidad (1ª Pedro 2:24), ser hechos el templo del Espíritu Santo (1ª Corintios 3:16), ser más que vencedores en Cristo (Romanos 8:37), colaborar con Dios para hacer las obras de Cristo (Juan 14:12), y ser hechos ministros de la reconciliación (2ª Corintios 5:18).

¡Y eso es apenas el inicio!

Los que son profetas verdaderos ministrarán vida y libertad a los hijos de Dios. Los que andan maldiciendo y golpeando a la gente no conocen el Corazón de Dios.

Testimonio personal de una palabra profética clave para mi vida.

Hace 29 años mi esposa y yo éramos nuevos en Christian International.  Yo estaba trabajando en la construcción, pero no era un empleo estable, y estaba buscando un trabajo mejor antes de que naciere nuestra primogénita.  Queríamos quedarnos en Christian International, pero yo no pude encontrar un empleo cerca de ahí.

Yo fui ofrecido una posición como líder de alabanza de una congregación en otro estado. Todo pareció en orden, y de acuerdo con mi llamado según nuestro entendimiento en ese tiempo.  Yo conocí a la red a la cual pertenecía esa congregación, y el pastor me pareció muy bueno.  El pastor me dijo que quiso prepararme para en tiempo ser su asistente, y no apenas el líder de alabanza.

Mi esposa y yo fuimos para conocer a la congregación. Otra vez, según lo que yo pude ver, todo estaba en orden.  Yo había pedido de Dios un trabajo, y esta era la única puerta que se abrió.   …pero mi esposa no tenía una paz. 

Dianne me dijo, “yo sé que no hay trabajo en donde está Christian International, pero siento fuertemente que Dios quiere que sigamos allá.  Este no es nuestro lugar.”   Pero me dijo también, “mas tú eres mi esposo, y la decisión final es tuya.  Me sujetaré y te apoyaré  sea lo que decidas.”  Entonces ella comenzó a orar que Dios me hablara de una manera clara y contundente para que yo recibiera la dirección del Señor.

Dentro de poco tiempo llegó un profeta llamado Tom Morrison (ya está con el Señor) a Christian International, y me profetizó, “El Señor te dice, ‘Quédate aquí, y no te vayas. Porque Yo no te he llamado a una nube sin lluvia ni a un pozo sin agua.” Más claro que el agua no pudo haber sido.  Dentro de dos semanas más yo recibí un empleo del mismo ministerio, Christian International, y nos quedamos.  Es ahí en donde fui levantado y preparado para el ministerio que ahora tengo.

Cinco años después, me procuró el hombre que tomó esa posición en la otra congregación. Me preguntó, “¿Qué es lo que tú sabías que yo no sabía?  ¿Por qué no tomaste esa posición?”  Cuando yo le conté de la profecía que había recibido el hombre quedó maravillado.  Me dijo, “Pues así es precisamente cómo era esa iglesia:  una nube sin lluvia y un pozo sin agua.  Esa iglesia casi destruyó a mí y a mi familia. Dé gracias a Dios que no te fuiste.”

Dios nunca nos negará lo que necesitamos para cumplir Su voluntad y nuestro potencial.  Pero he encontrado que normalmente Dios espera hasta el último momento para que Le busquemos y que dependamos en Él.

La palabra profética verdadera trae vida. Si acaso Dios habla de algo negativo, es que tiene un propósito redentor. 

Cuando el Profeta Ágabo profetizó en Antioquía de la gran hambre que vendría a la tierra, fue porque Dios quiso que ellos se movilizaran para enviar ayuda a los creyentes de Jerusalén (Hechos 11:28-30). Pues Dios nunca ha tomado deleite en el sufrimiento de nadie.

Dios hubiera salvado a Sodoma y Gomorra si hubiesen apenas 10 justos ahí; …y eso fue en el Antiguo Testamento, antes de la época de la gracia en la cual nosotros ahora vivimos. Cuando la Ciudad de Nínive se arrepintió detuvo la destrucción que había sido profetizada por Jonás.   ¿Cuánto más ahora, en el Nuevo Pacto, Dios tendrá misericordia y otorgará de Su gracia?

¿Ha escuchado usted de una profecía de desastre y calamidad catastrófica?

Si usted escuche de una supuesta profecía que habla de desastres naturales, calamidad, juicio, y tales cosas, acuérdese de la bondad de Dios. Romanos 8:4 nos dice que es la benignidad de dios que nos guía al arrepentimiento. La palabra verdadera de Dios le motivará con fe para acercarse a Dios, no con terror.

Juzgue las profecías con esa vara de medir:

• ¿la palabra promueve la fe o el temor?
• Si es que habla de algo negativo, ¿en dónde está el propósito redentor?
• ¿En dónde se puede ver el amor y la benignidad de Dios?
• ¿Refleja correctamente esta profecía el Corazón de Dios?
• ¿Cómo sería Cristo glorificado en esto?

Tenemos que juzgar las profecías para ver si realmente son de Dios.

1ª Juan 4:1 “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.”

1ª Corintios 14:29 “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.”

1ª Tesalonicenses 5:19-21 “No apaguéis al Espíritu. 20 No menospreciéis las profecías. 21 Examinadlo todo; retened lo bueno.”

1ª Corintios 14:3-4 “Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. 4 El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.”

2ª de Corintios 3:17 dice: “…donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.”

Espero que esto le será de provecho y de edificación, y que usted responderá con fe al amor inmenso de Dios por usted.

Por Cliff Bell © 2018

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