El hacer decisiones difíciles es parte de la vida, especialmente si eres un líder. Con más responsabilidad vienen más decisiones que afectan a más gente. Como cristianos, queremos estar seguros de que estamos permaneciendo en la voluntad de Dios.
Hay decisiones por las cuales la decisión mejor es muy obvia cuando aplicamos los principios bíblicos y el sentido común. Pero hay momentos cuando las opciones no están claras, y no queremos quedarnos paralizados por el temor de hacer la decisión equivocada. Muchos agonizan al tomar decisiones y carecen de confianza en la dirección de Dios en sus vidas.
Sería genial si Dios cada vez nos diera una señal sobrenatural y contundentemente, que las puertas equivocadas desaparecieran, que el ángel Gabriel apareciera, vestido de ropas resplandecientes y nos tomara por la mano y nos indicara la puerta correcta. Pero ¿cuántas veces les aconteció así por los apóstoles del Nuevo Testamento? No voy a limitar a Dios, pero esa clase de intervención es la excepción y no la regla.
Igualmente, Dios tampoco nos envía un profeta con una respuesta cada vez que queremos.
Dios se deleita en hablarnos directamente. Dios es amor y el amor se comunica. Sus ovejas oyen Su Voz. Si eres hijo(a) de Dios, puedes tener confianza en Su amor y dirección, pero tenemos que prestar atención y esperar Su respuesta con confianza.
- ¿Cuál es un proceso de discernir la voluntad de Dios para nuestras decisiones?
- ¿Cómo buscamos a Dios?
- ¿Cuáles preguntas podemos hacer?
- ¿Cómo nos responde el Señor?
El video anexado cubre estas preguntas y mucho más. Sé que le será un tiempo poderoso de equipamiento que te infundirá mayor confianza para las decisiones que están por delante.