7 Pasos Prácticos para ver su Cumplimiento

CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL – PARTE 3

7 Pasos Prácticos para ver su Cumplimiento

Esta es la TERCERA PARTE de tres enseñanzas acerca de cómo responder a la profecía personal. En esta última parte voy a destacar ocho pasos prácticos que puedes implementar para responder bíblicamente a tus profecías personales para ver el cumplimiento.

En la primera parte yo compartí cómo el vocero humano y falible pueda afectar a la profecía, y por qué tenemos que juzgar las profecías.  La segunda parte examina la naturaleza de la profecía personal. Recomiendo que te tomes el tiempo de leer toda la serie. Al final ofreceré los enlaces para las primeras dos partes.

SIETE PASOS PRÁCTICOS EN RESPUESTA A UNA PROFECÍA PERSONAL

1) ESCRIBA LA PROFECÍA SOBRE UN PAPEL

«Escribe la visión y grábala claramente en tablas para que corra el que las lea.» Habacuc 2:2

Cuando transcribes una profecía, te ayuda mucho porque así puedes leer y analizar el contenido de la profecía sin la voz y la personalidad de la persona que te profetizó. Podrás ver, entonces, precisamente qué fue declarado en la profecía.

Es por eso por lo que, en Christian International, insistimos que grabemos todas las profecías personales. Si creemos que Dios nos está hablando, ¡entonces queremos tener alguna forma de documentar lo que nos dijo!

Cuando tienes una transcripción de la profecía, puedes juzgarla con mayor precisión. Si la profecía no está grabada, entonces estás a merced de tu memoria. No podemos recordar cada palabra pronunciada y, como seres humanos, tendemos a escuchar lo que queremos en vez de lo que Dios quería decirnos. Además, tendemos aplicar y acomodar la profecía a nuestro gusto, ¡y ambas tendencias son peligrosas!

2) JUZGA LA PROFECÍA CONFORME A PRINCIPIOS BÍBLICOS Y EL TESTIMONIO DEL ESPÍRITU SANTO

El Testimonio de la Escritura. (2ª Timoteo 3:16; Salmo 89:34; Hebreos 13:8; Malaquías 3:6; Gálatas 1:8). Toda profecía personal está sujeta a la Santa Biblia (2ª Pedro 1:20). Dios no se contradice. Si la profecía no está de acuerdo con los principios bíblicos y la doctrina de los apóstoles del Nuevo Testamento, no es de Dios.

Dios nunca te instruirá a romper uno de Sus principios bíblicos establecidos. Dios nunca te instruirá a divorciarte de tu pareja, sino a vivir en fidelidad y guardar los pactos, porque Él ya ha establecido, «lo que Dios juntó, no lo separe el hombre» (Mateo 19:6).

Dios nunca te instruirá para calumniar a otros o dividir una congregación para lanzar tu propio ministerio (Efesios 4:1-3). Dios nos ha mandado honrar a los que están en autoridad y buscar la paz con todos tanto como sea posible (2 Timoteo 2:1-3; Romanos 12:18). Cristo quiere edificar su Iglesia, no dividirla (Mateo 16:18).

El Testimonio del Espíritu Santo.

De la misma manera que el Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu humano redimido de que somos hijos de Dios (Romanos 8:16), el Espíritu Santo puede dar testimonio a nuestro espíritu cuando una profecía, o una porción de una profecía personal, es de Dios o no.

Normalmente, el testimonio del Espíritu Santo viene en forma de una paz interior e inexplicable. Tu mente aún puede tener preguntas. Es posible que no tengas idea de cómo se podría cumplir la profecía, pero si es de Dios, habrá una paz inexplicable y una confianza de que Dios, de alguna manera, lo cumplirá.

TESTIMONIO PERSONAL – Hace muchos años, Dios dio a mi esposa y a mí una profecía diciendo que nos daría una casa propia. La profecía fue confirmada múltiples veces. No sabíamos cómo se podía cumplirse, pues en lo natural era imposible. No obstante, sabíamos sin duda que si seguíamos viviendo en fe y en obediencia, Dios lo haría posible.

Por fin, sabíamos que se acercaba el tiempo del cumplimiento. Interesantemente nuestras circunstancias naturales estaban aún menos favorables que antes. Pero teníamos una paz inexplicable a pesar de las circunstancias contrarias. Seguíamos orando juntos como familia. Dios nos dio dirección específica, y comenzamos a hacer pasos de fe.  Dios honró nuestros pasos de fe y abrió camino en donde no hubo camino antes.  Por medio de una serie de milagros Dios hizo posible lo imposible y cumplió Su promesa profética.

UNA PALABRA DE EQUILIBRIO: No es suficiente tener un “buen sentir” acerca de una profecía. TODA profecía está sujeta a los principios de las Escrituras. A veces la carne o la mente natural se sentirá muy a gusto con algo que Dios prohíbe.  Tenemos que discernir entre lo que procede de la mente natural y lo que procede de la Mente de Dios.

Si Dios te ha ordenado que hagas algo y no lo haces, entonces no estás en condiciones de recibir el favor de Dios. Además, si la desobediencia se convierte en un patrón de comportamiento, te vuelves vulnerable a un espíritu de autoengaño (Santiago 1:22).

Es posible engañar a ti mismo si deseas fuertemente algo que Dios no ha autorizado.

Había una mujer que estaba obsesionada con la idea de casarse con su pastor. ¡Estaba orando para que la verdadera esposa de su pastor muriera para que ella pudiera tomar su lugar! ¡Eso es un fuerte engaño!  Esas “oraciones” suyas eran brujería, pero a su mente carnal le gustó tanto la idea que no estaba dispuesta a aceptar la corrección de nadie. Cerró los ojos a las Escrituras y sus oídos a la verdadera Voz de Dios.

Esa mujer estaba sorda a la Voz de Dios. Te recomiendo una serie de enseñanzas que tengo publicadas en YouTube acerca de las cosas que provocan ceguera y sordez espiritual… La serie se llama, «Removiendo los Obstáculos Para Oír la Voz de Dios.»

Aun cuando tenemos confirmación que una profecía es de Dios, tenemos que vivir en obediencia para realizar el cumplimiento. Por ejemplo, una de las cosas más básicas para recibir el favor de Dios en nuestras finanzas es el diezmar y ofrendar con fidelidad, gratitud y alegría (Malaquías 3:8-12; 2ª Corintios 9:6-12; Mateo 23:23). El que no lo hace no tiene derecho de anticipar la bendición de Dios sobre su vida. Todas las promesas de Dios son CONDICIONALES (una de las cualidades de la naturaleza de la profecía personal explicada en la segunda parte de esta serie).

La profecía personal no anula la necesidad de recibir consejo sabio de nuestros pastores (Hebreos 13:7-9, 17; Deuteronomio 19:15). El hecho que hemos recibido una palabra verdadera del Señor no es una licencia para regresar a casa como un independiente sintiéndonos espiritualmente superiores.

La profecía personal es sólo UN MÉTODO ENTRE MUCHOS por los cuales podemos conocer la voluntad específica de Dios. El consejo pastoral es otro método legítimo y necesario y los dos deben complementarse y fluir juntos.

Tus pastores te pueden ayudar a analizar tu vida para identificar problemas que puedan bloquear o tardar el cumplimiento de tus profecías personales. Tus pastores también te pueden ayudar a identificar en dónde estás ubicado con relación al cumplimiento, y los pasos que puedes tomarte para apurar el cumplimiento. Puede ser que la profecía se refiere al Capítulo Nueve de tu vida mientras que estás viviendo actualmente en el Capítulo Tres.

La mayoría de las personas creen que están en mejor forma ante Dios de lo que es la realidad. He conocido a personas quienes pensaban que estaban lo suficiente maduras para ser lanzados a un ministerio profético mientras que su carácter estaba en completo desorden. Esto es lo que llamamos tener un “punto ciego” y el problema con los puntos ciegos es que no puedes verlos.

Un granjero sabio entiende que no puede comer su semilla y esperar una cosecha el siguiente año. Conocí a una persona que esperaba que Dios le regalara una empresa propia sin hacer ningún esfuerzo. Mientras tanto no diezmaba, no ofrendaba, malgastaba lo que sí tenía, consumió toda la semilla que Dios le había dado. Ese hombre sigue esperando y viviendo en la misma pobreza y situación desesperante que antes.

3) MEDITA EN LA PROFECÍA, Y PIDE QUE EL ESPÍRITU SANTO TE AYUDE A JUZGAR, ENTENDER, INTERPRETAR Y APLICARLA. (Josué 1:8; Juan 14:26 y 16:13)

Cuando Dios te habla mediante una profecía, no está tratando de confundirte sino comunicarse contigo.  El mismo Espíritu Santo que inspiró la profecía te quiere ayudar a entenderla. Pídale Su ayuda. Juan 14:26 dice que parte del trabajo del Espíritu Santo es enseñarte todas las cosas.

Si hay terminología en la profecía que no entiendes, puede ser útil preguntar a la persona que te profetizó qué precisamente es lo que percibió al profetizarle, o qué quiso decir al usar cierta palabra.  Diferentes grupos cristianos tienen definiciones diferentes para algunas palabras.

4) RESEÑE LA PROFECÍA PARA DETERMINAR CUALES ÁREAS DE TU VIDA REQUIEREN UN CAMBIO.

¿Cuáles actitudes o hábitos tuyos necesitarán ser ajustados antes de que tu profecía pueda cumplirse? Puede ser que sea solo un cambio de actitud, como pasar de la duda a la fe; de una mentalidad de víctima a una de vencedor, de la murmuración a la gratitud, etc. Puede ser que tengas que arrepentirte de un pecado que te tiene atado.

Puede ser que haya una debilidad de carácter que debes corregir para que Dios pueda bendecirte. Tal vez sea necesario desarrollar tu capacidad para ser un administrador competente de las finanzas. Si ese es el caso, ¡entonces la gracia de Dios se extiende hacia ti para que des esos pasos!

¡Dios te ama tal como eres, pero te ama demasiado para dejarte en esa condición! Su meta es que seas como Cristo: santo, justo, íntegro, victorioso, productivo, gozoso y bendito. (Romanos 8:29)

¿Cuál es la debilidad que Dios quiere quitar de tu vida antes de que se cumpla tu profecía? No podemos avanzar al siguiente nivel en Dios si estamos atados a una debilidad pasada. Si te arrepientes y te sometes a su proceso, Dios te ayudará a convertir tu debilidad en fortaleza. En la mayoría de los casos, el área donde tienes tu mayor lucha es precisamente donde Dios te ha llamado a tener la mayor unción y fortaleza si te sometes a Él. Su gracia y poder se perfeccionan en nuestra debilidad. Así Él recibe la gloria (2 Corintios 12:9).

¿Cuáles acciones tuyas serán necesarias para ver el cumplimiento? Si Dios te habló de un ministerio internacional, no solamente será necesario prepararte para el ministerio, ¡tendrás que conseguir un pasaporte! Si Dios te habló acerca de abrir un negocio, necesitas planear ese negocio y aprender cómo administrarlo.

Hay algunos elementos las profecías que solo Dios puede hacer cumplir y con tales elementos, no podemos forzar nada, sino simplemente esperar con fe y paciencia (Hebreos 6:12).

5) ESPERA LA CONFIRMACIÓN ANTES DE TOMAR CUALQUIER DECISIÓN IMPORTANTE.

No hagas ninguna decisión grande basada solamente en una profecía (Proverbios 11:14, 15:22). Estoy hablando de decisiones como la de mudarse geográficamente, despedirse de un empleo, el casarse en matrimonio, el hacer una inversión grande, etc.

Cuando nosotros nos mudamos a la frontera de Texas y México y compramos la casa en que ahora vivimos, Dios lo había confirmado múltiples veces. Las confirmaciones nos dan mayor seguridad de actuar con la fe.

Algunos buscan una confirmación de una manera no prudente. Por ejemplo, no es prudente ir a un profeta y decirle, “Dios me dijo tal y tal cosa y necesito que me des una confirmación.”

En primer lugar, llenaste la cabeza de ese profeta con información natural. Ahora está “contaminado” con información que le puede influenciar. En segundo lugar, si dices: “Dios me dijo”, entonces le presentaste esa información como inspiración divina, y ¿quién puede discutir con Dios? ¡Acabas de poner palabras en la boca del profeta! Necesitamos que Dios ponga las palabras en la boca del profeta.

No pidas una confirmación de un profeta. No se busca confirmación, hay que esperarla. Dios iniciará a Su manera y en Su tiempo. Entre tanto, siga orando y pídale a Dios que Él confirme lo que a Él Le parece bien.  Espera confiando en que Él te dará la confirmación a Su manera y en Su tiempo perfecto. Dios te ama y será fiel en confirmar lo que es Su Palabra en el tiempo perfecto. Puedes confiar en Su fidelidad.

6) ACTÚA CON LA FE

Después de averiguar lo que es una profecía verdaderamente de Dios, responda con fe, recordando que la fe implica acción. (Santiago 2:17,18) La fe sin acción está muerta e inútil.  Haces lo que crees, y crees solamente lo que estás dispuesto a respaldar con tus acciones.

Define algunas metas de corto plazo y de largo plazo. Pida a Dios la sabiduría y gracia para cumplir tu parte confiando que Él será fiel para hacer Su parte, lo que tú no puedes.

Cuando Dios te dice, “Voy a hacer esto con tu vida,” normalmente significa que tú lo harás mientras que Él te habilita divinamente para hacerlo. Dios utilizará tus manos y tus pies; tus pasos de fe.

7) MILITE LA BUENA MILICIA

“Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia…” 1ª de Timoteo 1:18

La profecía es una “rhema” de Dios. “Rhema” es la palabra griega que es traducida “palabra” en Mateo 4 cuando Jesús le dijo al diablo, “No solamente de pan vivirá el hombre sino de toda PALABRA que sale de la boca de Dios.” Se refiere a una palabra específica que Dios te habla por Su Espíritu a tu vida.

En Efesios 6, la «espada del Espíritu» es la palabra (rhema) de Dios. Por lo tanto, cuando Dios te da una profecía te está entregando una espada con la cual tendrás que guerrear. 1ª de Timoteo 1:18 nos indica que somos MANDADOS (no sugeridos) a guerrear con nuestras profecías. Esto significa que debes orar e interceder según lo que Dios te ha declarado en la profecía personal.

El diablo siempre se opone a la voluntad de Dios. No es de extrañar, entonces, que el diablo se resista al cumplimiento de la voluntad de Dios en tu vida. La profecía que has recibido es una espada con la que puedes luchar para obtener la victoria. Si eres pasivo y no asumes la responsabilidad de luchar contra las promesas que Dios te dio en la Biblia y en tus profecías personales, entonces corres el riesgo de perder (o al menos retrasar) el cumplimiento y la bendición que Dios quiere darte.

El enemigo pone obstáculos en nuestro camino, trata de desviarnos, distraernos o tentarnos a pecar para que dejemos la protección y bendición de Dios. Cuando esto sucede, muchos se desaniman y desisten de concluir que la profecía no debe haber sido de Dios.

Tenemos que aceptar nuestra identidad como guerreros y decidirnos a actuar. Si usamos las herramientas y las armas que Dios nos ha dado, tenemos todo lo que necesitamos para vivir en santidad, en victoria y ver el cumplimiento de nuestras profecías personales.

«Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia…» 2ª Pedro 1:3

«Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.» Mateo 11:12

Es mi oración sincera y ferviente que leyendo estas enseñanzas, que te levantarás ahora con mayor comprensión y una renovada dedicación para colaborar con Dios. ver el cumplimiento de tus profecías personales y poseer la tierra prometida personal que Dios tiene reservada para ti.

 

Por Cliff Bell, © primera publicación, 4 de marzo, 2012. Editada y ampliada el 9 de julio, 2022, Todos los derechos reservados.

Para leer la primera parte, haz un clic aqui.

Para leer la segunda parte, haz un clic aqui.

 

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Lo que Dios me ha mostrado para este tiempo – octubre 2020

Los profetas conocemos en parte y en parte profetizamos. No tengo todo, pero voy a compartir la parte que Dios me ha dado para esta próxima temporada.

Hemos entrado el año hebraico 5781, y hay un nuevo mover del Espíritu de Dios sobre la tierra. Es tiempo de celebración y de alabanza a Dios, y al mismo tiempo, de guerra espiritual intensificada.

Dios ha usado la pandemia para traer disciplina a Su Iglesia. Nos ha dado una oportunidad para actualizarnos, de volver a nuestro primer amor, para poder colaborar con Él.

Dios sigue purificando a Su Iglesia. Dios está permitiendo la remoción de todas las cosas movibles para que permanezcan lo inconmovible, Su Reino. Cualquiera cosa que no está compatible con el Reino de Dios se está derribando. Lo comparo a la selección de los guerreros en el tiempo de Gedeón; de 32,000 quedaron apenas 300. ¡Pero esos pocos guerreros comprometidos fueron todo lo que Dios necesitaba para traer una gran victoria sobre los madianitas!

El despertar espiritual y la cosecha ha comenzado, y la guerra espiritual continuará mientras que poseemos nuestra herencia, ¡las naciones!

Para aquel que es parte del remanente justo, aquel que ha respondido a los tratos de Dios, ¡prepárate para quedar asombrado por lo que Dios hará por ti y por medio de ti!

Hay un nuevo soplo del Espíritu Santo de Dios. El despertar espiritual no es para mañana, es para ahora mismo.

ACTUALÍZATE – en tu relación con Dios en temor reverencial. Remueva toda distracción, ¡y vuélvete a tu primer amor! No hay tiempo para jugar. No permites que el pecado de otro sea un impedimento en tu propia relación con Dios.

CONÉCTATE – con tu iglesia local. El mosto está en el racimo de uvas. Hay una razón por la cual el enemigo quiso aislarte. Es tiempo de vivir en el amor, el perdón, la humildad y el servicio.

AVÍVATE – Somos mandados a avivar el fuego del don de Dios que hemos recibido. Renuncia al temor y comienza a hacer pasos de fe.

MOVILÍZATE – Dios quiere usarte para esta cosecha de millones. La Gran Comisión fue dada a cada hijo de Dios. No eres excluido. Abre tus ojos y Dios te mostrará las oportunidades que hay. No existe una alegría mayor que guiar a otro a los pies de Cristo.

En este video comparto de estas cosas y mucho más que Dios me ha mostrado y algunas cosas que están aconteciendo que los noticieros no te han dicho.  Hay algunas profecías generales, y otras más específicas para Argentina, Uruguay, México, Honduras, y Venezuela.

 

Navegando las tormentas de la vida. Parte 2/3

PARTE 2 – LAS TORMENTAS CREADAS POR DECISIONES MALAS

Cada clase de tormenta requiere una respuesta diferente. En el artículo anterior investigamos las tormentas que Dios nos envía. En este artículo veremos lo de las tormentas causadas por las decisiones malas, sean las nuestras o las hechas por otros.

Un versículo clave es:

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”  Gálatas 6:7

Nuestras decisiones y acciones siempre tienen consecuencias, para el bien o para el mal. Y no apenas afectan a nosotros, sino también a otros.

El Rey David no pensó en las consecuencias cuando pecó con Betsabé (2ª Samuel 11).  Aunque Dios le tuvo misericordia y le perdonó, hubo consecuencias difíciles que cambiaron el cuadro de su vida, familia y su legado por siempre (2ª Samuel 12:13-14).

Los que rompen los mandamientos de Dios tendrán que vivir con las consecuencias de rechazar el amor de Dios. Es el amor de Dios que nos dio Sus mandamientos. 1ª Juan 5:3 dice: “Pues éste es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.”

A mí me gusta mucho esa última frase, porque Sus mandamientos son diseñados para que vivamos nuestra mejor vida, no para negarnos nada.

Todos hemos hecho malas decisiones en algún momento, decisiones que nos costaban mucho: una relación, dinero, tiempo, o más.

He aprendido la manera difícil que nunca es una buena idea hacer una decisión de vida en medio de la desesperación. No es sabio hacer esa clase de decisión mientras que estamos presionados por otros o por las emociones. Es mejor esperar para tomarse el tiempo con calma para contemplar bien las opciones y buscar al Señor y Su Voluntad.

Dios siempre está presente, y nos quiere guiar por Su Espíritu Santo (Romanos 8:14). En Salmo 32:8 Dios nos dice: Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.”

Pero después de haber hecho una decisión y acción equivocada, y nos da cuenta de que nos habíamos equivocado, ¿ahora qué?

Cuando hemos hecho una decisión mala, Dios no nos abandona. Como con David, nuestro futuro será diferente que si nunca habíamos hecho esa decisión. Pero Dios no nos deja sin esperanza. Siempre hay esperanza.

Al darnos cuenta de un error, es tiempo de humillarnos delante del Señor, buscar Su Rostro, confesar nuestro error, y pedir de Su misericordia. Si hagamos eso, el Espíritu Santo “recalcula la ruta” como un sistema de GPS, y nos ayudará a encontrar el camino para llegar al destino.

Lamentaciones 3:22-25 dice:

22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.  23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.  24 Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. 25 Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.

Cuando identificamos un destino con el GPS del carro (o usando su teléfono) el GPS escoge la ruta mejor. Al comenzar el viaje, si te desvíes de la ruta, de inmediato el sistema lo detecta y le avisa. Te trata de convencer cambiar tu dirección (arrepentimiento) para volver a la ruta preferida.

El GPS no toma control del volante y no nos fuerza llegar a nuestro destino. Podemos resistir y hasta apagar al GPS y terminar en un destino diferente si lo deseamos. Pero si no lo apaguemos, el GPS seguirá hablándonos, guiándonos, y recalculará la ruta hasta que volvamos al camino y lleguemos a nuestro destino. Así es con el Espíritu Santo.

Busque a Dios con sinceridad. Sea sensible a la Voz del Espíritu Santo. Él le ayudará, le dará de Su misericordia para guiarle al destino que tiene para su vida.

UN EJEMPLO BIBLICO: JOSUÉ Y GABAÓN

En Josué Capítulo 9 vemos que los gabaonitas tenían miedo de Israel. Dios había mandado a Israel a aniquilar a los gabaonitas, a no tener misericordia de ellos ni hacer alianza con ellos.

Los gabaonitas enviaron una delegación especial para engañar a Josué a hacer una alianza con ellos. Se disfrazaron y fingieron que venían de una tierra lejana.

Josué debía de haber consultado a Jehová, pero no lo hizo. Josué confió en su propia sabiduría e hizo alianza con ellos.

Tres días después, Josué se dio cuenta de su decisión equivocada. ¡Había desobedecido a Dios con algo tan serio que afectaba a la nación entera! El problema es que Josué no pudo romper la alianza que él y los líderes habían jurado.

Cuando nos arrepentimos y pidamos misericordia de Dios, Él es fiel para traer un plan redentor. El cuadro será diferente. Todavía hay consecuencias. Pero Dios no nos abandona.

Josué se arrepintió, y Dios le dio un plan redentor. Los gabaonitas fueron permitidos a vivir, pero volvieron esclavos de los judíos y los que llevaban agua y leña para la casa del Señor.

Cuando nos arrepentimos y pidamos misericordia de Dios, Él es fiel para traer un plan redentor. Ahora bien, las acciones no fueron borradas. El cuadro será diferente. Israel estaba ligado a los gabaonitas por siempre. Pero Dios no les abandonó. Todavía entraron a la tierra prometida. Así también con nosotros. El cuadro saldrá diferente, pero Dios nos ayudará a llegar a nuestro destino.

En Capítulo 10, los gabaonitas fueron atacados por cinco reyes (y sus ejércitos combinados) que se juntaron en contra de ellos. Israel tuvo que ir a defenderles y guardar el pacto que había hecho con ellos. Por cuanto se habían arrepentido, Dios les ayudó en la batalla. De hecho, ¡Dios hizo algunos de los milagros más grandes registrados en la Biblia durante esa batalla y literalmente peleó por ellos!

Cuando nos arrepentimos de verdad y clamamos por Su misericordia, Dios no solamente nos ayudará, ¡Él peleará por nosotros!

CUANDO SOMOS AFECTADOS POR LAS DECISIONES MALAS DE OTROS…

Las decisiones malas de David afectaron a él mismo, pero también a muchos más.

  • Betsabé perdió a su esposo Urías y a su hijo.
  • Urías perdió su vida por orden de David.
  • El hijo que nació también perdió su vida.
  • Los padres y familia de Urías perdieron a su hijo / hermano.
  • 2ª Samuel 12:14 dice que las acciones de David hicieron blasfemar a los enemigos de Jehová.

UN EJEMPLO PERSONAL

Mi familia fue cambiada por siempre cuando mi cuñado, en un momento de alta emoción, hizo una decisión que cambió muchas vidas por siempre. Cometió un delito grave y resultó aprisionado. Gracias a Dios, en tiempo, él dio su vida a Cristo dentro de la prisión donde sigue hoy. Pero sus dos hijos que no nos conocían vinieron a vivir con nosotros por varios años. La realidad es que nos costó mucho. Tuvimos que hacer muchos cambios y ajustar a nuestras vidas en maneras radicales.

En vez de resentir lo que sucedió, lo aceptamos como una tarea de Dios para nuestra familia. Doy gracias a Dios que ahora ellos conocen a Cristo y tienen una oportunidad para una vida mejor. Fue un proceso en el cual todos crecimos mucho, pero ahora los contamos como hijos y una parte integral de nuestra familia. Por cuanto buscamos al Señor y dependimos en Él, nos ayudó para cambiar algo negativo en algo positivo.

LA TORMENTA QUE PABLO SUFRIÓ POR LA DECISIÓN DE OTRO.

En Hechos 27, el Apóstol Pablo estaba preso y bajo el cargo de un centurión llamado Julio que lo estaba llevando a Roma por barco. Su vida y su ministerio futuro estaba sujeto a las decisiones del centurión.

Dios le avisó proféticamente a Pablo que hubo una tormenta en el camino y sería mejor esperar. Cuando Pablo lo explicó al centurión, no le hizo caso.

Iniciaron el viaje, y llegó la tormenta tal como Dios había predicho. La tormenta les desvió lejos de la ruta y arriesgó las vidas de todos los que estaban a bordo.

Obviamente no era la voluntad de Dios que sufrieran esa tormenta y que corrieran ese peligro. La decisión mala del centurión afectó a todos.

Pablo clamó a Dios, y Dios le dio otra palabra profética que si todos quedasen en la nave que todos estarían a salvo. Pablo habló al centurión una vez más y esta vez le escuchó. Por fin, en Capítulo 29 vemos que resultaron naufragados pero vivos por una isla llamada Malta.

Parece que Pablo fue desviado de la voluntad perfecta de Dios por la decisión mala del centurión. Pero Dios no abandonó a Pablo. Al contrario, parece que el Espíritu Santo “recalculó la ruta” como el GPS. Le dio influencia para poder predicar el Evangelio delante de las autoridades principales de la isla, abriendo nuevo territorio para el Reino de Dios. Al final de las cuentas, Pablo llegó a Roma y cumplió la voluntad de Dios.

Cuando otros hacen decisiones que nos afectan, tenemos que seguir sensibles a la Voz del Espíritu Santo y depender en Él.

  • Tal vez tendremos que hacer unos cambios no previstos.
  • Quizás el cuadro saldrá un poco diferente que lo que habíamos pensado.
  • Posiblemente nos será costoso, y nos incomodará temporalmente.
  • Pero Dios no nos abandona. Dios puede tomar una situación negativa y cambiarla a una positiva.

Si estamos dispuestos a mantener una buena actitud, oírle y obedecerle, Dios hasta nos puede dar mayor influencia, cosecha y bendición. Él asegurará que nosotros lleguemos a nuestro destino.

Si usted se encuentre en una situación difícil creada por una mala decisión, es mi oración que esto le anima a usted a buscar a Dios y recibir de Su gracia. ¡Dios no le ha abandonado!

Sea dispuesto a arrepentirse si Dios le pide hacerlo, y a cambiar su actitud y perspectiva.

Ejercite su fe para recibir las instrucciones y la sabiduría divina para implementar el plan redentor que Dios quiere realizar. El cuadro tal vez será diferente, pero el Señor le ayudará a llegar a su destino.

Por Cliff Bell, © 21 de diciembre, 2019, Todos los derechos reservados.

Para continuar leyendo de esta serie, Parte 3 – LAS TORMENTAS CREADAS POR EL DIABLO, oprime la siguiente foto…

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Para leer la primera parte de esta enseñanza, oprime la siguiente foto.

Comprendiendo el propósito del desierto

 

Comprendiendo el propósito del desierto / Apurando la llegada a su destino.

Muchos profetas publican profecías grandiosas y dramáticas como, “¡Tu herencia viene hoy! ¡Dinero hoy llega a tus manos! Arrebate la bendición con un ‘amén’”   Esta clase de post suele ser muy popular.

Yo resisto esa tentación. ¿Quiere usted que le engañe? ¿O prefiere que le diga la verdad? 

La verdad es:

La herencia viene a los quienes primero han pasado exitosamente el entrenamiento del desierto.

¿Se encuentre usted en un desierto? ¿Tiene promesas demoradas? 

No se desespere. Está todavía en el camino correcto.  Pero tenemos que comprender por qué Dios nos llevó por el desierto, y responder a Su voluntad si queremos avanzar más rápidamente hacia nuestra tierra prometida.

El camino al destino es frecuentemente la ruta larga.

Éxodo 13:17-18 “Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto. 18 Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar Rojo.”

Hubo una ruta más rápida para llegar a la tierra prometida. Pero Dios, sabía que ellos no estaban listos para encarar la responsabilidad de guerra que sería necesaria para tomar posesión de la tierra.  Todavía pensaron como esclavos de Egipto en vez de conquistadores de Canaán.

Los hebreos estaban acostumbrados a vivir de una manera en la cual siempre hubo otro que era el responsable, otro que hacía las decisiones y que les mandaba. Era incomodo ser un esclavo, pero era una vida sin la responsabilidad de ser dueño de una herencia.

Los hebreos habían vuelto pasivos.

  • No es que no trabajaban, pero se les ha olvidado la pasión y el gozo de sembrar y cosechar en su propia tierra.
  • Habían perdido la iniciativa y la disposición de correr los riesgos del empresario.
  • Ya no conocían el sentido de cumplimiento de haber recibido la ganancia después de planear y ejecutar un buen negocio.
  • No habían tenido que defender una herencia por cientos de años, y por lo tanto, habían perdido su mentalidad de protector y su habilidad de guerrear.
  • Estaban acostumbrados a vivir en temor en vez de por la fe.

Dios sabía esto. Así que, en Su sabiduría divina, Dios llevó Israel por UN CAMINO MÁS LARGO, por un PROCESO, con el fin de desarrollar en ellos la MENTALIDAD y DISPOSICIÓN necesaria para asumir la RESPONSABILIDAD de POSEER, OCUPAR y ADMINISTRAR la tierra.

La incomodidad del desierto nunca era su destino. Dios ya había definido cuál era su herencia, su tierra prometida, y quería que la tomaran, pero sabía que todavía no tenían la capacidad de tomarla ni administrarla.

DIOS TIENE UNA TIERRA PROMETIDA PARA CADA UNO DE NOSOTROS. Tal vez usted ha escuchado promesas preciosas y anhela el día de su cumplimiento.  Me imagino que casi todos piensan que ya están listos para recibir esas bendiciones.  No apreciamos el camino largo por la cual Dios nos ha llevado.

Ni se nos ocurre que Dios pueda estar tratando de desarrollar el guerrero en nosotros, mayor capacidad para administrar nuestra herencia. CON CADA CUMPLIMIENTO DE PROMESAS, CON CADA POSESIÓN VIENE LA RESPONSABILIDAD DE PROTEGERLA Y SOSTENERLA.

La mayoría de nosotros no entendemos por qué no hemos llegado todavía a nuestra tierra prometida. Como consecuencia, nuestra tendencia es quejar y murmurar igual a los hebreos en el desierto.  Nuestras quejas y murmuraciones en el proceso revelan nuestra inmadurez y falta de fe.

Rara vez pensamos en las responsabilidades que acompañan las bendiciones, las disciplinas personales que se requieren para ocupar nuestra tierra prometida.

Es más fácil rentar un departamento que ser dueño de una casa propia. Muchos de los que rentan una vivienda tienen envidia de los dueños, pero pocos han considerado el precio que fue pagado por los dueños para lograr tener esa posesión, y menos realmente quieren asumir las responsabilidades que acompañan la posesión de la tierra.

  • Si algo se descompone, llaman al dueño para que se lo arregle.
  • Cuando llega la cuenta de los impuestos, la pasan al dueño.

NO HAY TANTA RESPONSABILIDAD, PERO TAMPOCO HAY POSESIÓN.  NO HAY HERENCIA QUE PASAR A LA SIGUIENTE GENERACIÓN.

Antes de que Dios nos entrega una posesión a nuestras manos, nos lleva por un desierto, un proceso, para desarrollar en nosotros la disposición, las habilidades, y las disciplinas necesarias para ocupar la tierra. Si no fuera así la perderíamos rápidamente.

Yo visité a una nación socialista en la cual casas hermosas de lujo fueron expropiadas de los que las edificaron, y que fueron dadas a gente pobre. Dentro de poco tiempo esas casas comenzaron a deteriorarse.  Ya que han pasado unos pocos años, esas casas ahora están literalmente en ruinas.

Las casas no se deterioraron porque la gente era pobre, sino porque ellos todavía pensaron como habitantes de favelas en vez de dueños de casas de lujo. No tenían ningún concepto de lo que se necesitaba para mantener y sostener esas propiedades.

Los que recibieron las casas no habían invertido nada en la edificación, y no estaban dispuestos a desarrollar las disciplinas ni la mentalidad necesaria para mantenerlas.

A la mayoría ni se les ocurrió desarrollar la capacidad de hacerlo. En vez de aprovechar la oportunidad de vivir una vida mejor, comenzaron a quejar.  Querían que el gobierno (que les entregó la casa) la mantuviera por ellos.

He visto a personas que ganaron la lotería y volvieron millonarios de noche a la mañana. Pero dentro de seis meses habían gastado todo y más, resultándose endeudados, literalmente más pobres al final que al principio. No todos saben cómo administrar una bendición. No todos han desarrollado la habilidad de invertir en algo para realizar una multiplicación y avanzarse.

Dios permitió Israel a poseer la tierra prometida poco a poco, a la medida que ellos estaban preparados a ocuparla y mantenerla.

Antes que Dios nos permite poseer nuestra tierra prometida, nos guiará por un proceso de preparación. Puede parecer como el entrenamiento básico de un soldado.  Está difícil.  Pero es necesario.  Nos enfadamos del desierto.  Quejamos de la multitud de repeticiones que tenemos que hacer en los ejercicios.  Pero en todo Dios tiene un propósito.

De vez en cuando Dios nos manda una prueba, un examen, para ver si estamos listos para el siguiente nivel. Nos permite tener un encuentro con un escuadrón de filisteos o amorreos.  Resistencia.  Algo que exige de nosotros más disciplina, más fe, una mentalidad de guerrero.

¿Vamos a responder como esclavos? ¿O como conquistadores?

Si respondamos bien, podemos proceder al siguiente paso, más cerca a nuestra herencia. Si no, hacemos otra vuelta rodeando el desierto del proceso.

¿Quiere usted avanzar hacia su herencia? ¿Desea que el tiempo en el desierto sea más corto?  ¿Desea por fin comenzar a entrar a su tierra prometida? 

Una de las cosas que podemos hacer para abreviar nuestro tiempo en el desierto es CAMBIAR NUESTRA MENTALIDAD de esclavo a guerrero, de temor a la fe, de ASUMIR MAYOR RESPONSABILIDAD por donde nos encontramos ahora mismo.

Queremos una ciudad, pero ¿qué hemos hecho con las minas pequeñas que Dios nos entregó para administrar?  (Mateo 25:14-30)

Pida a Dios que le revele las cosas que Él desea ver desarrollado en su vida. ¿Cuáles disciplinas y habilidades son necesarias para sostener, administrar y proteger a la herencia que Dios le quiere dar? Comience a hacer un esfuerzo de desarrollar esas capacidades y habilidades.  Comience a pensar y actuar como un guerrero, como un dueño en vez de un esclavo.

En vez de quejar del calor del desierto, dé gracias a Dios que no le permitió recibir una bendición solo para perderla.

Confíe en el amor de Dios, en Su bondad, en Sus promesas, en Su fidelidad, y milite la buena milicia con las profecías que haya recibido (1ª Timoteo 1:18).

Utilice cada paso en el desierto como un ejercicio para desarrollar los músculos necesarios para trabajar la tierra prometida cuando por fin sus pies llegan a pisarla.

“Deseamos, sin embargo, que cada uno de ustedes siga mostrando ese mismo empeño hasta la realización final y completa de su esperanza. 12 No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su fe y paciencia heredan las promesas.” Hebreos 6:11-12

Mientras que come su sopa de maná, comience a planear cuál será su primera siembra, y visualícese trabajando en su jardín de legumbres.

Un banco no otorga un préstamo a un cliente si no tiene un buen plan de negocio. Dios frecuentemente opera de una manera similar. Comience a hacer un plan para administrar la promesa cuando Dios la entrega a sus manos.  

Sea agradecido por lo que tiene, y sea un buen administrador de lo poco que tiene, para que Dios pueda confiar en usted más.

Los que no son generosos con lo poco, rara vez vuelven generosos con lo mucho.

La herencia viene a aquellos que primero han pasado exitosamente el entrenamiento del desierto.

Por Cliff Bell, © 2 de diciembre, 2017, Todos los derechos reservados.

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POSEYENDO SU TIERRA PROMETIDA

(Enfrentando muros y a gigantes armados)

Por el Profeta Cliff Bell   © 2013

1 Tierra PrometidaDios nos ha dado a todos una tierra prometida que poseer.  …algo que es nuestra herencia.  …una promesa que Dios le haya dado.   Así como con Israel, la herencia que Dios quiere que poseamos está diseñada a intimidarnos y a impedir nuestra entrada. 

Jeremías 29:11 nos declara: «Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.» Continuar leyendo