Actitudes de semilla de mala hierba, y problemas de raíz que sabotean tu vida y ministerio.

¿Te encuentres en medio de un proceso de Dios?  Romanos 11:22 declara, «…toma en cuenta la bondad y la severidad de Dios.»

La bondad de Dios se manifiesta en que nos otorga de Sus dones y nos llama a servirle. ¡Qué privilegio!  Su severidad se revela en el proceso de prepararnos para que seamos dignos y competentes para ser comisionados a ese llamado.  Entre el llamado y el tiempo de comisión siempre hay una serie de procesos.

Este es un principio que se aplica a todo cristiano, especialmente a todo aquel que tiene un llamado al ministerio.  A pesar de tu llamado individual, todos tenemos más potencial que alcanzar en Dios y todos somos llamados a ser hechos conformes a la imagen de Cristo (Rom. 8:29).

No podemos ignorar que el diablo también está enterado de tu potencial y busca sabotearte. En la parábola del trigo y de la cizaña…  “mientras durmieron” un enemigo vino y sembró cizaña entre el trigo (Mateo 13).  Nadie se dio cuenta hasta que brotó y comenzó a crecer. Esa tierra tuvo que someterse a un proceso largo para eliminar la cizaña del campo.

De la misma forma, tienes un enemigo que busca abortar o limitar la eficacia de tu testimonio o ministerio, y espera los tiempos cuando estás dormido o distraído para sembrar semilla mala. La semilla mala, sin ser tratada y eliminada, se desarrolla en problemas de raíz, y produce toda clase de fruto malo que puede limitar severamente o hasta abortar a un ministerio por completo.

¿Cuáles son las actitudes de semilla mala? ¿Cómo sabemos si ya se convirtió en un problema de raíz? ¿Cuál es el remedio de Dios?  ¿Cómo podemos someternos al proceso de Dios, ser restaurado, y avanzar?

En esta serie vamos a investigar las vidas de diferentes personajes bíblicos para identificar los problemas de raíz y actitudes negativas que les impidieron en sus ministerios y cómo nosotros podemos evitar esas mismas trampas y permitir que Dios nos siga moldeando para hacernos conformes a la imagen de Cristo.

Le comparto una nueva serie de enseñanzas basadas en la primera parte del libro por el Dr. Bill Hamon, «Los Profetas, Peligros y Principios».

Aquí está el video de la primera parte de la serie:

 

Para ver la lista de la serie completa de 14 partes, sigue este link:

https://www.youtube.com/playlist?list=PLZSO6hYMnUYXRU-RzygiOu-4xo4meXVmr

 

 



7 Pasos Prácticos para ver su Cumplimiento

CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL – PARTE 3

7 Pasos Prácticos para ver su Cumplimiento

Esta es la TERCERA PARTE de tres enseñanzas acerca de cómo responder a la profecía personal. En esta última parte voy a destacar ocho pasos prácticos que puedes implementar para responder bíblicamente a tus profecías personales para ver el cumplimiento.

En la primera parte yo compartí cómo el vocero humano y falible pueda afectar a la profecía, y por qué tenemos que juzgar las profecías.  La segunda parte examina la naturaleza de la profecía personal. Recomiendo que te tomes el tiempo de leer toda la serie. Al final ofreceré los enlaces para las primeras dos partes.

SIETE PASOS PRÁCTICOS EN RESPUESTA A UNA PROFECÍA PERSONAL

1) ESCRIBA LA PROFECÍA SOBRE UN PAPEL

«Escribe la visión y grábala claramente en tablas para que corra el que las lea.» Habacuc 2:2

Cuando transcribes una profecía, te ayuda mucho porque así puedes leer y analizar el contenido de la profecía sin la voz y la personalidad de la persona que te profetizó. Podrás ver, entonces, precisamente qué fue declarado en la profecía.

Es por eso por lo que, en Christian International, insistimos que grabemos todas las profecías personales. Si creemos que Dios nos está hablando, ¡entonces queremos tener alguna forma de documentar lo que nos dijo!

Cuando tienes una transcripción de la profecía, puedes juzgarla con mayor precisión. Si la profecía no está grabada, entonces estás a merced de tu memoria. No podemos recordar cada palabra pronunciada y, como seres humanos, tendemos a escuchar lo que queremos en vez de lo que Dios quería decirnos. Además, tendemos aplicar y acomodar la profecía a nuestro gusto, ¡y ambas tendencias son peligrosas!

2) JUZGA LA PROFECÍA CONFORME A PRINCIPIOS BÍBLICOS Y EL TESTIMONIO DEL ESPÍRITU SANTO

El Testimonio de la Escritura. (2ª Timoteo 3:16; Salmo 89:34; Hebreos 13:8; Malaquías 3:6; Gálatas 1:8). Toda profecía personal está sujeta a la Santa Biblia (2ª Pedro 1:20). Dios no se contradice. Si la profecía no está de acuerdo con los principios bíblicos y la doctrina de los apóstoles del Nuevo Testamento, no es de Dios.

Dios nunca te instruirá a romper uno de Sus principios bíblicos establecidos. Dios nunca te instruirá a divorciarte de tu pareja, sino a vivir en fidelidad y guardar los pactos, porque Él ya ha establecido, «lo que Dios juntó, no lo separe el hombre» (Mateo 19:6).

Dios nunca te instruirá para calumniar a otros o dividir una congregación para lanzar tu propio ministerio (Efesios 4:1-3). Dios nos ha mandado honrar a los que están en autoridad y buscar la paz con todos tanto como sea posible (2 Timoteo 2:1-3; Romanos 12:18). Cristo quiere edificar su Iglesia, no dividirla (Mateo 16:18).

El Testimonio del Espíritu Santo.

De la misma manera que el Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu humano redimido de que somos hijos de Dios (Romanos 8:16), el Espíritu Santo puede dar testimonio a nuestro espíritu cuando una profecía, o una porción de una profecía personal, es de Dios o no.

Normalmente, el testimonio del Espíritu Santo viene en forma de una paz interior e inexplicable. Tu mente aún puede tener preguntas. Es posible que no tengas idea de cómo se podría cumplir la profecía, pero si es de Dios, habrá una paz inexplicable y una confianza de que Dios, de alguna manera, lo cumplirá.

TESTIMONIO PERSONAL – Hace muchos años, Dios dio a mi esposa y a mí una profecía diciendo que nos daría una casa propia. La profecía fue confirmada múltiples veces. No sabíamos cómo se podía cumplirse, pues en lo natural era imposible. No obstante, sabíamos sin duda que si seguíamos viviendo en fe y en obediencia, Dios lo haría posible.

Por fin, sabíamos que se acercaba el tiempo del cumplimiento. Interesantemente nuestras circunstancias naturales estaban aún menos favorables que antes. Pero teníamos una paz inexplicable a pesar de las circunstancias contrarias. Seguíamos orando juntos como familia. Dios nos dio dirección específica, y comenzamos a hacer pasos de fe.  Dios honró nuestros pasos de fe y abrió camino en donde no hubo camino antes.  Por medio de una serie de milagros Dios hizo posible lo imposible y cumplió Su promesa profética.

UNA PALABRA DE EQUILIBRIO: No es suficiente tener un “buen sentir” acerca de una profecía. TODA profecía está sujeta a los principios de las Escrituras. A veces la carne o la mente natural se sentirá muy a gusto con algo que Dios prohíbe.  Tenemos que discernir entre lo que procede de la mente natural y lo que procede de la Mente de Dios.

Si Dios te ha ordenado que hagas algo y no lo haces, entonces no estás en condiciones de recibir el favor de Dios. Además, si la desobediencia se convierte en un patrón de comportamiento, te vuelves vulnerable a un espíritu de autoengaño (Santiago 1:22).

Es posible engañar a ti mismo si deseas fuertemente algo que Dios no ha autorizado.

Había una mujer que estaba obsesionada con la idea de casarse con su pastor. ¡Estaba orando para que la verdadera esposa de su pastor muriera para que ella pudiera tomar su lugar! ¡Eso es un fuerte engaño!  Esas “oraciones” suyas eran brujería, pero a su mente carnal le gustó tanto la idea que no estaba dispuesta a aceptar la corrección de nadie. Cerró los ojos a las Escrituras y sus oídos a la verdadera Voz de Dios.

Esa mujer estaba sorda a la Voz de Dios. Te recomiendo una serie de enseñanzas que tengo publicadas en YouTube acerca de las cosas que provocan ceguera y sordez espiritual… La serie se llama, «Removiendo los Obstáculos Para Oír la Voz de Dios.»

Aun cuando tenemos confirmación que una profecía es de Dios, tenemos que vivir en obediencia para realizar el cumplimiento. Por ejemplo, una de las cosas más básicas para recibir el favor de Dios en nuestras finanzas es el diezmar y ofrendar con fidelidad, gratitud y alegría (Malaquías 3:8-12; 2ª Corintios 9:6-12; Mateo 23:23). El que no lo hace no tiene derecho de anticipar la bendición de Dios sobre su vida. Todas las promesas de Dios son CONDICIONALES (una de las cualidades de la naturaleza de la profecía personal explicada en la segunda parte de esta serie).

La profecía personal no anula la necesidad de recibir consejo sabio de nuestros pastores (Hebreos 13:7-9, 17; Deuteronomio 19:15). El hecho que hemos recibido una palabra verdadera del Señor no es una licencia para regresar a casa como un independiente sintiéndonos espiritualmente superiores.

La profecía personal es sólo UN MÉTODO ENTRE MUCHOS por los cuales podemos conocer la voluntad específica de Dios. El consejo pastoral es otro método legítimo y necesario y los dos deben complementarse y fluir juntos.

Tus pastores te pueden ayudar a analizar tu vida para identificar problemas que puedan bloquear o tardar el cumplimiento de tus profecías personales. Tus pastores también te pueden ayudar a identificar en dónde estás ubicado con relación al cumplimiento, y los pasos que puedes tomarte para apurar el cumplimiento. Puede ser que la profecía se refiere al Capítulo Nueve de tu vida mientras que estás viviendo actualmente en el Capítulo Tres.

La mayoría de las personas creen que están en mejor forma ante Dios de lo que es la realidad. He conocido a personas quienes pensaban que estaban lo suficiente maduras para ser lanzados a un ministerio profético mientras que su carácter estaba en completo desorden. Esto es lo que llamamos tener un “punto ciego” y el problema con los puntos ciegos es que no puedes verlos.

Un granjero sabio entiende que no puede comer su semilla y esperar una cosecha el siguiente año. Conocí a una persona que esperaba que Dios le regalara una empresa propia sin hacer ningún esfuerzo. Mientras tanto no diezmaba, no ofrendaba, malgastaba lo que sí tenía, consumió toda la semilla que Dios le había dado. Ese hombre sigue esperando y viviendo en la misma pobreza y situación desesperante que antes.

3) MEDITA EN LA PROFECÍA, Y PIDE QUE EL ESPÍRITU SANTO TE AYUDE A JUZGAR, ENTENDER, INTERPRETAR Y APLICARLA. (Josué 1:8; Juan 14:26 y 16:13)

Cuando Dios te habla mediante una profecía, no está tratando de confundirte sino comunicarse contigo.  El mismo Espíritu Santo que inspiró la profecía te quiere ayudar a entenderla. Pídale Su ayuda. Juan 14:26 dice que parte del trabajo del Espíritu Santo es enseñarte todas las cosas.

Si hay terminología en la profecía que no entiendes, puede ser útil preguntar a la persona que te profetizó qué precisamente es lo que percibió al profetizarle, o qué quiso decir al usar cierta palabra.  Diferentes grupos cristianos tienen definiciones diferentes para algunas palabras.

4) RESEÑE LA PROFECÍA PARA DETERMINAR CUALES ÁREAS DE TU VIDA REQUIEREN UN CAMBIO.

¿Cuáles actitudes o hábitos tuyos necesitarán ser ajustados antes de que tu profecía pueda cumplirse? Puede ser que sea solo un cambio de actitud, como pasar de la duda a la fe; de una mentalidad de víctima a una de vencedor, de la murmuración a la gratitud, etc. Puede ser que tengas que arrepentirte de un pecado que te tiene atado.

Puede ser que haya una debilidad de carácter que debes corregir para que Dios pueda bendecirte. Tal vez sea necesario desarrollar tu capacidad para ser un administrador competente de las finanzas. Si ese es el caso, ¡entonces la gracia de Dios se extiende hacia ti para que des esos pasos!

¡Dios te ama tal como eres, pero te ama demasiado para dejarte en esa condición! Su meta es que seas como Cristo: santo, justo, íntegro, victorioso, productivo, gozoso y bendito. (Romanos 8:29)

¿Cuál es la debilidad que Dios quiere quitar de tu vida antes de que se cumpla tu profecía? No podemos avanzar al siguiente nivel en Dios si estamos atados a una debilidad pasada. Si te arrepientes y te sometes a su proceso, Dios te ayudará a convertir tu debilidad en fortaleza. En la mayoría de los casos, el área donde tienes tu mayor lucha es precisamente donde Dios te ha llamado a tener la mayor unción y fortaleza si te sometes a Él. Su gracia y poder se perfeccionan en nuestra debilidad. Así Él recibe la gloria (2 Corintios 12:9).

¿Cuáles acciones tuyas serán necesarias para ver el cumplimiento? Si Dios te habló de un ministerio internacional, no solamente será necesario prepararte para el ministerio, ¡tendrás que conseguir un pasaporte! Si Dios te habló acerca de abrir un negocio, necesitas planear ese negocio y aprender cómo administrarlo.

Hay algunos elementos las profecías que solo Dios puede hacer cumplir y con tales elementos, no podemos forzar nada, sino simplemente esperar con fe y paciencia (Hebreos 6:12).

5) ESPERA LA CONFIRMACIÓN ANTES DE TOMAR CUALQUIER DECISIÓN IMPORTANTE.

No hagas ninguna decisión grande basada solamente en una profecía (Proverbios 11:14, 15:22). Estoy hablando de decisiones como la de mudarse geográficamente, despedirse de un empleo, el casarse en matrimonio, el hacer una inversión grande, etc.

Cuando nosotros nos mudamos a la frontera de Texas y México y compramos la casa en que ahora vivimos, Dios lo había confirmado múltiples veces. Las confirmaciones nos dan mayor seguridad de actuar con la fe.

Algunos buscan una confirmación de una manera no prudente. Por ejemplo, no es prudente ir a un profeta y decirle, “Dios me dijo tal y tal cosa y necesito que me des una confirmación.”

En primer lugar, llenaste la cabeza de ese profeta con información natural. Ahora está “contaminado” con información que le puede influenciar. En segundo lugar, si dices: “Dios me dijo”, entonces le presentaste esa información como inspiración divina, y ¿quién puede discutir con Dios? ¡Acabas de poner palabras en la boca del profeta! Necesitamos que Dios ponga las palabras en la boca del profeta.

No pidas una confirmación de un profeta. No se busca confirmación, hay que esperarla. Dios iniciará a Su manera y en Su tiempo. Entre tanto, siga orando y pídale a Dios que Él confirme lo que a Él Le parece bien.  Espera confiando en que Él te dará la confirmación a Su manera y en Su tiempo perfecto. Dios te ama y será fiel en confirmar lo que es Su Palabra en el tiempo perfecto. Puedes confiar en Su fidelidad.

6) ACTÚA CON LA FE

Después de averiguar lo que es una profecía verdaderamente de Dios, responda con fe, recordando que la fe implica acción. (Santiago 2:17,18) La fe sin acción está muerta e inútil.  Haces lo que crees, y crees solamente lo que estás dispuesto a respaldar con tus acciones.

Define algunas metas de corto plazo y de largo plazo. Pida a Dios la sabiduría y gracia para cumplir tu parte confiando que Él será fiel para hacer Su parte, lo que tú no puedes.

Cuando Dios te dice, “Voy a hacer esto con tu vida,” normalmente significa que tú lo harás mientras que Él te habilita divinamente para hacerlo. Dios utilizará tus manos y tus pies; tus pasos de fe.

7) MILITE LA BUENA MILICIA

“Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia…” 1ª de Timoteo 1:18

La profecía es una “rhema” de Dios. “Rhema” es la palabra griega que es traducida “palabra” en Mateo 4 cuando Jesús le dijo al diablo, “No solamente de pan vivirá el hombre sino de toda PALABRA que sale de la boca de Dios.” Se refiere a una palabra específica que Dios te habla por Su Espíritu a tu vida.

En Efesios 6, la «espada del Espíritu» es la palabra (rhema) de Dios. Por lo tanto, cuando Dios te da una profecía te está entregando una espada con la cual tendrás que guerrear. 1ª de Timoteo 1:18 nos indica que somos MANDADOS (no sugeridos) a guerrear con nuestras profecías. Esto significa que debes orar e interceder según lo que Dios te ha declarado en la profecía personal.

El diablo siempre se opone a la voluntad de Dios. No es de extrañar, entonces, que el diablo se resista al cumplimiento de la voluntad de Dios en tu vida. La profecía que has recibido es una espada con la que puedes luchar para obtener la victoria. Si eres pasivo y no asumes la responsabilidad de luchar contra las promesas que Dios te dio en la Biblia y en tus profecías personales, entonces corres el riesgo de perder (o al menos retrasar) el cumplimiento y la bendición que Dios quiere darte.

El enemigo pone obstáculos en nuestro camino, trata de desviarnos, distraernos o tentarnos a pecar para que dejemos la protección y bendición de Dios. Cuando esto sucede, muchos se desaniman y desisten de concluir que la profecía no debe haber sido de Dios.

Tenemos que aceptar nuestra identidad como guerreros y decidirnos a actuar. Si usamos las herramientas y las armas que Dios nos ha dado, tenemos todo lo que necesitamos para vivir en santidad, en victoria y ver el cumplimiento de nuestras profecías personales.

«Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia…» 2ª Pedro 1:3

«Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.» Mateo 11:12

Es mi oración sincera y ferviente que leyendo estas enseñanzas, que te levantarás ahora con mayor comprensión y una renovada dedicación para colaborar con Dios. ver el cumplimiento de tus profecías personales y poseer la tierra prometida personal que Dios tiene reservada para ti.

 

Por Cliff Bell, © primera publicación, 4 de marzo, 2012. Editada y ampliada el 9 de julio, 2022, Todos los derechos reservados.

Para leer la primera parte, haz un clic aqui.

Para leer la segunda parte, haz un clic aqui.

 

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La Naturaleza de la Profecía Personal

 

CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL – PARTE 2

La Naturaleza de la Profecía Personal

Esta es la segunda de tres partes de la enseñanza acerca de cómo responder a una profecía personal. La primera parte trató sobre cuál es la actitud bíblica que debemos tener con respecto a las profecías personales. Aprendimos cómo el elemento humano puede introducir errores en la profecía. Debido a ese elemento humano involucrado en la profecía, se nos ordena tomar responsabilidad personal y juzgar las profecías, examinarlas bien y retener lo que es bueno (1 Corintios 14:29; 1 Tesalonicenses 5:19-21).

2ª Crónicas 20:20 dice: «¡Crean en el SEÑOR su Dios, y estarán seguros! ¡Crean a sus profetas y serán prosperados!» La Nueva Versión Internacional lo dice de esta manera: «¡Confíen en el Señor, y serán librados! ¡Confíen en sus profetas, y tendrán éxito!»

Todos queremos ser prosperados en nuestro camino y tener éxito. Confiamos en Dios, pero tomando en cuenta el elemento humano en la profecía y la posibilidad de errores, también necesitamos juzgar toda profecía.

¿Cómo podemos mantener el equilibrio entre creer la profecía y también juzgarla? No queremos volver sospechosos y críticos, pero tenemos que ser discernidos y usar la sabiduría.

Para poder apreciar la profecía personal y responder correctamente necesitamos entender las tres cualidades de la naturaleza de la profecía personal. Aquí explicaré brevemente estas tres cualidades:

1) LA PROFECÍA PERSONAL ES PARCIAL

«Porque conocemos solo en parte y en parte profetizamos; Ahora vemos oscuramente por medio de un espejo» (1ª Corintios. 13:9, 12). Aun las profecías muy precisas son parciales. O sea, ninguna profecía personal te podrá dar el cuadro completo. Dios no te explica todo porque requiere que uses tu fe y dependas de Él (Romanos 1:17).

Dios quiere que conozcamos Su Palabra en la Escritura y que pongamos nuestra atención y confianza ahí primero. La profecía personal nunca nos fue dada para tomar el lugar de nuestra responsabilidad de conocer lo que nos ha dicho en las Escrituras ni de buscar a Dios por nosotros mismos.

Romanos 8:14 dice – «porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son los hijos de Dios.» El Espíritu Santo vino a hablarnos, a enseñarnos, a hacernos saber la voluntad del Padre (Juan 16:13-15).

Si estás sinceramente buscando a Dios por Su voluntad, Él no te negará la información y dirección que necesitas para poder obedecerle y seguir en Su plan por tu vida. Piénsalo – Jesús dio Su vida por ti; ¡te ama más que a Su propia vida! Puedes confiar en Su amor, en Su bondad y en Su tiempo perfecto. Puedes confiar que Él será fiel para ayudar todas las cosas para tu bien si Le amas (Romanos 8:28).

«¿Qué, pues, diremos frente a estas cosas? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no eximió ni a su propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente también con él todas las cosas?» Romanos 8:31-32

2) LA PROFECÍA PERSONAL ES PROGRESIVA.

Dios no te muestra el camino completo de tu vida de antemano. No te dará un mapa que muestre cada giro y detalle del camino. Pero Dios te hará saber en qué dirección ir y cuál es el próximo paso. Da ese primer paso y Él te mostrará el siguiente.

Dios mandó a Abram a salir de la tierra de su parentela sin decirle cuál era su destino (Génesis 12). Abram tuvo que confiar en la dirección progresiva de Dios y comenzar a caminar.

Dios mandó a Felipe levantarse e ir por cierto camino en el desierto sin revelarse el por qué. Felipe tuvo que obedecer a Dios y confiar en Su dirección progresiva para encontrarse en el lugar correcto en el tiempo correcto y poder guiar al etíope a la salvación. (Hechos 8:26-39) Dios requiere que vivamos por fe todos los días (Hebreos 11:6). Dios nos da el maná de “cada día”, no maná de cada año.

Salmo 119:105 dice – «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

¿Te imaginas en un camino oscuro cargando una linterna antigua? La linterna ilumina una parte del camino, pero no todo el camino, solo lo suficiente para dar el siguiente paso. Cuando das un paso adelante, la luz ilumina el siguiente paso. Así es con la guía de Dios en nuestras vidas. La profecía personal es solo una de las muchas formas en que Dios hará brillar su luz en nuestro camino.

Muchos siguen a los profetas de un congreso a otro buscando una y otra ministración profética. Dios les ha dado ya mucha dirección, pero si no obedecemos lo que Dios ya nos haya dicho, ¿por qué pensamos que Dios nos dirá más? Somos responsables por lo que Dios ya nos haya dicho y necesitamos poner en práctica lo que ya sabemos.

3) LA PROFECÍA PERSONAL ES CONDICIONAL – no importa si las condiciones están especificadas dentro de la profecía o no.

Hay múltiples ejemplos bíblicos de profecías verdaderas que no se cumplieron tal como fueron declaradas por causa de la manera inadecuada en la cual la persona respondió a la palabra. Unos ejemplos son:

Moisés no entró a Canaán como le fue profetizado por causa de su desobediencia (Éxodo 3; Deuteronomio 34:4,5).

Interesantemente, esta profecía vino directamente por la boca de Dios y no por medio de un siervo humano. ¡Dios no se equivocó! La razón por la cual no se cumplió esta profecía no era por causa del Mensajero. No se cumplió porque Moisés desobedeció.

La profecía que Dios habló a Samuel para entregar a Saúl hubiera establecido la simiente de Saúl sobre el trono de Israel por siempre. Por causa de la rebelión de Saúl esa profecía fue transferida a David. (1ª Samuel 13:13,14)

Lo mismo es verdad en una forma positiva. La destrucción de Nínive fue tardada, y no se cumplió en el tiempo indicado en la profecía dada por el Profeta Jonás (“40 días”). ¿Por qué? Los ciudadanos de Nínive se arrepintieron y Dios les tuvo misericordia, y cambió Su plan (Jonás 3:6-10).

Las profecías no se cumplirán simplemente porque es la voluntad de Dios y porque un profeta las profetizó. Tenemos una responsabilidad de cooperar con Dios, vivir en fe y en obediencia.

La voluntad de Dios no siempre se cumpla.

Dios quiere que todos sean salvos – Cristo se murió y pagó el precio de los pecados de TODO el mundo (Juan 3:16, 2ª Pedro 3:9). Sin embargo, miles se mueren sin Cristo cada día. ¿Por qué? Una razón es porque los cristianos no hemos obedecido lo suficiente la Gran Comisión.  Es nuestro trabajo compartir las Buenas Nuevas. Otros no vienen a la salvación porque cuando escuchan las Buenas Nuevas no la crean o no responden con fe ni obediencia.

Es tiempo de reconocer y cumplir cual es nuestra responsabilidad

No creas que la voluntad de Dios se cumplirá en tu vida si no tomes tú responsabilidad a cooperar con Dios.

  • Si tienes llamado al ministerio tendrás que dedicarte a preparar para ese ministerio, entrar la disciplina del estudio bíblico, la oración, y comenzar a servir en las áreas que se presenten.
  • Si Dios te ha dicho que tienes llamado a ser un empresario, tendrás que prepararte, hacer pasos, correr riesgos.
  • Si Dios te haya dicho que te va prosperar con millones de dólares, tendrás que ser un buen mayordomo con los 10 dólares que tienes.
  • Si eres fiel con lo poco, Dios te podrá dar más (Mateo 25:23).

La provisión de Dios viene a la medida de nuestra preparación

En 2ª Reyes 4 leamos de la viuda de uno de los hijos de los profetas que fue dejada con una deuda. Ella llegó al profeta Eliseo y explicó su dilema. Si la deuda no fuera pagada, los acreedores llevarían a sus dos hijos como siervos hasta que la deuda fuese pagada.

El profeta no le preguntó cuánto necesitaba, sino que le preguntó qué tenía. Ella tenía solamente una vasija de aceite. En vez de levantar una ofrenda por ella, le mandó pedir prestado vasijas vacías de sus vecinos, y agregó, “no pocas”. Su instrucción era llenar las vasijas vacías con el poco aceite que tenía.

La viuda obedeció al hombre de Dios, y Dios milagrosamente multiplicó el aceite hasta que todas las vasijas prestadas quedaban llenas. Al quedar llena la última vasija, según su preparación, el aceite cesó de fluir.

Si la viuda había pedido prestado solo 10 vasijas la provisión milagrosa hubiera llegado hasta esa medida. Gracias a Dios, ella pidió prestado muchas vasijas, para que la provisión de Dios fuera suficiente para pagar la deuda ¡y tener suficiente con que vivir!

La provisión de Dios no se cae del cielo solo porque hay una necesidad. Dios nunca prometió responder a la necesidad, pero sí prometió responder a la fe y la obediencia. Cuando obedecemos a Dios, y hacemos nuestra parte de preparación que podemos, el Señor provee lo que no podemos.

Dios nunca te negará ninguna cosa que necesitas para cumplir Su propósito para tu vida. ¿Cuáles cosas te ha mandado Dios hacer? ¿Ya hiciste la preparación?

 

Por Cliff Bell, © primera publicación 2 de marzo, 2012. Editado y ampliado el 8 de julio, 2022. Todos los derechos reservados.

Para leer la primera parte, haz un clic

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Una actitud bíblica hacia la profecía personal

CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL – PARTE 1

Una actitud bíblica hacia la profecía personal

En el Cuerpo de Cristo hay todavía mucha ignorancia y conceptos erróneos en cuanto al ministerio profético y la profecía personal. Para aquel que tenga oído que oiga, el Espíritu Santo quiere madurar el ministerio profético en Su Iglesia.

La profecía no es adivinación, que te dirá lo que quieres oír. La profecía tampoco es simplemente una cuestión de abrir la boca y declarar lo que se te ocurra. Aquellos que profetizan a otros necesitan no solo discernir la Voz de Dios, necesitan conocer el corazón de Dios para poder compartir Su intención con otros. Aquellos que reciben profecía personal necesitan entender los principios bíblicos sobre la misma para poder responder correctamente.

Si queremos desarrollar una actitud correcta hacia la profecía personal, tenemos que consultar el Manual, la Biblia, la Palabra establecida de Dios.

Uno de los principales problemas que he visto es que demasiados cristianos forman sus creencias sobre la base equivocada, sobre una experiencia impactante que tuvieron, sobre las palabras de un predicador o artista famoso en lugar de lo que dice la Palabra de Dios. Desafortunadamente, los cristianos que dicen que son “apostólicos y proféticos” son a menudo los menos disciplinados en el estudio de la Palabra de Dios. Eso tiene que cambiar. Debemos ser como los bereanos que escudriñaban las Escrituras diariamente para ver si lo que predicaba el apóstol Pablo. era verdad (Hechos 17:11).

Hay muchas enseñanzas erróneas con respecto a la profecía personal que algunos han aceptado simplemente porque les “suenan bien”; sin embargo, no tienen fundamento bíblico.

Una de estas falsas enseñanzas dice que, si una profecía no es de Dios, no se cumplirá, y si es de Dios, se cumplirá sin importar cómo respondamos o lo que hagamos. Este tipo de actitud fatalista no es bíblica.

Al contrario, en las Sagradas Escrituras vemos que la forma en que respondemos a Dios siempre determina el resultado. La pasividad nunca es una respuesta correcta a Dios.

EL PROPÓSITO DE LA PROFECÍA PERSONAL

Sabemos que las palabras de Dios son espíritu y son vida (Juan 6:63). Cristo vino para darnos vida abundante (Juan 10:10) y para testificar de la verdad (Juan 18:37). El vino para reconciliarnos con Dios y nos ha encargado dar seguimiento de ese ministerio de la reconciliación (2ª Cor. 5:18). Las palabras proféticas a nosotros tienen estas mismas metas.

1ª de Corintios 14:3 nos revela que el don de la profecía es para la edificación, la exhortación y la consolación. 1ª de Corintios 12:7 dice que los dones (incluso la profecía) son dados a cada uno para provecho.” Si una palabra verdaderamente es de Dios, habrá algo de provecho, tendrá un fin positivo. Una verdadera palabra de Dios puede impartir vida y desatar el poder de Dios a nuestro favor. Un ministro, amigo mío, me ha dicho varias veces que una sola profecía que yo le di hace unos años, le cambió su vida y su ministerio tremendamente para bien. ¡Gracias a Dios! Yo podría contarle cientos de testimonios similares.

Sin embargo, en la Biblia leemos de muchas profecías verdaderas dadas por profetas verdaderos que no se cumplieron en la forma indicada porque la persona que la recibió no respondió correctamente. Algunas de estas profecías fueron dadas directamente por Dios mismo. Obviamente, en esos casos ¡el problema no era el Vocero!

Hebreos 4:2 nos cuenta de la generación de hebreos que salió de Egipto y a quienes Dios le dijo que les llevaría a poseer la Tierra Prometida. Sin embargo, esa generación no vio el cumplimiento. Hebreos 4:2 dice “no les aprovechó oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.” Su incredulidad y falta de obediencia impidió el cumplimiento de la profecía que Dios mismo les dio. En este caso la profecía no fue cancelada completamente, sino que fue transferida a la próxima generación que creyó y poseyó la tierra.

SE REQUIERE CREER Y ACTUAR EN OBEDIENCIA

Los hebreos que poseyeron la Tierra Prometida no solamente tuvieron que creer con el corazón – tuvieron que tomar pasos prácticos, vestirse para la guerra, tomar sus armas en sus manos y enfrentar en batalla a los gigantes de Canaán. Dios les había dicho en muchas ocasiones que Canaán era la tierra que Él les (ya) les dio como herencia y que había entregado a sus manos. Sin embargo ellos tuvieron que hacer más que orar, más que creer; ¡tuvieron que actuar! Cuando ellos actuaron en fe y en obediencia, Jehová peleó por Israel (Josué 10:14) y realizaron el cumplimiento.

SOMOS HUMANOS – VAMOS A COMETER ERRORES

Nuestra familia tiene una vajilla de gres. Es una buena vajilla y a mi esposa le gusta usarla cuando cenamos. El problema es que, aunque tengamos cuidado con los platos, cada vez que los usamos corremos el riesgo de romper un plato. Cuanto más los usamos, más riesgo hay. Durante varios años fuimos una familia de ocho personas, y los niños ayudaron en la tarea de lavar los platos. Por la gracia de Dios, hemos perdido muy pocos platos, ¡pero ha habido algunas pérdidas en los últimos 30 años! Así es con los dones del Espíritu y de profecía. Cada vez que usamos nuestros dones corremos el riesgo de equivocarnos porque estamos hechos de barro. Los platos están hechos de gres, más resistente que el barro. ¡Imagina cuántos platos más se habrían roto si hubieran sido hechos de barro!

2ª Corintios 4, versos 6 y 7 nos enseñan que todos nosotros somos vasos de barro. Todos, aun los más espirituales y maduros, fallamos, nos equivocamos de vez en cuando. Nuestras intenciones buenas, nuestros años de experiencia y nuestras victorias previas no son suficientes para evitar un error cada vez.

Cuando hay una falta de experiencia, inmadurez y una falta de conocimiento de la Palabra de Dios es garantizado que habrá aspectos problemáticos con la ministración profética de vez en cuando. Dios nos habla perfectamente bien, pero nosotros, como vasos de barro, a veces escuchamos mal, malinterpretamos lo que Dios ha dicho, o no transmitimos bien el mensaje. Hay muchos que piensan que han escuchado de Dios pero la verdad es que están proclamando sus propias convicciones no inspiradas, sus buenos deseos, o de su propia imaginación – y pueden causar mucho daño.

EL VASO DE BARRO QUE SIRVE AGUA VIVA

¿Has bebido alguna vez agua guardada en un cántaro de barro? Los que tienen pueden testificar que el sabor de la arcilla penetra y afecta el sabor del agua.

Piense por un momento en esta ilustración bíblica en relación con el ministerio profético. Cristo declaró, con relación a la ministración de los dones espirituales, que será “ríos de agua viva” (Juan 7:38) que correrán de nuestro interior (nuestro espíritu).  Lo que recibimos (percibimos, escuchamos o vemos) de Dios es por la inspiración del Espíritu Santo a nuestro espíritu humano redimido. El problema es que antes de que podamos declarar o profetizar lo que hemos recibido, esa información primero pasa por nuestra mente de barro, porque la mente controla la boca.

El vaso de barro se refiere a nuestro cuerpo y alma (intelecto, voluntad y emociones). Nuestro espíritu se perfecciona instantáneamente cuando nacemos de nuevo, pero no así nuestra alma. Se nos ordena comenzar un proceso intencional, progresivo y continuo de renovar nuestra mente con la Palabra de Dios (Romanos 12:2; 2 Corintios 4:16; 10:3-5). Mientras vivamos en esta tierra contaminada, ese proceso tiene que continuar.

Imagínate por un momento todo lo que está en el alma que podría afectar la palabra profética… nuestra personalidad, nuestro entendimiento natural, nuestra educación, las experiencias pasadas, nuestros prejuicios, nuestras heridas, nuestro vocabulario, nuestras motivaciones (sean buenas o malas), nuestro carácter (o falta de carácter), etc. etc.

LA MENTE – UN FILTRO LIMPIO O CONTAMINADO

La mente de la persona que profetiza sirve como un filtro. Si es que conoce bien la Biblia y entiende bien el propósito de Dios la mente puede ser de provecho, ayudándole a ministrar con sabiduría y con orden. Si es que NO conoce bien la Biblia, si NO entiende el propósito de Dios, entonces su mente puede ser como un filtro contaminado que obstruye y contamina el flujo del agua.

Por ejemplo, si uno no entiende la misericordia y el amor de Dios, si no entiende que Dios quiere reconciliar y restaurar, puede usar el don de discernimiento de espíritus para identificar acertadamente un área de pecado o de debilidad en la vida de alguien, pero en vez de ministrarle una palabra que le ayude a vencer a ese enemigo de su alma mediante el arrepentimiento [sabiendo que la bondad de Dios nos lleva al arrepentimiento (Romanos 2:4)], le puede ministrar rechazo y condenación, humillándole en frente de todos, y distanciándole aún más de Dios que antes.

Da un poco de miedo, ¿no? Todos los elementos negativos de nuestra alma pueden torcer, malinterpretar o alterar la palabra. Incluso si las palabras que usamos son acertadas (correctas según los hechos), si nuestra ACTITUD con la que ministramos no refleja el amor de Cristo, puede comunicar el mensaje equivocado.

Por lo tanto, cuando nos atrevemos a ministrar proféticamente, debemos asegurarnos de estar limpios ante el Señor, sujetos a Su Palabra y bajo la debida autoridad espiritual. De hecho, en la Red Global Christian International creemos firmemente en la rendición de cuentas a nuestros líderes. También grabamos toda profecía personal para que no quede duda sobre lo profetizado. Entonces la profecía puede ser juzgada apropiadamente.

EL ESTILO DE LA PERSONA QUE PROFETIZA

Me gustan los mariscos. Pero uno tiene que comer un filete de pescado con cuidado debido a las espinas que pueden estar presentes. De la misma manera, el Apóstol Pablo sabía que el elemento humano podía introducir errores y confusión en el ministerio profético. Por eso nos exhortó diciendo: “No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo, retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:20,21). En otras palabras, tenemos la responsabilidad de juzgar la profecía para determinar su veracidad, discernir si es de Dios e identificar cualquier elemento de la profecía que pueda ser del hombre o incluso de un espíritu engañador.

VEMOS POR ESPEJO, OSCURAMENTE

1ª Corintios 13, verso 12 nos revela que, bajo las mejores circunstancias, “vemos por espejo, oscuramente.” A veces Dios nos habla de una manera contundente y clara, pero la mayoría de las veces de manera muy sutil, con el silbo apacible y delicado. Hay tiempos cuando Dios solo nos da una impresión ligera o una visión borrosa. Si es que usamos las palabras “así dice el Señor” debamos hacerlo con cuidado y con el temor de Dios para no tomar Su Nombre en vano.

Si lo que percibes de Dios viene de una forma menos clara (como una impresión leve) es mejor primero decir algo como, “esto es lo que estoy percibiendo” y simplemente contarles lo que hayas percibido sin atribuirlo a Dios. Si era de Dios, será evidente en tiempo. Si no lo fue, el atribuirlo a Dios podrá causar daño y confusión.

Tenemos que usar los dones del Espíritu con una actitud humilde y responsablemente, sabiendo que fueron dados por Dios para que los usemos para cumplir Su voluntad y propósito, no los nuestros.

EXAMINADLO TODO, RETENED LO BUENO

Toda lo que percibimos espiritualmente necesita ser juzgada con la “palabra profética más segura” que es la Santa Biblia. Nunca debemos recibir profecías de una manera tan fatalista, o corremos el riesgo de ser engañados. Por causa del vocero humano, cada palabra profética puede contener “espinas” como el filete del pescado, pero vale la pena examinarla y sacar los elementos erróneos para poder retener lo bueno, lo nutritivo, lo provechoso, y aprovechar de la palabra de Dios para nuestras vidas.

Cada cocinero tiene su estilo favorito de preparar un platillo. Algunos usan pocos condimentos mientras otros bañan un filete de pescado en una salsa picante (chile o ahí) al grado que provoca lágrimas al comérselo. En la gastronomía mexicana, los condimentos pueden ser potentes y picosos al grado que ni puedes discernir el sabor del pescado. Así es con la profecía también.

El estilo de ministrar una profecía puede variar mucho. Algunos son súper tranquilos mientras que otros gritan y ministran de una forma dramática. Cuando recibimos una profecía tenemos que discernir cuánto fue la profecía actual y cuánto fue la emoción o el estilo de la persona. A mí me gusta el chile (ahí) en la comida, pero en la ministración profética tenemos que usar la receta que Dios indica si vamos a representarle bien. Un chef bueno sabe que el platillo no es para sí mismo, sino para la persona que le pagó cocinar por él.

Algunos son tan ostentosos que algunos no pueden oír ni aprovechar el mensaje por el estilo tan “picoso”. Tenemos que asegurar que estamos sirviendo la profecía de una forma para que ellos pueden entender y disfrutar el mensaje que Dios quiere comunicarles sin ser estorbados por nuestro estilo.  Si nuestro estilo de ministrar (sea con gritos o movimientos dramáticos) roba la atención de Dios, o si estorba que el mensaje sea recibido, entonces está fuera de orden.

Cuando alguien nos profetiza, tenemos que mantener el equilibrio entre juzgar la palabra para no ser engañados, y a la vez responder con fe y creer lo que sí es de Dios para poder prosperar (2ª Crónicas 20:20).

  • ¿Cómo podemos juzgar la profecía sin menospreciarla?
  • ¿Cuál es la naturaleza de la profecía personal?
  • ¿Cómo podemos asegurar que estamos respondiendo bien a Dios y cooperando con Él para ver el cumplimiento de nuestra profecía?
  • ¿Cuáles cosas en nuestras vidas pueden impedir o tardar el cumplimiento?
  • ¿Cómo podemos apurar el cumplimiento de nuestra profecía personal?

Voy a responder a esas preguntas y más en la continuación de esta enseñanza.

Por Cliff Bell, © 28 de febrero, 2012 (primera publicación). Editada y republicada el 8 de julio, 2022. Todos los derechos reservados.

Para leer la segunda parte haz un clic aqui

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Cómo discernir y ganar la victoria sobre los espíritus territoriales.

  • ¿Qué es un espíritu territorial? 
  • ¿Qué lo permite estar presente?
  • ¿Por qué algunos cristianos son afectados por ellos? 
  • ¿Por qué algunos pueden percibirlos y ser afectados por ellos más que otros?
  • ¿Cómo puedes discernir a los espíritus territoriales en tú región? 
  • Y lo que es más importante, ¿Cómo puedes ganar la victoria sobre los espíritus territoriales?
  • ¿Cuáles son nuestras armas más efectivas en contra de tales adversarios?
  • ¿Será posible despojarlos completamente de una ciudad?

¡Qué bueno que tienes tantas buenas preguntas!

Cuanto más idolatría o pecado está en una región, más demonios que promueven esas cosas son atraídos a esa región.  En tiempo se desarrolla en una potestad regional, o «espíritu territorial» que domina la atmosfera … Cuanto más eres sensible al mundo espiritual, más podrás sentir esa presencia maligna y sus efectos en el ambiente.

Muchos cristianos pueden sentir el efecto de estos demonios en cuerpos, y sus pensamientos y emociones, pero pocos se dan cuenta qué es o cómo superarlo.  Por lo tanto, viven en depresión u opresión constante, enfermedad crónica, o luchan una y otra vez con una tentación sintiendo que tal vez ellos mismos son los malos.  Se acostumbran a vivir bajo esa opresión calculando que es normal.

Para el hijo de Dios, ¡«normal» debe de ser lleno con amor, gozo, paz, y el demás fruto del Espíritu Santo que mora en nosotros!

Tú puedes aprender a discernir lo que está en tu territorio, abrir los cielos sobre tu propia vida, hogar o negocio, vivir en gozo y en paz. 

Pero Dios quiere llevarte a un nivel mayor, para ser usado por Dios para despojar ese espíritu maligno de su lugar ¡y establecer el dominio de Cristo en tu territorio! 

En este video, enseño acerca de este tema y respondo a esas preguntas a la luz de la Biblia y compartiendo ejemplos.  Consiga un cafecito o un té caliente, ponte cómodo, y abra tu Biblia, ¡porque es tiempo de ser equipado!

Cliff Bell

 

Lo que Dios me ha mostrado para este tiempo – octubre 2020

Los profetas conocemos en parte y en parte profetizamos. No tengo todo, pero voy a compartir la parte que Dios me ha dado para esta próxima temporada.

Hemos entrado el año hebraico 5781, y hay un nuevo mover del Espíritu de Dios sobre la tierra. Es tiempo de celebración y de alabanza a Dios, y al mismo tiempo, de guerra espiritual intensificada.

Dios ha usado la pandemia para traer disciplina a Su Iglesia. Nos ha dado una oportunidad para actualizarnos, de volver a nuestro primer amor, para poder colaborar con Él.

Dios sigue purificando a Su Iglesia. Dios está permitiendo la remoción de todas las cosas movibles para que permanezcan lo inconmovible, Su Reino. Cualquiera cosa que no está compatible con el Reino de Dios se está derribando. Lo comparo a la selección de los guerreros en el tiempo de Gedeón; de 32,000 quedaron apenas 300. ¡Pero esos pocos guerreros comprometidos fueron todo lo que Dios necesitaba para traer una gran victoria sobre los madianitas!

El despertar espiritual y la cosecha ha comenzado, y la guerra espiritual continuará mientras que poseemos nuestra herencia, ¡las naciones!

Para aquel que es parte del remanente justo, aquel que ha respondido a los tratos de Dios, ¡prepárate para quedar asombrado por lo que Dios hará por ti y por medio de ti!

Hay un nuevo soplo del Espíritu Santo de Dios. El despertar espiritual no es para mañana, es para ahora mismo.

ACTUALÍZATE – en tu relación con Dios en temor reverencial. Remueva toda distracción, ¡y vuélvete a tu primer amor! No hay tiempo para jugar. No permites que el pecado de otro sea un impedimento en tu propia relación con Dios.

CONÉCTATE – con tu iglesia local. El mosto está en el racimo de uvas. Hay una razón por la cual el enemigo quiso aislarte. Es tiempo de vivir en el amor, el perdón, la humildad y el servicio.

AVÍVATE – Somos mandados a avivar el fuego del don de Dios que hemos recibido. Renuncia al temor y comienza a hacer pasos de fe.

MOVILÍZATE – Dios quiere usarte para esta cosecha de millones. La Gran Comisión fue dada a cada hijo de Dios. No eres excluido. Abre tus ojos y Dios te mostrará las oportunidades que hay. No existe una alegría mayor que guiar a otro a los pies de Cristo.

En este video comparto de estas cosas y mucho más que Dios me ha mostrado y algunas cosas que están aconteciendo que los noticieros no te han dicho.  Hay algunas profecías generales, y otras más específicas para Argentina, Uruguay, México, Honduras, y Venezuela.

 

Navegando las tormentas de la vida. Parte 3/3

Parte 3 – LAS TORMENTAS CREADAS POR EL DIABLO

Unos pastores se comunicaron conmigo porque habían estado luchando con una “tormenta” de enfermedad. La esposa tenía semanas con síntomas de mareo y de dolor intenso de la cabeza. Los médicos habían hecho toda clase de estudio, pero no pudieron hallar ninguna explicación.

Frecuentemente, cuando no hay una causa clara natural, es una indicación fuerte que pueda ser un ataque espiritual.

Esta tormenta provocada por el enemigo los estaba tratando de robar salud, tiempo y dinero a esos pastores. Discernimos que el ataque fue iniciado por causa de hechicería hecha en su contra. Entonces oramos juntos por teléfono y reprendimos al enemigo en el Nombre de Jesucristo y cancelamos esa tormenta demoníaca. Dentro de minutos los síntomas desaparecieron.

Para reiterar, hay tres clases de tormentas. Cada una requiere una respuesta diferente:

  1. las que Dios nos envía (porque quiere exigir una respuesta de nosotros por nuestro bien),
  2. las que son creadas por las decisiones malas nuestras o por otros, y
  3. las que son ataques del enemigo.

En las previas dos partes de esta serie yo enseñé acerca de las primeras dos clases de tormentas. En esta última parte quiero cubrir las tormentas que son ataques del enemigo.

Para iniciar a leer desde la primera parte, oprime la siguiente foto:

En la Biblia, la palabra “Satanás” literalmente significa “adversario” o “oponente”. Es la naturaleza del diablo oponer a Dios, a todos los que están aliados con Dios o que están colaborando con Dios. Así que no lo debamos contar como algo raro que el diablo nos odia, o que nos intenta atacar.

No debemos temer al diablo. Dios es mucho mayor y peleará por nosotros.

“Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a los falsos profetas, porque mayor es Aquél que está en ustedes que el que está en el mundo.” 1ª Juan 4:4

Una de las metas del diablo es provocar temor en nosotros. Pues sabe que si respondemos con temor que nos quita de nuestra posición protectora de fe. Si respondemos con temor, le da a él la ventaja. Si queremos mantener la ventaja sobre el diablo tenemos que seguir firmes en la fe y con gozo por nuestra confianza en Dios. Isaías 12:3 dice: “Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación.”

Con el fin de resistir a Dios y de estorbar los planes de Dios, el diablo siempre busca destruir (si fuera posible), resistir, desviar, contaminar, engañar o distraer al cristiano.

Por eso somos mandados a vivir sobrios, en alerta, como soldados de luz. Estamos en una guerra verdadera, y no podemos esperar lograr victoria si nos presentamos en el día de batalla vestidos de pijama y pantuflas.

8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. 10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.” 1ª Pedro 5:8-10

Cristo dijo en Juan 10:10, El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

El Apóstol Juan afirmó el propósito de Cristo: 1ª Juan 3:8, Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.”

Cristo envió a los discípulos con poder para vencer al diablo y para librar los cautivos.

17 Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. 18 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. 20 Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.” Lucas 10:17-20

Yo he incluido el versículo 20 en donde Cristo les amonestó no permitir que ese poder se les inflara la cabeza. Obviamente Cristo sabía que algunos, al ver manifestaciones del poder de Dios, comenzarían a pensar más de sí mismos que lo que deberían. (Algunas cosas no cambian).

Cristo fue enviado por Su Padre como Representante Suyo en la tierra. Por lo tanto, el Padre Le envió con poder sobre el diablo.   Cristo, a Su vez, envió a Sus discípulos, y ahora a nosotros, como representantes Suyos con esa misma autoridad y poder delegada sobre el diablo y sus demonios.

Jesús declaró en Juan 20:21: “Como me envió el Padre, así también yo os envío.”

Esta autoridad y poder está disponible para aquellos que están viviendo dentro del pacto que Él hizo por nosotros. Esto significa que tenemos que vivir en obediencia a Su Palabra y con fe.

Sea usted un apóstol, profeta, diácono, empresario, alumno, ama de casa, anciano o niño, si usted está viviendo dentro del Pacto, usted tiene esa autoridad y respaldo Celestial usando el Nombre de Jesucristo.

Reitero, la autoridad delegada y el poder se ejerza por medio del Nombre de Jesucristo. No está en aceite, ni sal, ni otros objetos. El corazón idólatra del hombre siempre busca un objeto o fórmula (obras nuestras), pero la Biblia nos enseña que el poder y la autoridad están en el NOMBRE de Jesucristo.

9 Por lo cual Dios también le exaltó (a Cristo) hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” Filipenses 2:9-11

Así como un abogado representa a su cliente, y hace todo a nombre de ese cliente, nosotros representamos a Cristo y todos los “trámites” espirituales que hacemos los hacemos en el Nombre de Jesucristo.

Así como el abogado no puede hacer nada que no representa correctamente a su cliente, nosotros no podemos hacer nada fuera de la voluntad de nuestro Señor y Rey Jesús. No estamos sirviendo a nosotros mismos sino a la Voluntad del Rey. Tenemos que buscar primeramente Su Reino y Su justicia (Mateo 6:33).

Tristemente, muchos cristianos no viven en obediencia a la Palabra de Dios, y como resultado están fuera del pacto, el lugar de protección y poder. Otros tienen más fe en el poder del diablo que en el poder de Dios para librarles. Éstos son vulnerables a más ataques del diablo. El diablo aprovecha de la ignorancia de los hijos de Dios. Por eso somos exhortados a no ser ignorantes de las maquinaciones del diablo (2ª Corintios 2:11).

Si hemos discernido que una tormenta es un plan maligno del diablo, podemos usar nuestra autoridad en el Nombre de Jesucristo para cancelar ese plan. El diablo tiene que sujetarse al Nombre de Jesucristo. Dios diseñó el orden que nosotros tenemos que colaborar con Él para ver Su voluntad hecha en la tierra.

Una palabra de equilibio…

No podemos echar la culpa al diablo por cada situación negativa que se presenta. Si alguien habitualmente no se cuida de sí mismo, sino se desgasta y come mal, eventualmente habrá consecuencias. Eso se llama la ley de la siembra y la cosecha.

Podemos orar que Dios nos sane, y Dios por Su gran misericordia pueda hacerlo. No voy a juzgar a nadie, pero si eso le sucede, por favor, ¡aprenda de la lección y comience a vivir más sanamente! Es necio seguir invitando problemas de salud simplemente por no cuidarnos.

Colaboramos con Dios para cancelar a las tormentas del diablo principalmente a través de la oración. Por eso fuimos instruidos a orar, “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:10)

Usamos las armas que Dios nos dio:

LA ORACIÓN

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7

EL AYUNO:

Cristo indicó dos razones por las cuales Sus discípulos no pudieron echar fuera el demonio del muchacho. Primero, su falta de fe. En segundo lugar, con algunas batallas espirituales, es necesario combinar la oración con el ayuno.

Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. 19  Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 20  Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. 21  Pero este género no sale sino con oración y ayuno.” Mateo 17:18-21

LA ALABANZA:

De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo.” Salmo 8:2

La NVI dice: “Por causa de tus adversarios has hecho que brote la alabanza de labios de los pequeñitos y de los niños de pecho, para silenciar al enemigo y al rebelde.

Interpretamos este versículo usando la máxima Autoridad, la manera que Cristo Mismo la citó en Mateo 21:16, “Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: ‘De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza’?”

Vemos que la alabanza es una arma para callar la boca del diablo. Esto es ilustrado a través de toda la Biblia en ambos Testamentos.

EL PODER DE ATAR Y DESATAR (prohibir y permitir) lo que Dios ya atado o desatado en el Cielo:

A ti te daré las llaves del reino de los cielos. Todo lo que ates en la tierra habrá sido atado en el cielo, y lo que desates en la tierra habrá sido desatado en los cielos.” Mateo 16:19 RVA2015

Esto es lo que Cristo hizo al calmar la tempestad. Cristo no empleó la oración de petición ni de súplica. No pidió que Su Padre calmara la tormenta.

Cristo usó Su autoridad y mandó que hubiese calma, …y la tormenta obedeció. Ese fue un decreto profético verdadero. Jesús sabía cuál era la Voluntad de Su Padre, y como Representante Suyo, hizo el decreto que la ejecutó.

Hay tiempos cuando sabemos cuál es la voluntad de Dios. Como representantes Suyos, entonces, podemos dar el orden en el Nombre de Jesús para ejecutarla.

LA OBEDIENCIA:

Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.” 2ª Corintios 10:3-6

Dios ha hecho toda la provisión para que podamos vivir en victoria. Podemos colaborar con Él para cancelar los planes del enemigo y establecer Su Voluntad en la tierra como en el Cielo.

Si usted está viviendo dentro del pacto, y ha discernido que hay un ataque del enemigo en su contra, ¡no se desanime! Al contrario, ¡alégrate! Porque estás en una posición para ver una vez más al enemigo avergonzado y el Nombre de Jesús glorificado.

Pida de Dios cuál sea Su estrategia para la victoria, y comience a implementarla.

Dé seguimiento con persistencia. En Lucas 18:1-8 Cristo nos enseñó de la necesidad de persistir en la oración sin desmayar.

A veces un ataque pueda requerir más que una simple oración. Cuando no veamos resultados inmediatos, pida de Dios si hay otra cosa que quiere de usted. A veces será necesario implementar el ayuno, alguna otra forma de guerra espiritual, o reclutar a otros que se unan con nosotros en la oración del acuerdo. Pero la clave más importante es dar seguimiento y no cansarnos en hacer el bien.

Si Dios no le da instrucciones adicionales, sea persistente y consistente en hacer lo que ya le ha mandado. Entre tanto, nunca dude de la bondad de Dios ni de Su amor y gracia que nos es extendida. Manténgase firme en su fe, porque eso agrada a Dios. Al final de las cuentas, Dios es Él que pelea por nosotros, ¡y Él nunca ha perdido una batalla!

Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.” 2ª Corintios 2:14

Por Cliff Bell, © 14 de febrero, 2020, Todos los derechos reservados.

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Para leer la primera parte de esta serie, PARTE 1 – LAS TORMENTAS QUE DIOS NOS ENVÍA, oprime la siguiente foto…

Otra Escritura que considerar y meditar…

“10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.”Efesios 6:10-18

 

Navegando las tormentas de la vida. Parte 1/3

PARTE 1 – LAS TORMENTAS QUE DIOS NOS ENVÍA.

Hay tres clases de tormentas que encontramos en la vida:

  1. las tormentas que Dios envía,
  2. las tormentas creadas por las decisiones malas hechas por nosotros o por otros, y
  3. las tormentas enviadas por el diablo.

Cada clase de tormenta requiere una respuesta diferente.

En esta reflexión quiero enfocar en las tormentas que Dios envía…

Algunos no creen que Dios envía tormentas a nuestras vidas, pero veamos que eso es precisamente lo que sucedió con el Profeta Jonás.

Se pudiera argumentar que esta tormenta nunca hubiera sido enviada a Jonás si no fuera por sus propias acciones. Es cierto. Yo pude haber clasificado esta tormenta como “una creada por nuestras malas decisiones.” Pero el hecho sigue vigente que Dios envió la tormenta, y eso requiere una respuesta diferente. Si Dios es Él que envió la tormenta, reprendiendo al diablo no ayudará.

¿Por qué envió Dios una tormenta a la vida de Jonás?

Jonás estaba resistiendo la voluntad de Dios. Jonás no quiso ir a Nínive tal como Dios le mandó. ¿Por qué? Nínive era la capital de Asiria, la nación que había oprimido y devastado a Israel por años. Por lo tanto, Jonás los odiaba, y no quería predicarles ni estar cerca de ellos.

Está fácil criticarle a Jonás, pero ¿cuántas veces Dios nos ha mandado a hacer algo y Le resistimos, o tardamos en obedecer porque era inconveniente o incómodo para nosotros?

Jonás subió a una nave que se dirigía en la dirección opuesta que la Ciudad de Nínive. La tormenta que Dios le envió no enviado para destruirle a él ni a los demás que estaban en la nave. Dios la envió para aplicar la presión necesaria para que Jonás se arrepintiera.

Podemos decir que, en Su amor, Dios estaba “torciendo el brazo de Jonás” para exigir una respuesta correcta de él. La estrategia divina funcionó, y en tiempo Jonás se dio cuenta que sus acciones arriesgaron las vidas de todos que estaban en la nave con él. Jonás instruyó al capitán que le echase al mar para salvar la vida de los demás. Así lo hizo y la tormenta cesó, y Dios envió un gran pez para tragar a Jonás.

Su situación pareció cambiar de mal a peor. En la barriga de ese gran pez, en ese lugar de desesperación, Jonás comenzó a experimentar arrepentimiento por haber desobedecido a Dios. Lo que es más impactante, Jonás se dio cuenta que en su rebeldía a la agenda de Dios él había hecho un ídolo de su propia agenda.

Jonás proclamó,Cuando en mí desfallecía mi alma, del Señor me acordé; y mi oración llegó hasta Ti, hasta Tu santo templo. Los que confían en ídolos vanos su propia misericordia abandonan. Pero yo con voz de acción de gracias Te ofreceré sacrificios. Lo que prometí, pagaré. La salvación es del Señor.” Entonces el Señor dio orden al pez, y éste vomitó a Jonás en tierra firme. (Jonás 2:7-10)

Un ídolo es cualquiera cosa que amamos más que a Dios, es cuando buscamos algo diferente a lo que Le agrada a Dios. Los ídolos nos separan de Su misericordia y de Su bendición. Jonás había removido a sí mismo de la protección y misericordia de Dios por causa de su idolatría.

Lo que es impresionante es que el tiempo entero que estaba dentro del pez, el pez le estaba llevando más cerca de Nínive, hacia la voluntad de Dios. Por fin le dejó sobre tierra firme en donde él podía obedecer a Dios y cumplir su tarea designada.

Cuando Jonás llegó a Nínive entregó el mensaje que Dios le había dado para decirles. El mensaje era que vendría un juicio a Nínive en 40 días y que serían destruidos.

Al cumplir con su tarea, Jonás decidió permanecer en la región, no porque anticipaba que se arrepintieran los ninivitas, sino porque tenía un deseo morbo de ser testigo de la destrucción de esa grande ciudad y sus habitantes. Jonás todavía tenía un disgusto fuerte por los ninivitas. No logró poder verlos desde la perspectiva de Dios.

Todo cristiano, pero especialmente el que tiene llamado profético, necesita aprender a abandonar sus prejuicios y actitudes personales y ponerse de acuerdo con la perspectiva de Dios. El profeta necesita hacer más que anunciar una palabra acertada. Necesita representar correctamente el Corazón del Padre. Si Dios los ama, y no los amamos, nunca podremos representarle bien, y el resultado es que promoveremos nuestra propia agenda en vez de la de Dios, y ministraremos muerte en vez de vida.

Jonás encontró una colina desde donde pudo ver todo. Consiguió un lugar que tenía la sombra de una planta para protegerle del calor del sol. Comenzó a contar los días en anticipación del gran espectáculo. Era como uno de los habitantes de Roma esperando ver a los cristianos ser matados por los leones.

Sin embargo, los ninivitas se arrepintieron, y Dios cambió Su plan. En vez de destruirles, les brindó misericordia. La destrucción profetizada no llegó. Si Jonás estaba de mal humor antes, ahora se puso molesto. Otra vez, surgió su rebeldía en contra del plan de Dios. Creía que Dios había hecho una mala decisión, que su propia sabiduría era mayor que la de Dios.

Dios vio la actitud negativa y la ira de Jonás y le envió otra clase de tormenta… Dios preparó un gusano para que hiriese la planta que le daba sombra a Jonás. Luego

envió un viento recio solano para incomodarle y llevarle al arrepentimiento. Pero al llegar el calor, el viento y el sol tan fuerte, Jonás volvió más enojado y comenzó a quejar diciendo que prefiriera morirse.

Muy dramático, ¿no crees?

Dios le reprendió a Jonás porque tuvo más misericordia de su comodidad personal que por una ciudad entera llena de gente creada en la imagen y semejanza de Dios, ¡gente que se había arrepentido mejor que el profeta!

¿Y usted? ¿Cómo responde cuando Dios brinda misericordia y bendición a alguien que a usted no le agrada? ¿Está dispuesto a permitir que Dios le muestre Su perspectiva? ¿a cambiar su actitud? ¿que Su amor sea derramado en su corazón?

Otra vez, no es que Dios buscaba provocar dolor a Jonás. La meta de Dios era ayudarle a Jonás a alinearse con Su Corazón para que le pudiera bendecir. Dios le tuvo mucha paciencia, pero tristemente, no tenemos evidencia bíblica de que Jonás cambió de corazón, y ya no escuchamos más de él.

Cuando hay un área de idolatría o rebeldía en nuestros corazones, Dios es fiel para enviarnos una tormenta suficiente para despertarnos y darnos la oportunidad de arrepentirnos y alinearnos con Su Voluntad que trae bendición. Podemos decir que las tormentas que Dios envía muchas veces es una forma de disciplina.

La disciplina del Señor nos muestra que somos hijos y no bastardos. La disciplina no es igual a castigo. La meta del castigo es provocar dolor. La meta de la disciplina es el enseñarnos. Disciplina viene de la misma palabra raíz que “discípulo”.

En Su amor y misericordia, Dios nos da las condiciones necesarias para que nos despertemos, nos arrepintamos y nos alineamos con Su Voluntad para que podamos experimentar Su bendición.

Si usted está experimentando una tormenta ahora mismo, vale la pena examinar a su corazón para ver si hay algo que Dios le pidió hacer al cual usted está resistiendo. ¿Pueda ser que Dios está aplicando presión para exigir de usted un cambio de actitud o un acto de obediencia?

En vez de enfocarse en la maldad de otros, pida a Dios si hay algo en su propia vida que necesita un ajuste, alguna semilla de rebeldía o de idolatría. Si la hay, arrepiéntase. La gracia de Dios está siendo derramada ahora mismo para ayudarle a hacer el ajuste en su vida.

Se le animo a responder correctamente para que Dios pueda derramar sobre usted Su bendición, y para que su ministerio sea duradero.

Por Cliff Bell, © 30 de noviembre, 2019, Todos los derechos reservados.

El Gran Pez, (c) 2006, Ar.Te.Vi

NOTA: La imagen de la pintura, “El Gran Pez”, es por cortesía de la galería Ar.Te.Vi

© 2006 ar.te.vi.mail@gmail.com Le invito a conocer su galería virtual haciendo un clic un la foto arriba.

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Para leer la segunda parte de la enseñanza, oprime la siguiente foto.

REPRESENTANDO BIEN A CRISTO

Milagros y manifestaciones sobrenaturales no significan que Dios aprueba de las acciones, método o carácter del ministro.  Dios frecuentemente permite milagros por amor al pueblo a pesar de un líder que Le está mal representando.

En Números 20, el pueblo de Israel estaba en el desierto y tenía sed y comenzó a murmurar.   Moisés y su hermano Aarón se presentaron delante del Señor.  En versículo 8 Dios le instruyó específicamente a Moisés que HABLASE a la peña para que agua brotara.

Pero Moisés estaba enfadado con la murmuración de la gente.  Se los habló fuertemente y con rabia los llamó “rebeldes”.

Luego, en vez de hablar a la peña, tomó su vara y la GOLPEÓ

– dos veces. 

El agua fluyó.  Era un milagro. 

El pueblo y todos sus animales pudieron saciarse del agua.   Pareció que fue todo un éxito. 

Pero Dios no estaba contento con Moisés y Aarón. 

Números 20:12 dice: 

“Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.”

La Nueva Traducción Viviente lo dice de esta manera:

“«¡Puesto que no confiaron lo suficiente en mí para demostrar mi santidad a los israelitas, ustedes no los llevarán a la tierra que les doy!».”

Dios permitió el milagro por Su misericordia para con el pueblo.  Pero Moisés no había representado bien a Dios, ni Le había honrado como Santo delante de ellos.

Moisés había desobedecido instrucciones específicas.  Sus acciones híper-dramáticos en combinación con su ira y palabras fuertes hacia el pueblo no representó correctamente al Rey de Gloria.   Le costó su entrada a la Tierra Prometida. 

Hay ministros que parecen tener éxito porque los milagros fluyen.  Tienen el reconocimiento del hombre y los aplausos.   Pero, al final de las cuentas, si no representaron bien a Dios, ¿qué les costará?

Milagros no son suficiente prueba de que Dios está feliz con el ministro o que haya aprobado su método, ni mucho menos de una actitud negativa de su corazón. 

Cuando Cristo fue traicionado por Judas en Getsemaní, (Juan 18:10-11), Simón Pedro no representó a Cristo al herir a Malco con su espada cortándole la oreja derecha.  Cristo le tuvo que reprender e instruir a poner su espada en su vaina, y sanó a Malco.   Gracias a Dios que Pedro aprendió de su experiencia y volvió uno de los líderes más importantes de la Iglesia Primitiva.

¿Cuántas veces ministros se ofenden por alguna ofensa percibida de parte del pueblo y se les “corta las orejas” con sus palabras fuertes?  En muchos casos las personas que les han frustrado ni están presentes, pero toda la congregación recibe los golpes.  ¿Cuántos ministros hacen esto para hacerse sentir más grandes, y se auto justifican por los milagros que Dios permite por Su misericordia al pueblo?

Jonás no representó bien a Dios en Nínive. Ni quiso ir porque tenía un disgusto fuerte para esa ciudad que era la capital de la nación que había devastado a su tierra por años.

Jonás no pudo superar a sus sentimientos negativos hacia los habitantes de Nínive.  No pudo comprender por qué Dios les tuviera misericordia y detuviera el juicio que había proclamado cuando Nínive se arrepintió. Jonás estaba más preocupado acerca de su comodidad personal cuando se murió la planta que le daba sombra.

Después de una sola tarea en la cual no representó bien a Jehová, nunca más escuchamos de Jonás.  Su ministerio fue de corta duración. ¿Cuántos ministerios hoy son de corta duración porque no representan bien a Dios?     

Ministros también somos vasos de barro. Es cierto.  Y Dios en Su misericordia nos ha dado una responsabilidad muy grande y temible.  

No fuimos escogidos por nuestro talento, por nuestra sabiduría, ni buen comportamiento.  Es por la gracia de Dios.

Cuando nos creemos muy importantes y ungidos, debamos meditar nuevamente en esta Escritura:

“26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.” 1ª Corintios 1:26-29

La unción no pertenece a nosotros para lanzar según nuestros caprichos, ni para impresionar a los demás con nuestro ministerio.  La unción pertenece a Dios para cumplir Su propósito, y es una responsabilidad temible. 

Tenemos que aprender a morir a nosotros mismos, obedecerle a Dios, y permitir que Cristo sea visto y escuchado por medio de nosotros. 

No podemos permitir que nuestras emociones nos dominen, ni que nuestro estilo robe la gloria que pertenece a Dios. 

Cuando permitamos ser dominados por la frustración, la ira, el orgullo u otro aspecto de nuestra carne  en nuestras vidas, el resultado es que mal representamos el Corazón del Padre a otros  … dejamos de mostrar la Santidad de Jehová a los demás, y arriesgamos nuestro proprio destino profético.

Sea usted un pastor o no, todos representamos Cristo a alguien.  Le invito a orar lo siguiente conmigo. 

Padre Santo, vengo a Ti en el Nombre poderoso de Jesucristo.  Sólo Tú eres Dios, el Gran Yo Soy.  Sólo Tú mereces recibir toda la gloria y honra.

Gracias por haberme amado, salvado, justificado, y llenado con Tu Santo Espíritu (1ª Corintios 6:11).  Gracias por haberme llamado y dado el gran privilegio de ser primeramente Tu hijo (1ª Juan 3:1), y también la responsabilidad uno de Tus representantes aquí en la tierra. Quiero andar como es digno de la vocación con que me llamaste (Efesios 4:1).

Te pido perdón por las veces que yo me engrandecí en mis propios ojos, cuando tenía un concepto más alto de mi mismo que lo que debía de tener, cuando traté a los otros como si fueran menores que yo.

Te pido perdón por las veces que no Te he representado bien, y no he mostrado Tu Santidad a otros.  Te pido perdón por  las veces que he perdido la paciencia, que me he frustrado con los otros – los que Tú amas más que a Tu Propia Vida.  Te pido perdón por las veces que me he permitido engrandecer al grado que llamé la atención a mí mismo en vez de a Ti.

Gracias por Tus misericordias que se renuevan cada día (Lamentaciones 3:22-23), y por el perdón que me ofreces (1ª Juan 1:9).  Lo recibo ahora mismo por la fe. Y por cuanto he recibido misericordia, puedo ser misericordioso.  Por cuando he recibido de tu amor, puedo amar a otros. Por cuanto has sido paciente conmigo, puedo ser paciente con los demás.  Hoy ejercito mi fe para que Tu amor sea derramado en mi corazón por el Espíritu Santo que me fue dado (Romanos 5:5).

Señor Jesús, Tú eres el Buen Pastor, la Iglesia es Tuya y no mía.  Necesito representarte bien.  Por lo tanto me someto a Ti, y por el poder de Tu gracia mostraré Tu amor y benignidad, hablaré la verdad en amor (Efesios 4:15) para ser un mejor representante Tuyo desde ahora en adelante.  Me dedico a exhibir el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-24), tratando a otros con respeto y con dignidad sabiendo que es Tu benignidad que nos lleva al arrepentimiento (Romanos 2:4).

Glorifica Tu Nombre a través de mi vida y en Tu Iglesia. Tuyo es el Reino, el poder y la gloria por siempre.  Amén.

Por Cliff Bell, © 24 de agosto, 2019, Todos los derechos reservados.

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Parte 1 ¿Qué pasó? Cuando una profecía personal NO se cumple.

Después de haber ministrado como profeta por 23 años, y haber profetizado a aproximadamente 50,000 personas puedo atestiguar que la palabra profética verdadera trae vida.  Yo mismo he recibido bastantes profecías que me han sido de provecho.

Tenemos miles de testimonios de vidas edificadas, gente transformada y milagros realizados.  Es raro que voy a un lugar ahora en donde no encuentro alguien que me dice, “usted me profetizó tal y tal cosa, y todo se ha cumplido al pie de la letra.”

Pero cuando una profecía NO se cumple tal como habíamos anticipado, nos deja con muchas preguntas.  No es justo ignorar este tema como si no existe.  

Obviamente Dios no miente.  Entonces, ¿qué pasó?   ¿Fue una profecía falsa? ¿Acaso no respondemos adecuadamente?  ¿Quién falló?  ¿Fue un profeta falso?

Primero, le avisaré que esta publicación será larga, porque hay muchas variables que considerar, y con cada situación las variables cambian.  Solo Dios conoce el cuadro completo.

Pero todos conocemos de profecías que no se cumplieron.  En algún momento tenemos que tratar con las preguntas difíciles con relación a los profetas y las profecías personales.  Necesitamos ofrecer entendimiento bíblico con relación a algunas posibilidades que considerar cuando no se cumplen.

Algunos de los temas que vamos a investigar son:

  • ¿Es absoluta la prueba de Deuteronomio 18:20-22?
  • ¿Existen otras pruebas bíblicas que debamos considerar?
  • La naturaleza condicional de las profecías.
  • ¿Cuáles responsabilidades tiene la persona que fue ministrada?
  • ¿Son infalibles los profetas verdaderos?
  • O ¿Puede un profeta verdadero equivocarse o hablar presuntuosamente en ocasiones?
  • ¿Qué diferencia hay entre los profetas que Dios usó para darnos la Santa Escritura y otros profetas?
  • ¿Qué responsabilidad tiene el profeta si es comprobada que la profecía fue presuntuosa? ¿Cómo debamos responder?
  • ¿Qué dijo Cristo acerca de cómo discernir entre los profetas falsos y los verdaderos?
  • ¿Qué hacemos con nuestras preguntas que quedaron sin respuestas?

Le invito a conseguirse una taza de café, abrir su Biblia, y acompañarme en este estudio revelador.

PRIMERA PREGUNTA: ¿CUÁLES SON LAS PRUEBAS DE UN PROFETA VERDADERO?

Muchos citan a Deuteronomio 18:20-22 como la única prueba para determinar profetas verdaderos o falsos.  La prueba es simplemente: si lo que profetiza se cumple se le consideren un profeta verdadero; y si no se cumple, entonces es un profeta falso. Se le acuerdo que los falsos profetas fueron apedreados.  ¿Ahora cuántos se animan a ser un profeta?

Veamos primero lo que dice este pasaje:

“20 El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.

21 Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?;

22 si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él.”

Este pasaje es bastante claro.  Pero cualquier alumno serio de la Biblia sabe que para hallar sana doctrina tenemos que comparar Escritura con Escritura para saber lo que dice el pleno consejo de la Escritura. 

EJEMPLO:  Sabemos que Dios es amor (1ª Juan 4:8) y que hizo la provisión para la salvación de todos.  Algunos llevan esa verdad a un extremo para decir que un Dios amoroso no enviaría nadie al infierno.  Obviamente se les olvidaron interpretar la Escritura que habla del amor de Dios con las que hablan de cómo Dios es un Dios también de Verdad, Justicia, Santidad, y de Juicio.  Para hallar la sana doctrina tenemos que tomar en cuenta el pleno consejo de la Palabra.

Obviamente, que las profecías sean precisas (inspiradas por Dios, de acuerdo con las Escrituras y con los hechos), es una prueba muy importante, pero no es la única prueba bíblica de un profeta.

CONSIDERAMOS LO SIGUIENTE:

PRIMERO, notamos que muchas de las profecías de los profetas en la Biblia NO se cumplieron durante sus vidas. La mayoría de sus profecías eran para futuras generaciones. Por lo tanto, si los hebreos hubieran usado los cumplimientos como su ÚNICA plomada para los profetas, entonces casi todos los profetas del Antiguo Testamento hubieran sido considerados falsos durante sus vidas.

SEGUNDO: Consideremos que algunas de las profecías de los profetas verdaderos y bíblicos NUNCA se cumplieron tal cual como fue profetizado, pero no fueron considerados falsos profetas.

(EJEMPLO 1) El Profeta Jonás profetizó que Nínive sería destruido en 40 días (Jonás 3:4). Esa era una profecía muy específica. Pero como la ciudad se arrepintió DIOS CAMBIÓ SU PLAN y les extendió misericordia (Jonás 3:10). La profecía no se cumplió.

(EJEMPLO 2) Moisés y lo que profetizó a la primera generación que salió de Egipto. Moisés les profetizó que Dios les llevará a la tierra prometida (Levítico 20:24, y muchas más). Pero como esa generación no creyó esa profecía NO se cumplió tal como fue profetizada. El cumplimiento fue trasferido a la siguiente generación (Números 14:26-35). DIOS CAMBIÓ SU PLAN por la rebeldía y por la duda de esa primera generación.

Estos dos primeros ejemplos nos confirman LA NATURALEZA CONDICIONAL DE LAS PROFECÍAS PERSONALES.

EL PRINCIPIO DE LAS CUATRO CLASES DE TIERRA

La profecía viene como una semilla, y tenemos que ser buena tierra y cumplir la palabra y voluntad de Dios.  No queremos perder el provecho de la semilla por causa de nuestra dureza de corazón, falta de madurez o por ser distraídos por los afanes de la vida.  (Lea la parábola del sembrador en Mateo 13:1-23.  Esa parábola se podría ser llamada “la parábola de las cuatro clases de tierra.”)

Después de determinar que una profecía es de Dios, tenemos que creer la palabra, cambiar las cosas en nuestras vidas que están contrarias a Su voluntad, tomar pasos de preparación y de fe hacia adelante, y militar la buena milicia en guerra espiritual (1ª Timoteo 1:18).  Pues, el diablo siempre buscará abortar el plan de Dios influenciando o tentando a los hombres.

EJEMPLO PERSONAL Yo recibí muchas profecías que estaría ministrando en muchas diferentes naciones.  Pero si yo nunca hubiera servido en la iglesia local, si no me hubiera preparado, si no hubiera desarrollado mi relación con Dios, si no hubiera conseguido un pasaporte, ¿a cuántas naciones piensa usted que yo hubiera ministrado?

No quiero en ninguna manera echar culpa sobre nadie, ni agregar dolor a alguien que ya esté sufriendo.  Pero si queremos un estudio completo, tenemos que preguntar:

  • ¿Cuántas profecías fueron abortadas porque no regamos la semilla de la profecía con las lágrimas de la intercesión?  Dios nos mandó orar en Mateo 6:10 que venga Su Reino y que Su voluntad se cumpliese.  ¿No necesita Dios, entonces, que nosotros oremos para que estas cosas sucedan?
  • ¿Cuántas profecías no llegaron a su cumplimiento porque hubo resistencia demoníaca, y no hubo suficientes que entrasen en la guerra espiritual?1ª Timoteo 1:18 “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia,”
  • ¿Cuántas fueron abortadas porque alguien rehusó creer la palabra ministrada?  Hebreos 4:2 “…pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.”
  • ¿Cuántas fueron abortadas porque alguien no quiso abandonar el pecado?Josué 1:8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
  • ¿Cuántas no se cumplieron porque la persona nunca quiso tomar un paso de fe y hacer algo que nunca antes había hecho?  Santiago 2:17  “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.”
  • ¿Cuántas fueron canceladas porque la persona no quiso desarrollar una disciplina necesaria en su vida? Mateo 25:26-27  “Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente… 27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.”

PROFECÍAS VERDADERAS CAÍDAS EN MALA TIERRA

Conozco de un hombre que tiene mucho más potencial que yo.  Tenía unción.  Tenía dones.  Parece que pudo hacerlo todo.  Tuvo un buen inicio y Dios le estaba usando poderosamente al nivel de la iglesia local.  Recibió profecías que indicaron un llamado como profeta.  Esa era la intención y voluntad de Dios por aquel hombre.

Tristemente, ese hombre rehusó disciplinarse.  Siempre estaba distraído con otras cosas. En fin, cayó en pornografía, adulterio, y terminó en divorcio.  Hoy en día no está involucrado en ningún ministerio, y ni se congrega.  Todos que le conocemos estamos convencidos que las profecías fueron precisas, pero el provecho de la profecía nunca se realizó.

El tener un llamado no es suficiente.  Muchos son llamados, pero pocos son escogidos. 

(EJEMPLO 3) EL PROFETA NATÁN Y LA PALABRA PRESUNTUOSA

Desde su oficio y autoridad de profeta, Natán proclamó al Rey David que podía implementar su plan de construir un templo para el Señor. Le declaró, “Anda, y haz todo lo que está en tu corazón, porque Jehová está contigo” (2ª Samuel 7:5).

Lo que Natán declaró pareció estar de acuerdo con las Escrituras y doctrinalmente sana. Pareció una propuesta genial. Pues David ya tenía su palacio. ¿Por qué no construir un templo para la gloria de Dios.  Pero no era la voluntad de Dios para David.  Dios tenía Sus razones.

Aprendemos que no podemos profetizar de una convicción del logos (doctrina bíblica); tenemos que recibir una rhema (palabra inspirada) del Señor.  No podemos profetizar sanidad a cada enfermo simplemente porque está de acuerdo con la doctrina correcta. 

Tal vez la amistad y confianza que tenía Natán con David le influenció.  Puede ser que conocemos y amamos a la persona y no podemos entender por qué Dios permitiera que no fuese sanada.  Puede ser que sienta una convicción fuerte, pero eso no siempre indica que ha recibido una rhema departe de Dios.

Cuanto más conocimiento natural tenemos del asunto, y cuanto más estamos entretejidos emocionalmente con la persona, menos somos indicados para ofrecer una profecía pura y precisa.

La presunción es una trampa demasiada fácil en qué caer. Nuestro conocimiento natural y nuestras emociones gritan tan fuertemente que nos impidan oír claramente el silbo apacible y delicado del Espíritu Santo.  O puede ser que al escuchar esa Voz, no la prestamos atención porque podemos estar tan influenciados convencidos por una conexión personal.

Cuando alguien me cuenta su historia, y me involucra con conocimiento natural y una conexión emocional, le digo que ya no le puedo profetizar.  Le comparto principios bíblicos y hago una oración.  Si percibo que he recibido algo del Señor, se lo comparto sin atribuir a Dios el mensaje.

Regresando a Natán y David…  Esa noche el Señor habló a Natán avisándole que había hablado presuntuosamente y que David no era el indicado para construir el templo sino su hijo que reinaría después de él (2ª Samuel 7:12-13). Natán tuvo que tomar responsabilidad por su error y volver a David y avisarle que había hablado presuntuosamente.  David no pensó mal de Natán, sino que aceptó sus palabras e hizo los preparativos para el templo que si hijo Salomón construyera.  David siguió honrando a Natán como profeta.

Años después, Natán tuvo que confrontar a David acerca de su pecado con Betsabé (2ª Samuel 12:7-12). David pudo haber levantado protesta por causa de la palabra presuntuosa anterior, pero no lo hizo. David le siguió honrando como profeta de Dios.

Esto NO nos da licencia para hablar presuntuosamente, ¡claro que NO!  Sigue siendo una cosa muy seria.  Pero SÍ nos indica que HAY MÁS QUE CONSIDERAR QUE PROFECÍAS CUMPLIDAS con relación a profetas.

Vemos por espejo, oscuramente. Lo que conocemos y profetizamos es en parte.

Dios le habló a Moisés en el Monte de Sinaí, con relámpagos, temblores y humo. Aún en la Biblia eso era muy inusual.  Dios habló de tal manera con Moisés porque era necesario establecer a Israel como nación nueva habiéndoles apenas sacado de Egipto, y quiso sacar la influencia de Egipto de ellos.

En contraste, nosotros, “conocemos en parte, y profetizamos en parte… vemos por espejo oscuramente,” (1ª Corintios 13:9,12).  Dios no revela todo a nadie.  Y lo que nos dice frecuentemente viene a través de impresiones y pensamientos del Espíritu, sueños o visiones.  ¡No conozco de un profeta moderno al cual Dios le envió el Ángel Gabriel sonando una trompeta!

¿QUÉ RESPONSABILIDAD TIENE EL PROFETA CUANDO UNA PROFECÍA ES DETERMINADA COMO PRESUNTUOSA?

Si una profecía personal es juzgada y determinada contundentemente como una profecía no precisa, que no era actualmente inspirada por Dios, el profeta debe de tomar responsabilidad por lo que profetizó tal como lo hizo Natán. 

La disculpa debe de ser tan pública y fuerte como el error.  Cuanto sea posible, debe de haber un esfuerzo de traer la verdad a todos que fueron afectados e involucrados. 

Este es un principio bíblico que se aplica a todo.  Por ejemplo, si alguien acusa a otro erróneamente, y lo hace delante de la congregación, entonces una disculpa sincera debe de ser echa delante de la congregación para borrar las dudas.  No es suficiente hablar a la persona en privado si la acusación fue hecha en público.   

Por otro lado, si era un asunto de poca importancia no hay razón de exigir sangre sobre un asunto trivial.   

EJEMPLO: 

Hubo un “profeta” que visitó una congregación. Durante su visita el pastor le comentó en privado que tenía un conflicto con cierta hermana, y que sospechaba que estaba en rebeldía. 

Cuando el profeta se había ido, el pastor tuvo oportunidad de platicar con la hermana, y se dio cuenta que había mal entendido la situación y que ella estaba en orden. El pastor y la hermana quedaron reconciliados y siguieron adelante. 

Varios meses más tarde volvió el profeta, y viendo a la hermana en la congregación la profetizó públicamente que estaba en rebeldía, y que estaba bajo maldición.  Ella quedó devastada. 

Aquí vemos que el profeta profetizó de su conocimiento natural y equivocado, no de inspiración de Dios.  Pero lo hizo con tanta fuerza a gritos que hasta el pastor (que sabía que no era cierto) sintió intimidado y no dijo nada.

El pastor debería haber interrumpido al “profeta” y corregido el error de inmediato, cancelado toda palabra de maldición.  Pero como no lo hizo, la mayoría de la congregación siguió creyendo la acusación falsa y pensando mal de la hermana.

Unos ancianos me llamaron preocupados por la hermana que se había caído en una depresión sintiendo confundida, y rechazada por el pastor y por Dios por causa de la “profecía”.

Cuando yo me enteré, conversé con el pastor, y le pregunté si él creyó que la profecía era precisa, y me dijo que no.  Él también admitió que no era justo que la hermana fuera acusada públicamente.  Entonces le dije que necesitaba declarar delante de la congregación que esa profecía no era de Dios y romper la maldición tan públicamente como había sido declarada.

Tristemente, nunca lo hizo porque era muy pasivo.  Gracias a Dios, yo pude orar por la hermana para romper la maldición.

Tenemos que ser discernidos, pero al mismo tiempo no vivir en la sospecha ni andar buscando a quién apedrear.

¿QUÉ DE PROFECÍAS QUE PARECEN SER NO PRECISAS?

Es necesario comprobar que una profecía es no precisa sin lugar a duda antes de declararla como tal.    A veces una profecía que parece faltar precisión hoy, pueda ser comprobada como profecía precisa si es dada suficiente tiempo para su cumplimiento. No siempre sabemos el tiempo de lo que profetizamos.

EJEMPLO:  En Juan 11:4 Jesús profetizó acerca de Lázaro, “Esta enfermedad no es para muerte.”  Otras versiones traducen Sus palabras, “Esta enfermedad no terminará en muerte.”

Los discípulos pensaron que Lázaro no iba morirse. Tenían una profecía precisa, pero una interpretación incorrecta.  Sabemos que Lázaro falleció antes de que Cristo pudiese llegar.  Pero Cristo le levantó de los muertos cuatro días después, así que no terminó en muerte.

¿PUEDE UN PROFETA VERDADERO EQUIVOCARSE?

Tal como con los médicos cirujanos, entre los profetas no hay lugar para errores porque le puede costar la vida o destino de alguien.   Pero si decimos que nunca fallamos, entonces nos convertimos en herejes, porque la Biblia nos revela que solo Dios es infalible.   

Muchos han puesto sobre los profetas un estándar imposible de cumplir y que en muchos casos es motivado por un espíritu legalista y fariseo que últimamente le lleva a manipulación y control.   Por otro lado, si el profeta revela su humanidad haciendo un error, corre el riesgo de ser acusado de ser un  falso profeta.

CONSIDERE LO SIGUIENTE:

(1) Si mantenemos la posición de que profetas tienen que profetizar siempre 100% precisos y acertados, siempre libre de errores…  ¿Cómo, pues, entrenaremos a más profetas?

Para los que dicen que a profetas no se les entrena, se le acuerdo que aún en el Antiguo Testamento tenían escuelas de profetas.  Los “hijos de los profetas” estaban bajo la tutela de los profetas experimentados, reconocidos y maduros.

EJEMPLO: Eliseo era uno de los hijos de los profetas, sirvió a Elías, su mentor y padre espiritual. En el tiempo correcto, el manto fue pasado de Elías a Eliseo (2ª Reyes 2).  A su vez, Giezí era el criado de Eliseo y uno de los hijos de los profetas; tristemente no pasó la prueba y nunca se realizó la plenitud de su ministerio (2ª Reyes 5).

Se requiere preparación, entrenamiento y tutela antes de ejercer cualquiera clase de ministerio.

  • Se le nota cuáles son los ministros que faltan preparación bíblica porque son vulnerables al engaño, a los movimientos de hombre que vienen como “modas,” y a las doctrinas de demonios.
  • Los que faltan preparación en su carácter en mayor parte son los que lastiman y trasquilan al pueblo de Dios.
  • Los que faltan preparación en asuntos de liderazgo y administración permanecen con ministerios de poco impacto.  (Lea la parábola de los talentos: Mateo 25:14-30.)
  • Los que no reciben entrenamiento y tutela en la ministración profética típicamente lastiman a multitudes.  En tiempo, vuelven lastimados ellos mismos, o se convierten en adivinos, o líderes manipuladores de grupos pequeños de seguidores ciegos.

(2) Si mantenemos la posición de que los profetas nunca puedan equivocarse, y que sus profecías son siempre 100% puras y tal como Dios lo hubiera dicho, la conclusión sería que son infalibles. 

Si son infalibles, entonces requiere que sus seguidores consideren sus declaraciones proféticas al mismo nivel de autoridad y de revelación como las Escrituras.  ¿Cuál sería el resultado de tal percepción?  Esa es herejía. 

EN EL ANTIGUO PACTO DIOS PUSO MAYOR LA RESPONSABILIDAD SOBRE SUS PROFETAS.   La razón primordial, es que las Escrituras no estaban completas y los profetas eran la manera principal que Dios utilizaba para hablar a Su Pueblo.

LOS PROFETAS QUE PRODUJERON LAS ESCRITURAS FUERON INSPIRADOS POR DIOS.  Sabemos esto porque 2ª Timoteo 3:16-17 dice:

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

Hubo una protección divina sobre los profetas que Dios escogió para producir las Escrituras porque Dios sabía que fuera necesario para el avance de Su Pueblo e Iglesia.  Dios sabía que necesitaríamos una palabra profética más segura para usar como reglón o plomada. La Escritura es esa “palabra profética más segura” (2ª Pedro 1:19).

Nosotros tenemos que usar esta herramienta que Dios nos dio para medir las demás profecías. Pero la Biblia nunca implica que todos los profetas eran precisos 100% del tiempo.

Al contrario: vemos en Deuteronomio 13:1-5, Dios mandó al pueblo que ellos también tenían que usar discernimiento y sentido común.  Dijo que si acaso llegaba un profeta haciendo milagros y profetizando que deberían de seguir otros dioses, que aquel era un falso profeta y que no le debían de creer.

Aún durante el Antiguo Testamento, cada individuo tenía una medida de responsabilidad con relación a cuánto creer de lo que fue profetizado. Tenían que juzgar a las profecías con la vara de medir de la verdad que Dios había establecido hasta ese punto.  Más parece que la mayoría de la responsabilidad fue puesta sobre el profeta por su POSICIÓN DE INFLUENCIA. 

TODOS tenemos una responsabilidad de juzgar las profecías para no ser engañados, pero los con autoridad e influencia llevan una responsabilidad mayor.

“A todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará” (Lucas 12:48).  Con la abundancia de Biblias y de herramientas de estudio bíblico, en mi opinión nuestra  generación tiene más responsabilidad que cualquiera otra.

Dios siempre nos hace responsables por la medida de Su Palabra que está a nuestro alcance.  Hoy en día tenemos más acceso a la Verdad bíblica de Dios que en cualquiera otra época en la historia.  Si usted está leyendo esto usando un teléfono inteligente, hay aplicaciones de la Biblia que pueda descargar y emplear con múltiples versiones.

Con la apertura del Movimiento Profético y Apostólico Dios nos dio todas las herramientas apropiadas para poder juzgar a las profecías para determinar si son de Dios o no. Hasta nos permitió la invención de grabadoras para poder grabar las profecías para poder juzgarlas sin depender apenas de la memoria.  Todos somos mandados a conocer las Escrituras para poder juzgar correctamente las profecías.

Como esta enseñanza ha vuelto muy largo, lo voy a continuar en una segunda parte.  Para continuar leyendo, favor de seguir este enlace haciendo un clic en la foto: 

Por Cliff Bell, © 11 de junio, 2019.  Todos los derechos reservados.

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