Actitudes de semilla de mala hierba, y problemas de raíz que sabotean tu vida y ministerio.

¿Te encuentres en medio de un proceso de Dios?  Romanos 11:22 declara, «…toma en cuenta la bondad y la severidad de Dios.»

La bondad de Dios se manifiesta en que nos otorga de Sus dones y nos llama a servirle. ¡Qué privilegio!  Su severidad se revela en el proceso de prepararnos para que seamos dignos y competentes para ser comisionados a ese llamado.  Entre el llamado y el tiempo de comisión siempre hay una serie de procesos.

Este es un principio que se aplica a todo cristiano, especialmente a todo aquel que tiene un llamado al ministerio.  A pesar de tu llamado individual, todos tenemos más potencial que alcanzar en Dios y todos somos llamados a ser hechos conformes a la imagen de Cristo (Rom. 8:29).

No podemos ignorar que el diablo también está enterado de tu potencial y busca sabotearte. En la parábola del trigo y de la cizaña…  “mientras durmieron” un enemigo vino y sembró cizaña entre el trigo (Mateo 13).  Nadie se dio cuenta hasta que brotó y comenzó a crecer. Esa tierra tuvo que someterse a un proceso largo para eliminar la cizaña del campo.

De la misma forma, tienes un enemigo que busca abortar o limitar la eficacia de tu testimonio o ministerio, y espera los tiempos cuando estás dormido o distraído para sembrar semilla mala. La semilla mala, sin ser tratada y eliminada, se desarrolla en problemas de raíz, y produce toda clase de fruto malo que puede limitar severamente o hasta abortar a un ministerio por completo.

¿Cuáles son las actitudes de semilla mala? ¿Cómo sabemos si ya se convirtió en un problema de raíz? ¿Cuál es el remedio de Dios?  ¿Cómo podemos someternos al proceso de Dios, ser restaurado, y avanzar?

En esta serie vamos a investigar las vidas de diferentes personajes bíblicos para identificar los problemas de raíz y actitudes negativas que les impidieron en sus ministerios y cómo nosotros podemos evitar esas mismas trampas y permitir que Dios nos siga moldeando para hacernos conformes a la imagen de Cristo.

Le comparto una nueva serie de enseñanzas basadas en la primera parte del libro por el Dr. Bill Hamon, «Los Profetas, Peligros y Principios».

Aquí está el video de la primera parte de la serie:

 

Para ver la lista de la serie completa de 14 partes, sigue este link:

https://www.youtube.com/playlist?list=PLZSO6hYMnUYXRU-RzygiOu-4xo4meXVmr

 

 



Negociad Entre Tanto Que Vengo

¡Estamos viviendo en tiempos proféticos!  En medio del caos que está en el mundo, ¡es emocionante ver lo que Dios está haciendo!  

¡Que privilegio es ser escogido a vivir justamente en este tiempo para colaborar con Dios para ver Sus propósitos eternos logrados en la tierra!

Algunos cristianos están perturbados al escuchar que están declarando paz entre algunas naciones árabes e Israel.  ¿Significa que ya es el fin?

Cristo viene, y viene pronto.  Pero la Biblia está clara que no vendrá HASTA que todas las cosas profetizadas se cumplen de acuerdo con Hechos 3:21 y Hebreos 10:13. 

Entre tanto, ¡tenemos trabajo que hacer!

A través de Su parábola de las 10 Minas (Lucas 19), Cristo dio instrucciones que siguen vigentes para nosotros hoy… «Negociad entre tanto que vengo…»

En este video comparto varios pasajes bíblicos que hablan directamente a nosotros hoy en día, que nos ayudarán a colaborar con Dios para cumplir Sus propósitos eternos, y que resultarán en que mayor bendición de Jehová para tu vida.

Navegando las tormentas de la vida. Parte 1/3

PARTE 1 – LAS TORMENTAS QUE DIOS NOS ENVÍA.

Hay tres clases de tormentas que encontramos en la vida:

  1. las tormentas que Dios envía,
  2. las tormentas creadas por las decisiones malas hechas por nosotros o por otros, y
  3. las tormentas enviadas por el diablo.

Cada clase de tormenta requiere una respuesta diferente.

En esta reflexión quiero enfocar en las tormentas que Dios envía…

Algunos no creen que Dios envía tormentas a nuestras vidas, pero veamos que eso es precisamente lo que sucedió con el Profeta Jonás.

Se pudiera argumentar que esta tormenta nunca hubiera sido enviada a Jonás si no fuera por sus propias acciones. Es cierto. Yo pude haber clasificado esta tormenta como “una creada por nuestras malas decisiones.” Pero el hecho sigue vigente que Dios envió la tormenta, y eso requiere una respuesta diferente. Si Dios es Él que envió la tormenta, reprendiendo al diablo no ayudará.

¿Por qué envió Dios una tormenta a la vida de Jonás?

Jonás estaba resistiendo la voluntad de Dios. Jonás no quiso ir a Nínive tal como Dios le mandó. ¿Por qué? Nínive era la capital de Asiria, la nación que había oprimido y devastado a Israel por años. Por lo tanto, Jonás los odiaba, y no quería predicarles ni estar cerca de ellos.

Está fácil criticarle a Jonás, pero ¿cuántas veces Dios nos ha mandado a hacer algo y Le resistimos, o tardamos en obedecer porque era inconveniente o incómodo para nosotros?

Jonás subió a una nave que se dirigía en la dirección opuesta que la Ciudad de Nínive. La tormenta que Dios le envió no enviado para destruirle a él ni a los demás que estaban en la nave. Dios la envió para aplicar la presión necesaria para que Jonás se arrepintiera.

Podemos decir que, en Su amor, Dios estaba “torciendo el brazo de Jonás” para exigir una respuesta correcta de él. La estrategia divina funcionó, y en tiempo Jonás se dio cuenta que sus acciones arriesgaron las vidas de todos que estaban en la nave con él. Jonás instruyó al capitán que le echase al mar para salvar la vida de los demás. Así lo hizo y la tormenta cesó, y Dios envió un gran pez para tragar a Jonás.

Su situación pareció cambiar de mal a peor. En la barriga de ese gran pez, en ese lugar de desesperación, Jonás comenzó a experimentar arrepentimiento por haber desobedecido a Dios. Lo que es más impactante, Jonás se dio cuenta que en su rebeldía a la agenda de Dios él había hecho un ídolo de su propia agenda.

Jonás proclamó,Cuando en mí desfallecía mi alma, del Señor me acordé; y mi oración llegó hasta Ti, hasta Tu santo templo. Los que confían en ídolos vanos su propia misericordia abandonan. Pero yo con voz de acción de gracias Te ofreceré sacrificios. Lo que prometí, pagaré. La salvación es del Señor.” Entonces el Señor dio orden al pez, y éste vomitó a Jonás en tierra firme. (Jonás 2:7-10)

Un ídolo es cualquiera cosa que amamos más que a Dios, es cuando buscamos algo diferente a lo que Le agrada a Dios. Los ídolos nos separan de Su misericordia y de Su bendición. Jonás había removido a sí mismo de la protección y misericordia de Dios por causa de su idolatría.

Lo que es impresionante es que el tiempo entero que estaba dentro del pez, el pez le estaba llevando más cerca de Nínive, hacia la voluntad de Dios. Por fin le dejó sobre tierra firme en donde él podía obedecer a Dios y cumplir su tarea designada.

Cuando Jonás llegó a Nínive entregó el mensaje que Dios le había dado para decirles. El mensaje era que vendría un juicio a Nínive en 40 días y que serían destruidos.

Al cumplir con su tarea, Jonás decidió permanecer en la región, no porque anticipaba que se arrepintieran los ninivitas, sino porque tenía un deseo morbo de ser testigo de la destrucción de esa grande ciudad y sus habitantes. Jonás todavía tenía un disgusto fuerte por los ninivitas. No logró poder verlos desde la perspectiva de Dios.

Todo cristiano, pero especialmente el que tiene llamado profético, necesita aprender a abandonar sus prejuicios y actitudes personales y ponerse de acuerdo con la perspectiva de Dios. El profeta necesita hacer más que anunciar una palabra acertada. Necesita representar correctamente el Corazón del Padre. Si Dios los ama, y no los amamos, nunca podremos representarle bien, y el resultado es que promoveremos nuestra propia agenda en vez de la de Dios, y ministraremos muerte en vez de vida.

Jonás encontró una colina desde donde pudo ver todo. Consiguió un lugar que tenía la sombra de una planta para protegerle del calor del sol. Comenzó a contar los días en anticipación del gran espectáculo. Era como uno de los habitantes de Roma esperando ver a los cristianos ser matados por los leones.

Sin embargo, los ninivitas se arrepintieron, y Dios cambió Su plan. En vez de destruirles, les brindó misericordia. La destrucción profetizada no llegó. Si Jonás estaba de mal humor antes, ahora se puso molesto. Otra vez, surgió su rebeldía en contra del plan de Dios. Creía que Dios había hecho una mala decisión, que su propia sabiduría era mayor que la de Dios.

Dios vio la actitud negativa y la ira de Jonás y le envió otra clase de tormenta… Dios preparó un gusano para que hiriese la planta que le daba sombra a Jonás. Luego

envió un viento recio solano para incomodarle y llevarle al arrepentimiento. Pero al llegar el calor, el viento y el sol tan fuerte, Jonás volvió más enojado y comenzó a quejar diciendo que prefiriera morirse.

Muy dramático, ¿no crees?

Dios le reprendió a Jonás porque tuvo más misericordia de su comodidad personal que por una ciudad entera llena de gente creada en la imagen y semejanza de Dios, ¡gente que se había arrepentido mejor que el profeta!

¿Y usted? ¿Cómo responde cuando Dios brinda misericordia y bendición a alguien que a usted no le agrada? ¿Está dispuesto a permitir que Dios le muestre Su perspectiva? ¿a cambiar su actitud? ¿que Su amor sea derramado en su corazón?

Otra vez, no es que Dios buscaba provocar dolor a Jonás. La meta de Dios era ayudarle a Jonás a alinearse con Su Corazón para que le pudiera bendecir. Dios le tuvo mucha paciencia, pero tristemente, no tenemos evidencia bíblica de que Jonás cambió de corazón, y ya no escuchamos más de él.

Cuando hay un área de idolatría o rebeldía en nuestros corazones, Dios es fiel para enviarnos una tormenta suficiente para despertarnos y darnos la oportunidad de arrepentirnos y alinearnos con Su Voluntad que trae bendición. Podemos decir que las tormentas que Dios envía muchas veces es una forma de disciplina.

La disciplina del Señor nos muestra que somos hijos y no bastardos. La disciplina no es igual a castigo. La meta del castigo es provocar dolor. La meta de la disciplina es el enseñarnos. Disciplina viene de la misma palabra raíz que “discípulo”.

En Su amor y misericordia, Dios nos da las condiciones necesarias para que nos despertemos, nos arrepintamos y nos alineamos con Su Voluntad para que podamos experimentar Su bendición.

Si usted está experimentando una tormenta ahora mismo, vale la pena examinar a su corazón para ver si hay algo que Dios le pidió hacer al cual usted está resistiendo. ¿Pueda ser que Dios está aplicando presión para exigir de usted un cambio de actitud o un acto de obediencia?

En vez de enfocarse en la maldad de otros, pida a Dios si hay algo en su propia vida que necesita un ajuste, alguna semilla de rebeldía o de idolatría. Si la hay, arrepiéntase. La gracia de Dios está siendo derramada ahora mismo para ayudarle a hacer el ajuste en su vida.

Se le animo a responder correctamente para que Dios pueda derramar sobre usted Su bendición, y para que su ministerio sea duradero.

Por Cliff Bell, © 30 de noviembre, 2019, Todos los derechos reservados.

El Gran Pez, (c) 2006, Ar.Te.Vi

NOTA: La imagen de la pintura, “El Gran Pez”, es por cortesía de la galería Ar.Te.Vi

© 2006 ar.te.vi.mail@gmail.com Le invito a conocer su galería virtual haciendo un clic un la foto arriba.

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Para leer la segunda parte de la enseñanza, oprime la siguiente foto.

Diferencias entre los Profetas del Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto

Al oír de un profeta ¿qué visualizas? ¿Acaso surge una imagen de alguien de cabello largo y una barba larga, vestido de piel de camello, que come langostas y que está pronunciando juicio sobre los pecadores?

¿Alguien similar en estilo a Elías, Jonás o Juan el Bautista?

Hay mucho que podemos aprender de las vidas y ministerios de los profetas del Antiguo Testamento, pero no debamos usarles como un modelo en todo. Dios quiere que seamos actualizados al Nuevo Testamento. El modelo del profeta del Nuevo Pacto es Jesucristo Mismo.

El ministerio del profeta es la única de las cinco vocaciones ministeriales (Efesios 4:1,11) que se encuentra en ambos Testamentos en la Biblia.

Cuando Cristo inició Su Iglesia y nos cambió del Antiguo al Nuevo Testamento, dio continuidad al ministerio del profeta, pero los hizo como una parte de un equipo (apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros nombrados en Efesios 4:11-16).

Cada una de estas cinco vocaciones ministeriales representa una quinta parte del ministerio de Cristo Mismo a Su iglesia, y son dadas para perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para edificar a la Iglesia, cada una con su unción y función particular.

La función del profeta (lo que hace) no ha cambiado entre el Antiguo y el Nuevo Pacto. No obstante, aunque la función no ha cambiado, la apertura del Nuevo Testamento y la época de gracia (en vez de la Ley) demandan un cambio en el enfoque y el mensaje proclamado por los profetas.

Hay algunas personas que luchan con el concepto de profetas modernos por cuanto creen que una función de un profeta es producir más Escrituras. Ese es un concepto erróneo.  Dios usó a muy pocos de los profetas para producir lo que es ahora Sagrada Escritura.

La Biblia hace mención de cientos de profetas, algunos por nombre, pero la gran mayoría no fueron nombrados. 1ª Reyes 18:4 revela que hubo una matanza de profetas por Jezabel (no sabemos cuántos ella logró matar), y que hubo 100 profetas más escondidos en cuevas por Abdías. De los cientos, tal vez miles de profetas que vivieron durante el Antiguo Testamento, menos de a 30, produjeron escritos que están incluidos en la Santa Biblia.

Gracias a Dios, las Escrituras ahora están completas. Nadie hoy puede agregar a las Santas Escrituras. Toda profecía declarada hoy está sujeta a la Biblia ya escrita.

Aquí quiero destacar las diferencias más notables entre el ministerio del profeta del Antiguo Pacto y el del Nuevo Pacto.

DIFERENCIA #1
LOS PROFETAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO MINISTRABAN BAJO LA LEY; LOS DE HOY MINISTRAN BAJO LA GRACIA.

Bajo la Ley, la pena de muchos pecados era la muerte, y los culpables fueron apedreados: los blasfemos, idólatras, los que incitaban otros a la idolatría, los fornicaros y adúlteros, y hasta los hijos rebeldes y borrachos. (Deuteronomio 13, 17, 21, 22; Levítico 24). Hubo muchas reglas estrictas que tuvieron que guardar.

CONSIDERANDO LA SEVERIDAD DE LA LEY, NO ES, ENTONCES, UNA MARAVILLA QUE LAS PROFECÍAS DE LOS PROFETAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO SE ENFOCARON MUCHO EN EL PECADO Y EL JUICIO.

En el Antiguo Pacto tuvieron que hacer sacrificios continuos de animales para “pagar el enganche” para el pecado hasta que el precio entero pudo ser pagado. …algo que solo la Sangre de Jesucristo, el Cordero de Dios, pudo pagar el precio en su totalidad (Hebreos 10:11-14).

EN CONTRASTE, LOS PROFETAS DEL NUEVO TESTAMENTO MINISTRAMOS EN LA ÉPOCA DE LA GRACIA. El precio del pecado, de TODO pecado, fue puesto sobre Cristo en la Cruz del Calvario.

Toda la ira de Dios fue derramada sobre Cristo para que nosotros pudiésemos recibir misericordia y gracia. Dios nos ha dado el “ministerio de la reconciliación” (2ª Corintios 5:18). Dios nos ofrece perdón y vida eterna por medio de la obra completa de Cristo.

POR LO TANTO, LOS PROFETAS HOY EN DÍA NO DEBEN ESTAR TAN ENFOCADOS EN PECADO Y JUICIO, SINO EN RESTAURACIÓN, RECONCILIACIÓN (2ª Corintios 5:18), y en EDIFICAR A LA IGLESIA (1ª Corintios 14:3, 12) en EQUIPAR A LOS SANTOS para la obra del ministerio (Efesios 4:11-16) Y PREPARAR CAMINO para la venida del Señor (Lucas 1:17 y 3:4). Debamos proclamar el mensaje de restauración y declarar cuál es el corazón de Dios por ellos.

Poca profecía es para PREDECIR. La mayoría es para PROCLAMAR cual es la voluntad, la mente y el corazón de Dios. Las profecías que ministramos deben de edificar y de ministrar vida (Juan 6:63). Aunque podemos aprender mucho de las vidas de los profetas del Antiguo Testamento, nuestro ejemplo principal que seguir no debe de ser Elías, ni Ezequiel ni Jeremías, sino Jesucristo Mismo, el Profeta (Hechos 3:22-23).

DIFERENCIA #2
EN EL NUEVO PACTO, EL ESPÍRITU SANTO YA DESCENDIÓ Y AHORA HABITA EL CORAZON DEL CREYENTE

Durante el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo moraba entre los querubines que estaban en el propiciatorio del arca del pacto (Éxodo 25), detrás del velo del Tabernáculo o del Templo.

El Espíritu Santo descendía sobre los profetas mientras profetizaban, pero no moraba en ellos. Una y otra vez leemos que “el Espíritu de Jehová vino sobre él…” y la persona hizo cierta cosa. Ejemplo: El Espíritu del Señor vino sobre Jahaziel, y profetizó en 2ª Crónicas 20:14-20. Pero no leamos que el Espíritu Santo “moraba en” alguien como es cierto para los creyentes del Nuevo Testamento.

Cuando Cristo exclamó, “acabado es” y rindió Su Vida, el precio del pecado fue pagado en completo, y el velo que separaba al hombre de Dios fue roto (Mateo 27:51).

Dios ya no habita en templos hechos por las manos de hombres (Hechos 7:44-50), sino que ahora habita en los corazones de aquellos que han creído en Su Nombre (1ª Corintios 3:16-17; Romanos 8:9-11).

Ya no tenemos que esperar que “descienda la unción del Espíritu Santo” sobre nosotros. ¡El Espíritu Santo ya descendió! El Espíritu Santo ha sido derramado desde el Día de Pentecostés, y no se ha ido.

El Espíritu Santo ahora está dispuesto a manifestarse por medio de cualquiera persona que se disponga por la fe.

Los que somos hijos de Dios somos templo del Espíritu Santo Quien habita en nosotros (1ª Corintios 3:16). Ahora debamos buscar Su Rostro y avivar el fuego del don de Dios que ya está en nosotros (2ª Timoteo 1:6).

¿Estás actualizado al Nuevo Testamento? ¡Espero que sí!

DIFERENCIA #3
LA MOTIVACIÓN DEL AMOR EN LA MINISTRACIÓN
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Actualmente, no es tanto un cambio completo.  Dios siempre ha sido amor (1ª Juan 4:8) tanto como verdad y justicia. 

Pero en el Nuevo Pacto, Cristo puso un énfasis mayor sobre la condición del corazón del ministro.  De hecho, el Apóstol Pablo declaró que sin la motivación del amor, un ministerio con milagros y buenas obras no tiene ningún valor con Dios.

En el Nuevo Pacto hemos sido dados el ministerio de la reconciliación. Algunos preguntan ¿entonces no debe el profeta del Nuevo Pacto confrontar al pecado? ¿No debamos llamar las personas al arrepentimiento? Pues sin arrepentimiento no puede haber reconciliación con Dios.

Por supuesto, la profecía puede llamarnos al arrepentimiento. Hay tiempos en los cuales Dios pide a un PROFETA MADURO (estas cosas no se deja a un neófito) a confrontarle a alguien con el fin de restaurarle en amor.

No obstante, la MANERA en la cual lo hacemos no debe de ser una que humilla a las personas, especialmente si estamos ministrando públicamente.

En el Nuevo Pacto, Dios puso un énfasis fuerte y primordial sobre nuestras MOTIVACIONES como ministros. Nos hizo saber que hablando la verdad no era suficiente, no es el mensaje completo.

Las motivaciones del corazón penetran el mensaje que entregamos. Si no somos motivados por el amor, no podemos representar correctamente la Persona de Dios hacia las personas a las cuales estamos ministrando.

“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.” 1ª Corintios 13:1-3

Dios es un Dios de verdad y de amor al mismo tiempo.  Tenemos que ministrar de una manera que los impulsa correr hacia Dios, no que se escondan de Él. Debe de ser la verdad EN AMOR. Efesios 4:15 dice:

“Más bien, AL HABLAR LA VERDAD EN AMOR, creceremos en todos los aspectos en Aquél que es la cabeza, es decir, Cristo…” (NBLH)

La triste realidad es que muchos con llamados verdaderos de profeta no se han preparado lo suficiente, y se han quedado atorados en el Antiguo Pacto. No han permitido que el carácter de Cristo, el amor de Dios, sea desarrollado en sus corazones. Se ofenden por el pecado de otros (sin poder ver sus propias debilidades), y se apresuran para juzgar a otros y a pronunciar juicio sobre ellos.

Los que tienen un llamado a la vocación ministerial del profeta deban de prepararse ANTES de ser lanzados o nombrados.

El tener un llamado, una unción y una manifestación de dones no es lo suficiente para ser un representante correcto del Corazón de Dios al nivel de un profeta.

Todos tenemos dones (1ª Corintios 12:7; 14:12,31). El Espíritu Santo vive en cada creyente y todos debamos de manifestar los dones del Espíritu Santo para provecho (1ª Corintios 3:16; Juan 14:12).

El Capítulo 13 de 1ª de Corintios nos explica en gran detalle cuál debe de ser nuestra motivación con la ministración de los dones y la profecía dentro del Nuevo Pacto: el amor.

Medite usted en lo siguiente:

  1. Dios ama aún el pecador más vil más que a Su propia Vida,
  2. Cada ser humano fue creado en la imagen y semejanza de Dios y es digno de ser tratado con dignidad y respeto,
  3. Cristo pagó el precio entero del pecado,
  4. Cristo nos entregó el ministerio de la reconciliación (2ª Corintios 5:18-19),
  5. Todos estamos en necesidad de la misericordia de Dios.

Cuando comprendemos estas cosas como debamos, entonces procuraremos profetizar de una manera que refleja el amor de Dios. No andaremos pronunciando juicios sobre otros a la ligera.

Si nuestro corazón no se rompe como el Corazón de Dios al pensar de la severidad de las consecuencias del pecado en la vida de alguien, no somos cualificados a ofrecer una palabra de corrección a nadie.

Aún en el Antiguo Pacto, Dios buscó oportunidades para extender de Su misericordia y perdón.

El ejemplo clásico es la Ciudad de Nínive en el libro de Jonás. Dios envió Jonás a la Ciudad de Nínive, la capital de la nación que por años había oprimido y devastado a Israel, la niña de los Ojos de Dios. Siendo judío, Jonás tenía una aversión por Nínive y no quiso ir, pero Dios le “torció el brazo”.

Jonás llegó y proclamó el mensaje de juicio y de destrucción que Dios le había dado sin mencionar una oportunidad de recibir misericordia si se arrepintieran. Pero cuando el pueblo se arrepintió, Dios detuvo el juicio.

Al terminar los 40 días especificados en la profecía, el juicio no vino. Tristemente, Jonás no pudo apreciar la misericordia de Dios extendida a Nínive, y Dios le tuvo que reprender al profeta.

Si aún en el Antiguo Pacto Dios buscó oportunidades de tener misericordia de la humanidad, ¿cuánto más ahora, bajo la Gracia, busca Dios oportunidades de extender la misericordia y perdón para los que se arrepienten?

“6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.” Romanos 5:6-11

Dios no solamente ama; Él es amor. Romanos 2:4 nos revela que ES LA BENIGNIDAD DE DIOS QUE NOS GUÍA AL ARREPENTIMIENTO. No el temor de Su ira. Si queremos reconciliar alguien a Dios debamos ser un reflejo de Su benignidad. Dios desea un cambio de corazón motivado por amor a Él no motivado por temor de un castigo.

CLAVES IMPORTANTES ACERCA DE PALABRAS DE CORRECCIÓN

Hay una MANERA de entregar una profecía que llama al arrepentimiento para que el ministrado sepa de qué se trata, y Dios lo sabe, pero que no estamos alimentando al espíritu de chisme dentro de la congregación ni humillando a nadie.

Normalmente esa clase de profecía es DADA EN PRIVADO y por medio de alguien que tenga una relación establecida como una autoridad en la vida de esa persona, …ALGUIEN QUE AMA a la persona y que desea verlo restaurado y no destruido.

1ª Pedro 1:22-23 “22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;”

Reitero que en vez de enfocarnos en juicios sobre los pecadores, debamos enfocarnos en el mensaje de restauración y declarar cuál es el corazón de Dios por ellos. La profecía personal debe de proclamar cual es la voluntad, la mente y el corazón de Dios hacia la persona de una manera que edifica y que ministre vida.

DIOS QUIERE QUE SEPAN CUÁLES SON SUS PLANES BUENOS QUE TIENE POR ELLOS (Jeremías 29:11), CUÁL ES EL POTENCIAL QUE TIENEN EN DIOS, Y LO QUE DIOS PUEDA HACER SI ES QUE RESPONDAN A SU AMOR.

Los que persisten en ministrar con una actitud de ofensa, de ira y de superioridad (como si nosotros no tenemos necesidad de la misma misericordia de Dios) y que juzgan a otros, proclamando juicios sobre otros últimamente cosecharán de lo mismo.

Mateo 7:1-41 No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. 3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” (Vea también Lucas 6:27-38)

SEAMOS UN REFLEJO DEL AMOR DE DIOS.

  • Permitamos que Dios purifique nuestras motivaciones y que Su amor sea derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu que nos fue dado (Romanos 5:5).
  • Permitamos que Dios nos ayude a mirar a las personas mediante Sus Ojos, para que veamos el valor que tienen y que les fue impartido por el precio que Él pagó por ellos.
  • Solo entonces podremos ministrar efectivamente como ministros del Nuevo Pacto.

CUALIDADES DEL AMOR DE DIOS

“4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido (“no se comporta con rudeza” NVI), no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” 1ª Corintios 13:4-7 RVR60

Los que ministramos los dones del Espíritu debamos crucificar a la carne y permitir que el FRUTO del Espíritu también sea evidente en lo que ministramos.

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. 26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.” Gálatas 5:22-26

Este mismo pasaje se continúa en Capítulo 6, y nos enseña cómo debamos restaurar a los que son hallados en un pecado. Enfatiza que NUESTRO PROPÓSITO NO ES CASTIGAR, SINO RESTAURAR Y RECONCILIAR. Y otra vez, nos amonesta considerar a nuestro propio corazón.

“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.” Gálatas 6:1

Juntamente con el amor, nos dice que tenemos que restaurarlos con “un espíritu de mansedumbre.” Mansedumbre (Strongs #4240, “praúteetos”). Significa “con humildad, apacibilidad, suavidad, y templanza.”

El confrontar al pecado en amor con el fin de reconciliar es solo una parte del ministerio profético. Dios quiere animar y edificar a Su Pueblo.

Dios quiere proclamar sanidad a los heridos y quebrantados de corazón, libertad a los cautivos, esperanza a los que no la tienen.

Dios desea impartir visión a los que no han podido ver cuál es el plan de Dios para sus vidas.

“18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor.” Lucas 4:18-19

Además, Dios desea identificar e impartir dones y unciones para empoderar a Su pueblo a ser más efectivos en representarle en la tierra. (1ª Timoteo 4:14).

Es fácil hallar pecado y debilidades. Pero los que son ministros proféticos deban poder ver en otros también su potencial, el tesoro, los dones y talentos que Dios les haya dado a cada uno y entonces proclamar un mensaje que les ministre vida.

Por Cliff Bell, © 16 de junio, 2017, editada y ampliada el 4 de junio, 2019.  Todos los derechos reservados.

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DE POTENCIAL PROFETA, A ADIVINO – Parte 1

Yo he publicado varias veces acerca de cómo el ESPÍRITU DE LA ADIVINACIÓN SE DISFRAZA COMO LA PROFECÍA e INVADE A MUCHAS CONGREGACIONES DE MANERA CLANDESTINA. Obviamente, el diablo no puede hacer nada si no tiene a alguien dispuesto a ser su agente.   El enemigo busca aprovechar de las debilidades de carácter que se presenten en individuos dentro de la congregación, como se aprovechó de Acán que codició lo que era dedicado a Dios, para frenar el avance de la congregación entera (Josué 7). 

Interesantemente, Acán era de la tribu de Judá que significa “alabanza.”  Frecuentemente, uno de los grupos que el diablo odia y que busca más poder infiltrar o atacar es el grupo de alabanza. El diablo sabe que si puede limitar nuestra alabanza, puede limitar nuestro avance.

El diablo tiene que usar a personas que están rendidas a él, de la misma forma que Dios necesita a alguien rendido a Él para usarle.

ALGUNAS DE LAS PERSONAS QUE AL DIABLO LE ES MÁS FÁCIL Y MÁS COMÚN UTILIZAR SON PERSONAS QUE:

(1) LOS QUE ESTÁN COMENZANDO A MANIFESTAR EL DON DE LA PROFECÍA Y CREEN EQUIVOCADAMENTE QUE ESTO SIGNIFICA QUE TIENEN UN LLAMADO DE PROFETA. Esto está sucediendo como una epidemia.

Muchos no entienden la diferencia entre la operación del don de la profecía por medio de cualquier creyente (1ª Corintios 14:31), y la vocación ministerial del profeta que se aplica a relativamente pocos (Efesios 4:11).  Éstos tratan de ejercer la autoridad de un profeta maduro cuando ni tienen la preparación, la madurez, ni el llamado actual.

Hay una diferencia grande entre tener una habilidad de profetizar y poseer un llamado de profeta. Igualmente, hay una diferencia grande entre poseer un llamado de profeta, y ser lo suficiente preparado y maduro para ejercer esa vocación y autoridad.  Hay demasiados que andan “profetizando” equivocadamente el uno al otro que es profeta, cuando la mayoría apenas tienen el don de la profecía.

(2) LOS QUE TIENEN UN LLAMADO VERDADERO PARA UN DÍA SER UN PROFETA, PERO TODAVÍA NO ES EL TIEMPO. TODAVÍA LES FALTAN LA PREPARACIÓN, LA MADUREZ, EL DICERNIMIENTO Y EL CARÁCTER NECESARIO PARA SER NOMBRADOS.  Es por eso que es muy importante identificar estas personas y asegurar que reciben la formación necesaria, y que entienden los procesos y los tiempos de Dios.

VOY A ENFOCAR MIS COMENTARIOS HACIA ESTE SEGUNDO GRUPO aunque son mucho menos en número. Lo estoy haciendo a propósito sabiendo que la mayoría de los lectores va a presumir que pertenece a este grupo cuando en realidad pertenece al primero. Entretanto, los principios que voy a compartir se aplican a ambos grupos.

Desgraciadamente, muchos de los que tienen un llamado genuino de profeta SE ADELANTAN EN LOS TIEMPOS de Dios y se auto-proclaman como profeta. COMO SAÚL, NO TIENEN LA PACIENCIA DE ESPERAR PARA QUE VENGA SAMUEL (1ª Samuel 13).  Frecuentemente tienen más celo que sabiduría. No quieren esperar hasta que la autoridad establecida les reconozca, y se meten en aguas profundas sin darse cuenta del peligro.

LA IMPACIENCIA VUELVE EN FRUSTRACIÓN QUE A SU VEZ SE CONVIERTE EN UNA SEMILLA DE REBELDÍA. De repente, cuando profeticen, la fuente puede ser el espíritu de adivinación a pesar de que lo declararon “en el Nombre de Jesús.”  En vez de ser voceros de Cristo, se pueden volver voceros de demonios.  Pues, la rebelión es como el pecado de la adivinación (1ª Samuel 15:23).

Estoy hablando de aquellos que no han recibido suficiente preparación. No han pasado las pruebas necesarias para refinar su carácter. NO ENTIENDEN QUE ES NECESARIO EXPERIMENTAR SUFICIENTE EL RECHAZO HASTA QUE ESTÉN LIBRES DE LA NECESIDAD DE SER RECONOCIDOS Y DE RECIBIR LA APROBACIÓN DEL HOMBRE.  Porque aquel que busca reconocimiento robará la gloria que pertenece a Dios.  Y aquel que necesita agradar al hombre no podrá agradar a Dios. 

FRUSTRADOS, porque sus pastores no les han reconocido todavía, y OFENDIDOS porque quieren ya iniciar, buscan “confirmación” y “afirmación” de otros.

Si uno busca lo suficiente para que alguien que le diga que el mundo está plano, en tiempo lo podrá hallar. EL ESPÍRITU DE ADIVINACIÓN LE DIRÁ LO QUE QUIERE OÍR.  ALIMENTARÁ A SU TEMOR Y A SU OFENSA. Le dirá que usted está completamente en lo correcto y que los demás están mal.  Hasta le pueda impartir una paz falsa de engaño y un sentido falso de seguridad aunque toda su vida personal esté en un desorden.

UN EJEMPLO DEL MUNDO NATURAL: Entre los que profesan a Cristo hay algunos que están convencidos de que el Presidente actual de Venezuela es un mesías y otros creen que es un diablo. Ambos creen tener la verdad no adulterada.  La mayoría desde afuera pueden ver claramente la operación del espíritu de Jezabel ahí, pero otros no lo pueden ver porque están bajo el encanto y el engaño.  ¿Por qué?  Porque les dijo lo que querían oír.  El espíritu de adivinación alimentó a sus temores, a sus ofensas, a sus sospechas, y les dio un kilo de arroz (tal vez no recientemente).

SIEMPRE HAY UN VELO DE ENGAÑO QUE OPERA CON EL ESPÍRITU DE ADIVINACIÓN PARA CEGAR EL ENTENDIMIENTO DEL PUEBLO (2ª Corintios 4:3-4).

Los adivinos suelen profetizarle cualquiera cosa que usted desea oír …ESPECIALMENTE SI LA OFRENDA ES LO SUFICIENTE GRANDE, o si en alguna manera les trae un beneficio personal.

Y si le cuentan al adivino de cómo su pastor no le reconoció como profeta, algunos hasta le “harán el trabajo” de maldecirle (hechicería) para alimentar el espíritu de hechicería en su propio corazón. Mientras tanto se sienten completamente auto-justificados, por fin “afirmados”.

Por doquier hay adivinos afirmando el uno al otro como “profetas” y luego ambos usando esa “palabra” en contra de su pastor porque dicen que ya recibieron su “confirmación.” El problema es que la fuente de la “confirmación” era el padre de mentiras en vez de el Espíritu de Verdad.

El espíritu de adivinación en el adivino (disfrazado de profeta), es atraído al espíritu de adivinación en el otro (tanto como a la rebelión, y la ofensa, etc.), y le proclamará “visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón (Jeremías 14:14).

ÉSTE SE VUELVE A SU CIUDAD SINTIENDOSE EMPODERADO POR LA CONFIRMACIÓN FALSA (DADA POR AQUEL QUE NO CONOCE NADA DE SU TESTIMONIO NI CARÁCTER), Y ENTONCES COMIENZA UNA CRUZADA DE DIFAMACIÓN Y ATAQUE EN CONTRA DE SU PASTOR LEGÍTIMO, porque lo considera un impedimento a su ministerio y a Dios.

Como Jezabel persiguió a Elías, persigue a su pastor, pues NO PUEDE TOLERAR LA VERDAD que le han dicho: que es todavía inmaduro y que tiene problemas de carácter que necesitan corregir ANTES de ser lanzado. En vez de cumplir su llamado de profeta, se vuelve un adivino y hechicero que piensa que es profeta y que está sirviendo a Dios.

UNA DE LAS SEÑALES DE UN ADIVINO ES QUE ATACA Y MALDICE A LOS HOMBRES VERDADEROS DE DIOS, ESPECIALMENTE A LOS PASTORES DE SU CIUDAD. Si hubiera esperado los tiempos de Dios, esos mismos pastores pudieron haber sido sus mejores aliados.

CLARO, EL DIABLO PUEDE PRODUCIR SUFICIENTES MANIFESTACIONES Y MILAGROS PARA QUE SIGA ENGAÑADO, Y PARA PODER ENGAÑAR A OTROS EN SU CAMINO. Jesús habló de ellos en Mateo 7:21-23.  Cristo nos declaró que algunos que profetizan y que hacen milagros en Su Nombre no entrarán al Reino de los Cielos, porque los llamará “hacedores de maldad.”

¿Le suena familiar algo de lo que he escrito?   Pídale, entonces al Espíritu Santo cómo Él desea que responda, y obedezca.

Cuando alguien está listo para ser reconocido o lanzado en un ministerio, es porque estará sirviendo consistentemente, fielmente, y gozosamente sin reconocimiento ni título.

  • Cuando es el tiempo de Dios para su reconocimiento, usted ya no sentirá la necesidad de ser reconocido. Los que se sienten desesperados por ser reconocidos solamente están mostrando su inmadurez y falta de carácter.
  • Cuando viene el tiempo de Dios, usted no tendrá que empujar, ni insistir, ni manipular.
  • Cuando Dios otorga el favor, no tendrá que pedírselo a nadie. 
  • Cuando Dios abre la puerta ningún hombre la podrá cerrar.

Usted puede confiar en el amor de Dios por usted. ¡Dios desea, más que usted, que alcance su potencial!  ÉL NO LE NEGARÁ NADA QUE SEA NECESARIO PARA PODER OBEDECERLE Y CUMPLIR SU VOLUNTAD.  Pero Dios no está de prisa.  Dios le quiere a usted más como Su hijo que como Su ministro, y quiere lo suficiente a Su Iglesia para no lanzar a un ministro antes de tiempo.  Solo siga sirviendo, y su llamado y carácter se desarrollará.  De repente, cuando menos lo espera, Dios le sorprenderá. 

Por Cliff Bell, © 5 de septiembre, 2017, Todos los derechos reservados.

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EVALUANDO NUESTRA CAPACIDAD

A853

¿Cuál es tu capacidad de recibir de Dios? ¿de ser usado por Dios?

HAY UNA DIFERENCIA ENTRE LLAMADO Y CAPACIDAD.

EL LLAMADO ES EL PROPÓSITO por lo cual Dios te creó. Es la razón por la cual fuiste diseñado. El llamado indica cuál sea nuestro POTENCIAL si nos rendimos al PROCESO de Dios en nuestras vidas. Continuar leyendo…