CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL – PARTE 2
La Naturaleza de la Profecía Personal
Esta es la segunda de tres partes de la enseñanza acerca de cómo responder a una profecía personal. La primera parte trató sobre cuál es la actitud bíblica que debemos tener con respecto a las profecías personales. Aprendimos cómo el elemento humano puede introducir errores en la profecía. Debido a ese elemento humano involucrado en la profecía, se nos ordena tomar responsabilidad personal y juzgar las profecías, examinarlas bien y retener lo que es bueno (1 Corintios 14:29; 1 Tesalonicenses 5:19-21).
2ª Crónicas 20:20 dice: «¡Crean en el SEÑOR su Dios, y estarán seguros! ¡Crean a sus profetas y serán prosperados!» La Nueva Versión Internacional lo dice de esta manera: «¡Confíen en el Señor, y serán librados! ¡Confíen en sus profetas, y tendrán éxito!»
Todos queremos ser prosperados en nuestro camino y tener éxito. Confiamos en Dios, pero tomando en cuenta el elemento humano en la profecía y la posibilidad de errores, también necesitamos juzgar toda profecía.
¿Cómo podemos mantener el equilibrio entre creer la profecía y también juzgarla? No queremos volver sospechosos y críticos, pero tenemos que ser discernidos y usar la sabiduría.
Para poder apreciar la profecía personal y responder correctamente necesitamos entender las tres cualidades de la naturaleza de la profecía personal. Aquí explicaré brevemente estas tres cualidades:
1) LA PROFECÍA PERSONAL ES PARCIAL
«Porque conocemos solo en parte y en parte profetizamos; Ahora vemos oscuramente por medio de un espejo» (1ª Corintios. 13:9, 12). Aun las profecías muy precisas son parciales. O sea, ninguna profecía personal te podrá dar el cuadro completo. Dios no te explica todo porque requiere que uses tu fe y dependas de Él (Romanos 1:17).
Dios quiere que conozcamos Su Palabra en la Escritura y que pongamos nuestra atención y confianza ahí primero. La profecía personal nunca nos fue dada para tomar el lugar de nuestra responsabilidad de conocer lo que nos ha dicho en las Escrituras ni de buscar a Dios por nosotros mismos.
Romanos 8:14 dice – «porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son los hijos de Dios.» El Espíritu Santo vino a hablarnos, a enseñarnos, a hacernos saber la voluntad del Padre (Juan 16:13-15).
Si estás sinceramente buscando a Dios por Su voluntad, Él no te negará la información y dirección que necesitas para poder obedecerle y seguir en Su plan por tu vida. Piénsalo – Jesús dio Su vida por ti; ¡te ama más que a Su propia vida! Puedes confiar en Su amor, en Su bondad y en Su tiempo perfecto. Puedes confiar que Él será fiel para ayudar todas las cosas para tu bien si Le amas (Romanos 8:28).
«¿Qué, pues, diremos frente a estas cosas? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no eximió ni a su propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente también con él todas las cosas?» Romanos 8:31-32
2) LA PROFECÍA PERSONAL ES PROGRESIVA.
Dios no te muestra el camino completo de tu vida de antemano. No te dará un mapa que muestre cada giro y detalle del camino. Pero Dios te hará saber en qué dirección ir y cuál es el próximo paso. Da ese primer paso y Él te mostrará el siguiente.
Dios mandó a Abram a salir de la tierra de su parentela sin decirle cuál era su destino (Génesis 12). Abram tuvo que confiar en la dirección progresiva de Dios y comenzar a caminar.
Dios mandó a Felipe levantarse e ir por cierto camino en el desierto sin revelarse el por qué. Felipe tuvo que obedecer a Dios y confiar en Su dirección progresiva para encontrarse en el lugar correcto en el tiempo correcto y poder guiar al etíope a la salvación. (Hechos 8:26-39) Dios requiere que vivamos por fe todos los días (Hebreos 11:6). Dios nos da el maná de “cada día”, no maná de cada año.
Salmo 119:105 dice – «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.»
¿Te imaginas en un camino oscuro cargando una linterna antigua? La linterna ilumina una parte del camino, pero no todo el camino, solo lo suficiente para dar el siguiente paso. Cuando das un paso adelante, la luz ilumina el siguiente paso. Así es con la guía de Dios en nuestras vidas. La profecía personal es solo una de las muchas formas en que Dios hará brillar su luz en nuestro camino.
Muchos siguen a los profetas de un congreso a otro buscando una y otra ministración profética. Dios les ha dado ya mucha dirección, pero si no obedecemos lo que Dios ya nos haya dicho, ¿por qué pensamos que Dios nos dirá más? Somos responsables por lo que Dios ya nos haya dicho y necesitamos poner en práctica lo que ya sabemos.
3) LA PROFECÍA PERSONAL ES CONDICIONAL – no importa si las condiciones están especificadas dentro de la profecía o no.
Hay múltiples ejemplos bíblicos de profecías verdaderas que no se cumplieron tal como fueron declaradas por causa de la manera inadecuada en la cual la persona respondió a la palabra. Unos ejemplos son:
Moisés no entró a Canaán como le fue profetizado por causa de su desobediencia (Éxodo 3; Deuteronomio 34:4,5).
Interesantemente, esta profecía vino directamente por la boca de Dios y no por medio de un siervo humano. ¡Dios no se equivocó! La razón por la cual no se cumplió esta profecía no era por causa del Mensajero. No se cumplió porque Moisés desobedeció.
La profecía que Dios habló a Samuel para entregar a Saúl hubiera establecido la simiente de Saúl sobre el trono de Israel por siempre. Por causa de la rebelión de Saúl esa profecía fue transferida a David. (1ª Samuel 13:13,14)
Lo mismo es verdad en una forma positiva. La destrucción de Nínive fue tardada, y no se cumplió en el tiempo indicado en la profecía dada por el Profeta Jonás (“40 días”). ¿Por qué? Los ciudadanos de Nínive se arrepintieron y Dios les tuvo misericordia, y cambió Su plan (Jonás 3:6-10).
Las profecías no se cumplirán simplemente porque es la voluntad de Dios y porque un profeta las profetizó. Tenemos una responsabilidad de cooperar con Dios, vivir en fe y en obediencia.
La voluntad de Dios no siempre se cumpla.
Dios quiere que todos sean salvos – Cristo se murió y pagó el precio de los pecados de TODO el mundo (Juan 3:16, 2ª Pedro 3:9). Sin embargo, miles se mueren sin Cristo cada día. ¿Por qué? Una razón es porque los cristianos no hemos obedecido lo suficiente la Gran Comisión. Es nuestro trabajo compartir las Buenas Nuevas. Otros no vienen a la salvación porque cuando escuchan las Buenas Nuevas no la crean o no responden con fe ni obediencia.
Es tiempo de reconocer y cumplir cual es nuestra responsabilidad
No creas que la voluntad de Dios se cumplirá en tu vida si no tomes tú responsabilidad a cooperar con Dios.
- Si tienes llamado al ministerio tendrás que dedicarte a preparar para ese ministerio, entrar la disciplina del estudio bíblico, la oración, y comenzar a servir en las áreas que se presenten.
- Si Dios te ha dicho que tienes llamado a ser un empresario, tendrás que prepararte, hacer pasos, correr riesgos.
- Si Dios te haya dicho que te va prosperar con millones de dólares, tendrás que ser un buen mayordomo con los 10 dólares que tienes.
- Si eres fiel con lo poco, Dios te podrá dar más (Mateo 25:23).
La provisión de Dios viene a la medida de nuestra preparación
En 2ª Reyes 4 leamos de la viuda de uno de los hijos de los profetas que fue dejada con una deuda. Ella llegó al profeta Eliseo y explicó su dilema. Si la deuda no fuera pagada, los acreedores llevarían a sus dos hijos como siervos hasta que la deuda fuese pagada.
El profeta no le preguntó cuánto necesitaba, sino que le preguntó qué tenía. Ella tenía solamente una vasija de aceite. En vez de levantar una ofrenda por ella, le mandó pedir prestado vasijas vacías de sus vecinos, y agregó, “no pocas”. Su instrucción era llenar las vasijas vacías con el poco aceite que tenía.
La viuda obedeció al hombre de Dios, y Dios milagrosamente multiplicó el aceite hasta que todas las vasijas prestadas quedaban llenas. Al quedar llena la última vasija, según su preparación, el aceite cesó de fluir.
Si la viuda había pedido prestado solo 10 vasijas la provisión milagrosa hubiera llegado hasta esa medida. Gracias a Dios, ella pidió prestado muchas vasijas, para que la provisión de Dios fuera suficiente para pagar la deuda ¡y tener suficiente con que vivir!
La provisión de Dios no se cae del cielo solo porque hay una necesidad. Dios nunca prometió responder a la necesidad, pero sí prometió responder a la fe y la obediencia. Cuando obedecemos a Dios, y hacemos nuestra parte de preparación que podemos, el Señor provee lo que no podemos.
Dios nunca te negará ninguna cosa que necesitas para cumplir Su propósito para tu vida. ¿Cuáles cosas te ha mandado Dios hacer? ¿Ya hiciste la preparación?
Por Cliff Bell, © primera publicación 2 de marzo, 2012. Editado y ampliado el 8 de julio, 2022. Todos los derechos reservados.
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