Actitudes de semilla de mala hierba, y problemas de raíz que sabotean tu vida y ministerio.

¿Te encuentres en medio de un proceso de Dios?  Romanos 11:22 declara, «…toma en cuenta la bondad y la severidad de Dios.»

La bondad de Dios se manifiesta en que nos otorga de Sus dones y nos llama a servirle. ¡Qué privilegio!  Su severidad se revela en el proceso de prepararnos para que seamos dignos y competentes para ser comisionados a ese llamado.  Entre el llamado y el tiempo de comisión siempre hay una serie de procesos.

Este es un principio que se aplica a todo cristiano, especialmente a todo aquel que tiene un llamado al ministerio.  A pesar de tu llamado individual, todos tenemos más potencial que alcanzar en Dios y todos somos llamados a ser hechos conformes a la imagen de Cristo (Rom. 8:29).

No podemos ignorar que el diablo también está enterado de tu potencial y busca sabotearte. En la parábola del trigo y de la cizaña…  “mientras durmieron” un enemigo vino y sembró cizaña entre el trigo (Mateo 13).  Nadie se dio cuenta hasta que brotó y comenzó a crecer. Esa tierra tuvo que someterse a un proceso largo para eliminar la cizaña del campo.

De la misma forma, tienes un enemigo que busca abortar o limitar la eficacia de tu testimonio o ministerio, y espera los tiempos cuando estás dormido o distraído para sembrar semilla mala. La semilla mala, sin ser tratada y eliminada, se desarrolla en problemas de raíz, y produce toda clase de fruto malo que puede limitar severamente o hasta abortar a un ministerio por completo.

¿Cuáles son las actitudes de semilla mala? ¿Cómo sabemos si ya se convirtió en un problema de raíz? ¿Cuál es el remedio de Dios?  ¿Cómo podemos someternos al proceso de Dios, ser restaurado, y avanzar?

En esta serie vamos a investigar las vidas de diferentes personajes bíblicos para identificar los problemas de raíz y actitudes negativas que les impidieron en sus ministerios y cómo nosotros podemos evitar esas mismas trampas y permitir que Dios nos siga moldeando para hacernos conformes a la imagen de Cristo.

Le comparto una nueva serie de enseñanzas basadas en la primera parte del libro por el Dr. Bill Hamon, «Los Profetas, Peligros y Principios».

Aquí está el video de la primera parte de la serie:

 

Para ver la lista de la serie completa de 14 partes, sigue este link:

https://www.youtube.com/playlist?list=PLZSO6hYMnUYXRU-RzygiOu-4xo4meXVmr

 

 



7 Pasos Prácticos para ver su Cumplimiento

CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL – PARTE 3

7 Pasos Prácticos para ver su Cumplimiento

Esta es la TERCERA PARTE de tres enseñanzas acerca de cómo responder a la profecía personal. En esta última parte voy a destacar ocho pasos prácticos que puedes implementar para responder bíblicamente a tus profecías personales para ver el cumplimiento.

En la primera parte yo compartí cómo el vocero humano y falible pueda afectar a la profecía, y por qué tenemos que juzgar las profecías.  La segunda parte examina la naturaleza de la profecía personal. Recomiendo que te tomes el tiempo de leer toda la serie. Al final ofreceré los enlaces para las primeras dos partes.

SIETE PASOS PRÁCTICOS EN RESPUESTA A UNA PROFECÍA PERSONAL

1) ESCRIBA LA PROFECÍA SOBRE UN PAPEL

«Escribe la visión y grábala claramente en tablas para que corra el que las lea.» Habacuc 2:2

Cuando transcribes una profecía, te ayuda mucho porque así puedes leer y analizar el contenido de la profecía sin la voz y la personalidad de la persona que te profetizó. Podrás ver, entonces, precisamente qué fue declarado en la profecía.

Es por eso por lo que, en Christian International, insistimos que grabemos todas las profecías personales. Si creemos que Dios nos está hablando, ¡entonces queremos tener alguna forma de documentar lo que nos dijo!

Cuando tienes una transcripción de la profecía, puedes juzgarla con mayor precisión. Si la profecía no está grabada, entonces estás a merced de tu memoria. No podemos recordar cada palabra pronunciada y, como seres humanos, tendemos a escuchar lo que queremos en vez de lo que Dios quería decirnos. Además, tendemos aplicar y acomodar la profecía a nuestro gusto, ¡y ambas tendencias son peligrosas!

2) JUZGA LA PROFECÍA CONFORME A PRINCIPIOS BÍBLICOS Y EL TESTIMONIO DEL ESPÍRITU SANTO

El Testimonio de la Escritura. (2ª Timoteo 3:16; Salmo 89:34; Hebreos 13:8; Malaquías 3:6; Gálatas 1:8). Toda profecía personal está sujeta a la Santa Biblia (2ª Pedro 1:20). Dios no se contradice. Si la profecía no está de acuerdo con los principios bíblicos y la doctrina de los apóstoles del Nuevo Testamento, no es de Dios.

Dios nunca te instruirá a romper uno de Sus principios bíblicos establecidos. Dios nunca te instruirá a divorciarte de tu pareja, sino a vivir en fidelidad y guardar los pactos, porque Él ya ha establecido, «lo que Dios juntó, no lo separe el hombre» (Mateo 19:6).

Dios nunca te instruirá para calumniar a otros o dividir una congregación para lanzar tu propio ministerio (Efesios 4:1-3). Dios nos ha mandado honrar a los que están en autoridad y buscar la paz con todos tanto como sea posible (2 Timoteo 2:1-3; Romanos 12:18). Cristo quiere edificar su Iglesia, no dividirla (Mateo 16:18).

El Testimonio del Espíritu Santo.

De la misma manera que el Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu humano redimido de que somos hijos de Dios (Romanos 8:16), el Espíritu Santo puede dar testimonio a nuestro espíritu cuando una profecía, o una porción de una profecía personal, es de Dios o no.

Normalmente, el testimonio del Espíritu Santo viene en forma de una paz interior e inexplicable. Tu mente aún puede tener preguntas. Es posible que no tengas idea de cómo se podría cumplir la profecía, pero si es de Dios, habrá una paz inexplicable y una confianza de que Dios, de alguna manera, lo cumplirá.

TESTIMONIO PERSONAL – Hace muchos años, Dios dio a mi esposa y a mí una profecía diciendo que nos daría una casa propia. La profecía fue confirmada múltiples veces. No sabíamos cómo se podía cumplirse, pues en lo natural era imposible. No obstante, sabíamos sin duda que si seguíamos viviendo en fe y en obediencia, Dios lo haría posible.

Por fin, sabíamos que se acercaba el tiempo del cumplimiento. Interesantemente nuestras circunstancias naturales estaban aún menos favorables que antes. Pero teníamos una paz inexplicable a pesar de las circunstancias contrarias. Seguíamos orando juntos como familia. Dios nos dio dirección específica, y comenzamos a hacer pasos de fe.  Dios honró nuestros pasos de fe y abrió camino en donde no hubo camino antes.  Por medio de una serie de milagros Dios hizo posible lo imposible y cumplió Su promesa profética.

UNA PALABRA DE EQUILIBRIO: No es suficiente tener un “buen sentir” acerca de una profecía. TODA profecía está sujeta a los principios de las Escrituras. A veces la carne o la mente natural se sentirá muy a gusto con algo que Dios prohíbe.  Tenemos que discernir entre lo que procede de la mente natural y lo que procede de la Mente de Dios.

Si Dios te ha ordenado que hagas algo y no lo haces, entonces no estás en condiciones de recibir el favor de Dios. Además, si la desobediencia se convierte en un patrón de comportamiento, te vuelves vulnerable a un espíritu de autoengaño (Santiago 1:22).

Es posible engañar a ti mismo si deseas fuertemente algo que Dios no ha autorizado.

Había una mujer que estaba obsesionada con la idea de casarse con su pastor. ¡Estaba orando para que la verdadera esposa de su pastor muriera para que ella pudiera tomar su lugar! ¡Eso es un fuerte engaño!  Esas “oraciones” suyas eran brujería, pero a su mente carnal le gustó tanto la idea que no estaba dispuesta a aceptar la corrección de nadie. Cerró los ojos a las Escrituras y sus oídos a la verdadera Voz de Dios.

Esa mujer estaba sorda a la Voz de Dios. Te recomiendo una serie de enseñanzas que tengo publicadas en YouTube acerca de las cosas que provocan ceguera y sordez espiritual… La serie se llama, «Removiendo los Obstáculos Para Oír la Voz de Dios.»

Aun cuando tenemos confirmación que una profecía es de Dios, tenemos que vivir en obediencia para realizar el cumplimiento. Por ejemplo, una de las cosas más básicas para recibir el favor de Dios en nuestras finanzas es el diezmar y ofrendar con fidelidad, gratitud y alegría (Malaquías 3:8-12; 2ª Corintios 9:6-12; Mateo 23:23). El que no lo hace no tiene derecho de anticipar la bendición de Dios sobre su vida. Todas las promesas de Dios son CONDICIONALES (una de las cualidades de la naturaleza de la profecía personal explicada en la segunda parte de esta serie).

La profecía personal no anula la necesidad de recibir consejo sabio de nuestros pastores (Hebreos 13:7-9, 17; Deuteronomio 19:15). El hecho que hemos recibido una palabra verdadera del Señor no es una licencia para regresar a casa como un independiente sintiéndonos espiritualmente superiores.

La profecía personal es sólo UN MÉTODO ENTRE MUCHOS por los cuales podemos conocer la voluntad específica de Dios. El consejo pastoral es otro método legítimo y necesario y los dos deben complementarse y fluir juntos.

Tus pastores te pueden ayudar a analizar tu vida para identificar problemas que puedan bloquear o tardar el cumplimiento de tus profecías personales. Tus pastores también te pueden ayudar a identificar en dónde estás ubicado con relación al cumplimiento, y los pasos que puedes tomarte para apurar el cumplimiento. Puede ser que la profecía se refiere al Capítulo Nueve de tu vida mientras que estás viviendo actualmente en el Capítulo Tres.

La mayoría de las personas creen que están en mejor forma ante Dios de lo que es la realidad. He conocido a personas quienes pensaban que estaban lo suficiente maduras para ser lanzados a un ministerio profético mientras que su carácter estaba en completo desorden. Esto es lo que llamamos tener un “punto ciego” y el problema con los puntos ciegos es que no puedes verlos.

Un granjero sabio entiende que no puede comer su semilla y esperar una cosecha el siguiente año. Conocí a una persona que esperaba que Dios le regalara una empresa propia sin hacer ningún esfuerzo. Mientras tanto no diezmaba, no ofrendaba, malgastaba lo que sí tenía, consumió toda la semilla que Dios le había dado. Ese hombre sigue esperando y viviendo en la misma pobreza y situación desesperante que antes.

3) MEDITA EN LA PROFECÍA, Y PIDE QUE EL ESPÍRITU SANTO TE AYUDE A JUZGAR, ENTENDER, INTERPRETAR Y APLICARLA. (Josué 1:8; Juan 14:26 y 16:13)

Cuando Dios te habla mediante una profecía, no está tratando de confundirte sino comunicarse contigo.  El mismo Espíritu Santo que inspiró la profecía te quiere ayudar a entenderla. Pídale Su ayuda. Juan 14:26 dice que parte del trabajo del Espíritu Santo es enseñarte todas las cosas.

Si hay terminología en la profecía que no entiendes, puede ser útil preguntar a la persona que te profetizó qué precisamente es lo que percibió al profetizarle, o qué quiso decir al usar cierta palabra.  Diferentes grupos cristianos tienen definiciones diferentes para algunas palabras.

4) RESEÑE LA PROFECÍA PARA DETERMINAR CUALES ÁREAS DE TU VIDA REQUIEREN UN CAMBIO.

¿Cuáles actitudes o hábitos tuyos necesitarán ser ajustados antes de que tu profecía pueda cumplirse? Puede ser que sea solo un cambio de actitud, como pasar de la duda a la fe; de una mentalidad de víctima a una de vencedor, de la murmuración a la gratitud, etc. Puede ser que tengas que arrepentirte de un pecado que te tiene atado.

Puede ser que haya una debilidad de carácter que debes corregir para que Dios pueda bendecirte. Tal vez sea necesario desarrollar tu capacidad para ser un administrador competente de las finanzas. Si ese es el caso, ¡entonces la gracia de Dios se extiende hacia ti para que des esos pasos!

¡Dios te ama tal como eres, pero te ama demasiado para dejarte en esa condición! Su meta es que seas como Cristo: santo, justo, íntegro, victorioso, productivo, gozoso y bendito. (Romanos 8:29)

¿Cuál es la debilidad que Dios quiere quitar de tu vida antes de que se cumpla tu profecía? No podemos avanzar al siguiente nivel en Dios si estamos atados a una debilidad pasada. Si te arrepientes y te sometes a su proceso, Dios te ayudará a convertir tu debilidad en fortaleza. En la mayoría de los casos, el área donde tienes tu mayor lucha es precisamente donde Dios te ha llamado a tener la mayor unción y fortaleza si te sometes a Él. Su gracia y poder se perfeccionan en nuestra debilidad. Así Él recibe la gloria (2 Corintios 12:9).

¿Cuáles acciones tuyas serán necesarias para ver el cumplimiento? Si Dios te habló de un ministerio internacional, no solamente será necesario prepararte para el ministerio, ¡tendrás que conseguir un pasaporte! Si Dios te habló acerca de abrir un negocio, necesitas planear ese negocio y aprender cómo administrarlo.

Hay algunos elementos las profecías que solo Dios puede hacer cumplir y con tales elementos, no podemos forzar nada, sino simplemente esperar con fe y paciencia (Hebreos 6:12).

5) ESPERA LA CONFIRMACIÓN ANTES DE TOMAR CUALQUIER DECISIÓN IMPORTANTE.

No hagas ninguna decisión grande basada solamente en una profecía (Proverbios 11:14, 15:22). Estoy hablando de decisiones como la de mudarse geográficamente, despedirse de un empleo, el casarse en matrimonio, el hacer una inversión grande, etc.

Cuando nosotros nos mudamos a la frontera de Texas y México y compramos la casa en que ahora vivimos, Dios lo había confirmado múltiples veces. Las confirmaciones nos dan mayor seguridad de actuar con la fe.

Algunos buscan una confirmación de una manera no prudente. Por ejemplo, no es prudente ir a un profeta y decirle, “Dios me dijo tal y tal cosa y necesito que me des una confirmación.”

En primer lugar, llenaste la cabeza de ese profeta con información natural. Ahora está “contaminado” con información que le puede influenciar. En segundo lugar, si dices: “Dios me dijo”, entonces le presentaste esa información como inspiración divina, y ¿quién puede discutir con Dios? ¡Acabas de poner palabras en la boca del profeta! Necesitamos que Dios ponga las palabras en la boca del profeta.

No pidas una confirmación de un profeta. No se busca confirmación, hay que esperarla. Dios iniciará a Su manera y en Su tiempo. Entre tanto, siga orando y pídale a Dios que Él confirme lo que a Él Le parece bien.  Espera confiando en que Él te dará la confirmación a Su manera y en Su tiempo perfecto. Dios te ama y será fiel en confirmar lo que es Su Palabra en el tiempo perfecto. Puedes confiar en Su fidelidad.

6) ACTÚA CON LA FE

Después de averiguar lo que es una profecía verdaderamente de Dios, responda con fe, recordando que la fe implica acción. (Santiago 2:17,18) La fe sin acción está muerta e inútil.  Haces lo que crees, y crees solamente lo que estás dispuesto a respaldar con tus acciones.

Define algunas metas de corto plazo y de largo plazo. Pida a Dios la sabiduría y gracia para cumplir tu parte confiando que Él será fiel para hacer Su parte, lo que tú no puedes.

Cuando Dios te dice, “Voy a hacer esto con tu vida,” normalmente significa que tú lo harás mientras que Él te habilita divinamente para hacerlo. Dios utilizará tus manos y tus pies; tus pasos de fe.

7) MILITE LA BUENA MILICIA

“Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia…” 1ª de Timoteo 1:18

La profecía es una “rhema” de Dios. “Rhema” es la palabra griega que es traducida “palabra” en Mateo 4 cuando Jesús le dijo al diablo, “No solamente de pan vivirá el hombre sino de toda PALABRA que sale de la boca de Dios.” Se refiere a una palabra específica que Dios te habla por Su Espíritu a tu vida.

En Efesios 6, la «espada del Espíritu» es la palabra (rhema) de Dios. Por lo tanto, cuando Dios te da una profecía te está entregando una espada con la cual tendrás que guerrear. 1ª de Timoteo 1:18 nos indica que somos MANDADOS (no sugeridos) a guerrear con nuestras profecías. Esto significa que debes orar e interceder según lo que Dios te ha declarado en la profecía personal.

El diablo siempre se opone a la voluntad de Dios. No es de extrañar, entonces, que el diablo se resista al cumplimiento de la voluntad de Dios en tu vida. La profecía que has recibido es una espada con la que puedes luchar para obtener la victoria. Si eres pasivo y no asumes la responsabilidad de luchar contra las promesas que Dios te dio en la Biblia y en tus profecías personales, entonces corres el riesgo de perder (o al menos retrasar) el cumplimiento y la bendición que Dios quiere darte.

El enemigo pone obstáculos en nuestro camino, trata de desviarnos, distraernos o tentarnos a pecar para que dejemos la protección y bendición de Dios. Cuando esto sucede, muchos se desaniman y desisten de concluir que la profecía no debe haber sido de Dios.

Tenemos que aceptar nuestra identidad como guerreros y decidirnos a actuar. Si usamos las herramientas y las armas que Dios nos ha dado, tenemos todo lo que necesitamos para vivir en santidad, en victoria y ver el cumplimiento de nuestras profecías personales.

«Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia…» 2ª Pedro 1:3

«Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.» Mateo 11:12

Es mi oración sincera y ferviente que leyendo estas enseñanzas, que te levantarás ahora con mayor comprensión y una renovada dedicación para colaborar con Dios. ver el cumplimiento de tus profecías personales y poseer la tierra prometida personal que Dios tiene reservada para ti.

 

Por Cliff Bell, © primera publicación, 4 de marzo, 2012. Editada y ampliada el 9 de julio, 2022, Todos los derechos reservados.

Para leer la primera parte, haz un clic aqui.

Para leer la segunda parte, haz un clic aqui.

 

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Al Que Venciere

Algunos publican “profecías” en las redes sociales y que dicen cosas como: «¡Profetizo que tu rompimiento viene hoy! ¡Tu milagro ya está en camino! ¡Hoy es tu día de promociones, aumento de salario, y de ver el favor de Dios! ¡Escribe ‘AMEN’ y comparta si lo recibes!» ¿Las has visto?

Yo no publico tales cosas, pues la verdad es que la mayoría del tiempo esas publicaciones me molestan.  Permítame explicarte el por qué…

Mi problema con tales publicaciones es que son escritas como “profecías” a todo el mundo igualmente, y esa esa clase de profecía nunca es una palabra legitima de Dios para todos.  Para ser muy franco, Dios no está diciendo eso a todo el mundo… ni siquiera si todos fueran cristianos viviendo en fe y en obediencia, …pero mucho menos a los demás.

Teológicamente sabemos que Dios ama y quiere bendecir a todos Sus hijos (Juan 3:16; Deuteronomio 28:1-14).  Él es amor (1ª Juan 4:8), y rico en misericordia (Efesios 2:4). Esas son doctrinas bíblicas y yo las creo.  Sin embargo, tenemos que entender que LOS TRATOS DE DIOS CON SUS HIJOS SON INDIVIDUALIZADOS.  NO SE PUEDE DECLARAR NI APLICAR UNA PROFECÍA QUE PROCLAME PROSPERIDAD A TODO EL MUNDO IGUALMENTE.

Además, nuestra comodidad personal siempre toma segundo lugar al propósito de Dios para nosotros que es que seamos hechos conformes a la imagen de Cristo (Romanos 8:29).

Algunos cuantos cristianos están por entrar un tiempo de bendición y cosecha, mientras que otros hijos de Dios están por entrar en un tiempo de prueba.  Proféticamente, estamos en los tiempos de los dolores de parto antes de la venida de Cristo, y habrá más tiempos de crisis (Mateo 24).

En los tiempos de crisis nuestra definición de “prosperidad” suele cambiar de “ser un millonario” a “tener lo que necesito (comida y techo) para hoy y algo más que compartir con los que están en necesidad.”  Cristo nos ha declarado y garantizado que vamos a pasar por tiempos de prueba. (Juan 16:33).

Con la siguiente Escritura voy a poner en letra mayúscula algunas palabras claves:

«Esto les causa gran regocijo, aun cuando les sea NECESARIO soportar por algún tiempo diversas pruebas y aflicciones; pero CUANDO LA FE DE USTEDES SEA PUESTA A PRUEBA, como el oro, habrá de manifestarse en alabanza, gloria y honra el día que Jesucristo se revele. El oro es perecedero y, sin embargo, se prueba en el fuego; ¡y la fe de ustedes es mucho más preciosa que el oro!» (1ª Pedro 1:6-7)

La Escritura no dice “por si acaso” sino “cuando” la fe sea puesta a prueba. Y tampoco indica que cuando pasemos por una prueba que es por una falta de fe.  Al contrario, es para que nuestra fe sea probada por fuego, como el oro, para que sea aún más preciosa.  El oro es refinado por el fuego, y al terminar tiene más valor por ser más puro, y eso es de agrado a Dios.  La fe no probada no tiene valor.

No debamos temer las pruebas, ni tener mentalidad de víctima.  Al contrario, el Apóstol Santiago nos amonesta, «Hermanos míos, TENGAN POR SUMO GOZO cuando se encuentren en diversas pruebas sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia. Pero que la paciencia tenga su obra completa para que sean completos y cabales, no quedando atrás en nada.» Santiago 1:2-4

Las pruebas son parte del proceso necesario para ser hechos conforme a la imagen de Cristo (Romanos 8:29), cual es la meta principal de Dios para cada uno de nosotros.

También hay otros cristianos están al punto de ser disciplinados por el Mismo Dios amoroso por cuanto ellos no han guardado pacto.  Aun entre los que son seguidores de Cristo y a quienes Dios quiere bendecir, no todos se han posicionado para recibir el favor de Dios.

El Apóstol Juan nos compartió estas palabras de Jesús:

«Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción…»  (Juan 16:33)

Gracias a Dios, Él tiene paz por nosotros a pesar de la circunstancia.  El versículo continúa, «pero confíen, yo he vencido al mundo.»

Dios siempre es fiel para darnos una palabra de esperanza aun en medio de una amonestación. Dios quiere que tengamos paz y gozo en medio de dificultades porque confiamos en Él sabiendo que Él cuidará de nosotros.  La crisis nos da una oportunidad para ver la Mano poderosa de Dios a nuestro favor.

En Apocalipsis 2:10 Cristo escribió a la Iglesia de Esmirna: «No tengas miedo de lo que vas a sufrir, pues el diablo pondrá a prueba a algunos de ustedes…»  Yo creo que esta palabra se aplica a nosotros ahora.

Si Dios ahora solo da profecías de bendición a todo el mundo, Él tuviera que pedir perdón a los miles de cristianos que acaban de ser asesinados en Iraq, Irán, Afganistán, Nigeria y en muchas otras partes simplemente porque fueron obedientes y siervos fieles de Dios.

Yo entiendo que hay una diferencia entre persecución y las pruebas.  No todos seremos perseguidos como los creyentes actuales en esas naciones que mencioné, pero todos pasaremos por las pruebas de Dios.

Hay pocos profetas que profetizan, «aférrate a la esperanza que tienes en Cristo porque estás entrando un tiempo de prueba.»  No me agrada profetizar esa clase de palabra, pero hay tiempos que lo he tenido que hacer.  Normalmente cuando Dios nos da esa clase de palabra se continúa diciendo algo como, «Te digo esto de antemano para que no estés sorprendido cuando venga la tormenta.  Pero si confíes en Mi, Yo te libraré.»

Dios no desea que vivamos en temor sino en fe.  Así que una profecía verdadera de Dios nos debe aumentará la fe, aunque nos advierte de un tiempo venidero de dificultad.

El Salmo 34:19 declara: «El justo pasa por muchas aflicciones, pero el Señor lo libra de todas ellas.»

Yo creo que algunos que piensan que están profetizando, y que declaran bendición y prosperidad a todo el mundo, están hablando de su convicción doctrinal, y por sus deseos personales para la gente en vez de una verdadera inspiración (rhema) de Dios.  No debamos profetizar de nuestra convicción doctrinal sino de inspiración del Espíritu Santo. Tristemente, otros declaran lo que la gente quiere oír para aumentar su número de seguidores.

Las profecías personales son para una persona o un grupo específico de personas en un momento específico.  Además, debamos recordar que las profecías personales son siempre condicionales, aunque las condiciones no estén especificadas dentro de la profecía.  Voy a estar hablando más acerca de esto en mi transmisión en vivo el 9 de julio, 2022.

Sería prudente incluir con las profecías de bendición alguna aclaración indicando que hay condiciones (la fe y la obediencia), y no declarar esa clase de profecía de manera general para todo el mundo.  Sería aún más prudente

No escribo esto para condenarle a nadie.   Ni estoy diciendo que todos son “falsos”, pues la palabra “falso” implica un deseo de engañar (aunque hay algunos de esos también).   Estoy diciendo que a veces es difícil distinguir entre una convicción fuerte personal y una palabra “rhema” actual de Dios, especialmente cuando estamos entretejidos emocionalmente con una persona o situación.  Debamos usar prudencia en cuanto a lo que atribuimos como palabra de Dios, especialmente si la publicamos en nombre de una «profecía de Dios» en las redes sociales.  Esa es una razón que necesitamos más tiempos de entrenamiento.

Hay cristianos sintiendo condenados porque no están viviendo vidas de comodidad, lujo y de prosperidad a cada rato por causa de esas palabras presuntuosas.  Tenemos que recordar que según 2ª Corintios 3:18, Dios nos lleva «de gloria EN gloria».

«Por tanto, todos nosotros, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.» 2 Corintios 3:18

Esa palabra “en” (entre un tiempo de gloria y otra­) indica que entre los tiempos de gloria habrá algo diferente a gloria.  Es mi experiencia que esa pequeña palabrita «en» pueda durar meses o hasta años.

Si te encuentras en esa posición, sea libre ahora mismo de toda condenación y duda.  Confía en el amor de Dios y reciba Su paz.  Puedes confiar que tu Padre Fiel no te dejará ni te desamparará.  Él que venció al mundo está contigo.

El Apóstol Pablo frecuentemente también sufrió tiempos difíciles, pero aprendemos de él cómo mantener una actitud de gratitud y de fe, pues él escribió: «…el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.»  2ª Corintios 2:14

Dios es fiel para ayudar TODAS las circunstancias para nuestro bien si amamos a Dios y si somos llamados conforme a Su propósito (Romanos 8:28).

Cristo siguió en Su carta a la Iglesia de Esmirna, «SÉ FIEL hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. EL QUE VENCIERE, no sufrirá daño de la segunda muerte.» (Apocalipsis 2:11)

En cada una de las cartas que Cristo envió a las siete iglesias (Apocalipsis 2 y 3), incluyó promesas para “al que venciere”.  Dios no hubiera dado tantas promesas a “al que venciere” si no tuviéramos que vencer algo.  Lo bueno es que Dios nos ha diseñado a ser “más que vencedores” si continuamos fiel a Su Palabra.

«¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligros, o espada? Como está escrito: Por tu causa somos muertos todo el tiempo; fuimos estimados como ovejas para el matadero.  Más bien, EN TODAS ESTAS COSAS SOMOS MÁS QUE VENCEDORES por medio de aquel que nos amó.» Romanos 8:35-37

No sé lo que estás pasando.  Pero quiero animarte que Dios sigue siendo fiel, sigue siendo amoroso, el Todopoderoso, el Fiel y Verdadero, el Libertador, Salvador, Sanador, y Él que levanta tu cabeza.  Tu Padre Celestial sigue presente contigo en medio de las tribulaciones, y nunca te abandonará.  Si sigues posicionado(a) en fe y en obediencia, te llevará a victoria, serás vencedor y más que vencedor, y el Nombre de Jesucristo será glorificado por medio de tu vida.

«Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.» Apocalipsis 12:11

 

Oración:

Padre Santo, Te doy gracias por el privilegio de ser llamado “hijo de Dios”, por Tu gran amor, Tu sublime gracia, Tu grande misericordia, Tu poder infinito, Tu provisión abundante, protección, y por Tu cuidado de mí. 

Gracias por darme la vida eterna, perdón de pecados, y la redención por medio de Jesucristo, mi Señor y Salvador.  Gracias que me amas lo suficiente para impulsarme a cumplir mi potencial y propósito eterno permitiendo el fuego purificador y las pruebas que obran el fruto del Espíritu en mi vida. 

Gracias porque en medio de cualquier prueba, nunca me dejas, sino que me sostienes, me infundes aliento, me fortaleces y me guíes por Tu Espíritu Santo. 

Declaro en voz alta que yo confío en Ti. Rindo mi voluntad a Tu Voluntad y propósito divinos.  Reconozco que esta vida es temporal, y yo valoro y elijo las riquezas eternas.  Me aferro a Tu Palabra, a Tus promesas, y declaro que nada me separará del amor de Cristo. Echo toda mi ansiedad sobre Ti, porque tienes cuidad de mí.  

Perfeccione Tu buena voluntad en mi vida, y me dedico a seguir dependiendo en Tu gracia para ser llamado entre los que han vencido.  En el Nombre de Jesucristo, amén. 

 

Por Cliff Bell, 2 de julio, 2022

 

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Gracias por su comprensión.



Discerniendo la Voluntad de Dios en tus decisiones.

El hacer decisiones difíciles es parte de la vida, especialmente si eres un líder.  Con más responsabilidad vienen más decisiones que afectan a más gente.  Como cristianos, queremos estar seguros de que estamos permaneciendo en la voluntad de Dios.

Hay decisiones por las cuales la decisión mejor es muy obvia cuando aplicamos los principios bíblicos y el sentido común. Pero hay momentos cuando las opciones no están claras, y no queremos quedarnos paralizados por el temor de hacer la decisión equivocada. Muchos agonizan al tomar decisiones y carecen de confianza en la dirección de Dios en sus vidas.

Sería genial si Dios cada vez nos diera una señal sobrenatural y contundentemente, que las puertas equivocadas desaparecieran, que el ángel Gabriel apareciera, vestido de ropas resplandecientes y nos tomara por la mano y nos indicara la puerta correcta.  Pero ¿cuántas veces les aconteció así por los apóstoles del Nuevo Testamento?  No voy a limitar a Dios, pero esa clase de intervención es la excepción y no la regla.

Igualmente, Dios tampoco nos envía un profeta con una respuesta cada vez que queremos.

Dios se deleita en hablarnos directamente. Dios es amor y el amor se comunica. Sus ovejas oyen Su Voz.  Si eres hijo(a) de Dios, puedes tener confianza en Su amor y dirección, pero tenemos que prestar atención y esperar Su respuesta con confianza.

  • ¿Cuál es un proceso de discernir la voluntad de Dios para nuestras decisiones?
  • ¿Cómo buscamos a Dios?
  • ¿Cuáles preguntas podemos hacer?
  • ¿Cómo nos responde el Señor?

El video anexado cubre estas preguntas y mucho más.  Sé que le será un tiempo poderoso de equipamiento que te infundirá mayor confianza para las decisiones que están por delante.

Navegando las tormentas de la vida. Parte 3/3

Parte 3 – LAS TORMENTAS CREADAS POR EL DIABLO

Unos pastores se comunicaron conmigo porque habían estado luchando con una “tormenta” de enfermedad. La esposa tenía semanas con síntomas de mareo y de dolor intenso de la cabeza. Los médicos habían hecho toda clase de estudio, pero no pudieron hallar ninguna explicación.

Frecuentemente, cuando no hay una causa clara natural, es una indicación fuerte que pueda ser un ataque espiritual.

Esta tormenta provocada por el enemigo los estaba tratando de robar salud, tiempo y dinero a esos pastores. Discernimos que el ataque fue iniciado por causa de hechicería hecha en su contra. Entonces oramos juntos por teléfono y reprendimos al enemigo en el Nombre de Jesucristo y cancelamos esa tormenta demoníaca. Dentro de minutos los síntomas desaparecieron.

Para reiterar, hay tres clases de tormentas. Cada una requiere una respuesta diferente:

  1. las que Dios nos envía (porque quiere exigir una respuesta de nosotros por nuestro bien),
  2. las que son creadas por las decisiones malas nuestras o por otros, y
  3. las que son ataques del enemigo.

En las previas dos partes de esta serie yo enseñé acerca de las primeras dos clases de tormentas. En esta última parte quiero cubrir las tormentas que son ataques del enemigo.

Para iniciar a leer desde la primera parte, oprime la siguiente foto:

En la Biblia, la palabra “Satanás” literalmente significa “adversario” o “oponente”. Es la naturaleza del diablo oponer a Dios, a todos los que están aliados con Dios o que están colaborando con Dios. Así que no lo debamos contar como algo raro que el diablo nos odia, o que nos intenta atacar.

No debemos temer al diablo. Dios es mucho mayor y peleará por nosotros.

“Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a los falsos profetas, porque mayor es Aquél que está en ustedes que el que está en el mundo.” 1ª Juan 4:4

Una de las metas del diablo es provocar temor en nosotros. Pues sabe que si respondemos con temor que nos quita de nuestra posición protectora de fe. Si respondemos con temor, le da a él la ventaja. Si queremos mantener la ventaja sobre el diablo tenemos que seguir firmes en la fe y con gozo por nuestra confianza en Dios. Isaías 12:3 dice: “Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación.”

Con el fin de resistir a Dios y de estorbar los planes de Dios, el diablo siempre busca destruir (si fuera posible), resistir, desviar, contaminar, engañar o distraer al cristiano.

Por eso somos mandados a vivir sobrios, en alerta, como soldados de luz. Estamos en una guerra verdadera, y no podemos esperar lograr victoria si nos presentamos en el día de batalla vestidos de pijama y pantuflas.

8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. 10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.” 1ª Pedro 5:8-10

Cristo dijo en Juan 10:10, El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

El Apóstol Juan afirmó el propósito de Cristo: 1ª Juan 3:8, Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.”

Cristo envió a los discípulos con poder para vencer al diablo y para librar los cautivos.

17 Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. 18 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. 20 Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.” Lucas 10:17-20

Yo he incluido el versículo 20 en donde Cristo les amonestó no permitir que ese poder se les inflara la cabeza. Obviamente Cristo sabía que algunos, al ver manifestaciones del poder de Dios, comenzarían a pensar más de sí mismos que lo que deberían. (Algunas cosas no cambian).

Cristo fue enviado por Su Padre como Representante Suyo en la tierra. Por lo tanto, el Padre Le envió con poder sobre el diablo.   Cristo, a Su vez, envió a Sus discípulos, y ahora a nosotros, como representantes Suyos con esa misma autoridad y poder delegada sobre el diablo y sus demonios.

Jesús declaró en Juan 20:21: “Como me envió el Padre, así también yo os envío.”

Esta autoridad y poder está disponible para aquellos que están viviendo dentro del pacto que Él hizo por nosotros. Esto significa que tenemos que vivir en obediencia a Su Palabra y con fe.

Sea usted un apóstol, profeta, diácono, empresario, alumno, ama de casa, anciano o niño, si usted está viviendo dentro del Pacto, usted tiene esa autoridad y respaldo Celestial usando el Nombre de Jesucristo.

Reitero, la autoridad delegada y el poder se ejerza por medio del Nombre de Jesucristo. No está en aceite, ni sal, ni otros objetos. El corazón idólatra del hombre siempre busca un objeto o fórmula (obras nuestras), pero la Biblia nos enseña que el poder y la autoridad están en el NOMBRE de Jesucristo.

9 Por lo cual Dios también le exaltó (a Cristo) hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” Filipenses 2:9-11

Así como un abogado representa a su cliente, y hace todo a nombre de ese cliente, nosotros representamos a Cristo y todos los “trámites” espirituales que hacemos los hacemos en el Nombre de Jesucristo.

Así como el abogado no puede hacer nada que no representa correctamente a su cliente, nosotros no podemos hacer nada fuera de la voluntad de nuestro Señor y Rey Jesús. No estamos sirviendo a nosotros mismos sino a la Voluntad del Rey. Tenemos que buscar primeramente Su Reino y Su justicia (Mateo 6:33).

Tristemente, muchos cristianos no viven en obediencia a la Palabra de Dios, y como resultado están fuera del pacto, el lugar de protección y poder. Otros tienen más fe en el poder del diablo que en el poder de Dios para librarles. Éstos son vulnerables a más ataques del diablo. El diablo aprovecha de la ignorancia de los hijos de Dios. Por eso somos exhortados a no ser ignorantes de las maquinaciones del diablo (2ª Corintios 2:11).

Si hemos discernido que una tormenta es un plan maligno del diablo, podemos usar nuestra autoridad en el Nombre de Jesucristo para cancelar ese plan. El diablo tiene que sujetarse al Nombre de Jesucristo. Dios diseñó el orden que nosotros tenemos que colaborar con Él para ver Su voluntad hecha en la tierra.

Una palabra de equilibio…

No podemos echar la culpa al diablo por cada situación negativa que se presenta. Si alguien habitualmente no se cuida de sí mismo, sino se desgasta y come mal, eventualmente habrá consecuencias. Eso se llama la ley de la siembra y la cosecha.

Podemos orar que Dios nos sane, y Dios por Su gran misericordia pueda hacerlo. No voy a juzgar a nadie, pero si eso le sucede, por favor, ¡aprenda de la lección y comience a vivir más sanamente! Es necio seguir invitando problemas de salud simplemente por no cuidarnos.

Colaboramos con Dios para cancelar a las tormentas del diablo principalmente a través de la oración. Por eso fuimos instruidos a orar, “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:10)

Usamos las armas que Dios nos dio:

LA ORACIÓN

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7

EL AYUNO:

Cristo indicó dos razones por las cuales Sus discípulos no pudieron echar fuera el demonio del muchacho. Primero, su falta de fe. En segundo lugar, con algunas batallas espirituales, es necesario combinar la oración con el ayuno.

Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. 19  Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 20  Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. 21  Pero este género no sale sino con oración y ayuno.” Mateo 17:18-21

LA ALABANZA:

De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo.” Salmo 8:2

La NVI dice: “Por causa de tus adversarios has hecho que brote la alabanza de labios de los pequeñitos y de los niños de pecho, para silenciar al enemigo y al rebelde.

Interpretamos este versículo usando la máxima Autoridad, la manera que Cristo Mismo la citó en Mateo 21:16, “Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: ‘De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza’?”

Vemos que la alabanza es una arma para callar la boca del diablo. Esto es ilustrado a través de toda la Biblia en ambos Testamentos.

EL PODER DE ATAR Y DESATAR (prohibir y permitir) lo que Dios ya atado o desatado en el Cielo:

A ti te daré las llaves del reino de los cielos. Todo lo que ates en la tierra habrá sido atado en el cielo, y lo que desates en la tierra habrá sido desatado en los cielos.” Mateo 16:19 RVA2015

Esto es lo que Cristo hizo al calmar la tempestad. Cristo no empleó la oración de petición ni de súplica. No pidió que Su Padre calmara la tormenta.

Cristo usó Su autoridad y mandó que hubiese calma, …y la tormenta obedeció. Ese fue un decreto profético verdadero. Jesús sabía cuál era la Voluntad de Su Padre, y como Representante Suyo, hizo el decreto que la ejecutó.

Hay tiempos cuando sabemos cuál es la voluntad de Dios. Como representantes Suyos, entonces, podemos dar el orden en el Nombre de Jesús para ejecutarla.

LA OBEDIENCIA:

Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.” 2ª Corintios 10:3-6

Dios ha hecho toda la provisión para que podamos vivir en victoria. Podemos colaborar con Él para cancelar los planes del enemigo y establecer Su Voluntad en la tierra como en el Cielo.

Si usted está viviendo dentro del pacto, y ha discernido que hay un ataque del enemigo en su contra, ¡no se desanime! Al contrario, ¡alégrate! Porque estás en una posición para ver una vez más al enemigo avergonzado y el Nombre de Jesús glorificado.

Pida de Dios cuál sea Su estrategia para la victoria, y comience a implementarla.

Dé seguimiento con persistencia. En Lucas 18:1-8 Cristo nos enseñó de la necesidad de persistir en la oración sin desmayar.

A veces un ataque pueda requerir más que una simple oración. Cuando no veamos resultados inmediatos, pida de Dios si hay otra cosa que quiere de usted. A veces será necesario implementar el ayuno, alguna otra forma de guerra espiritual, o reclutar a otros que se unan con nosotros en la oración del acuerdo. Pero la clave más importante es dar seguimiento y no cansarnos en hacer el bien.

Si Dios no le da instrucciones adicionales, sea persistente y consistente en hacer lo que ya le ha mandado. Entre tanto, nunca dude de la bondad de Dios ni de Su amor y gracia que nos es extendida. Manténgase firme en su fe, porque eso agrada a Dios. Al final de las cuentas, Dios es Él que pelea por nosotros, ¡y Él nunca ha perdido una batalla!

Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.” 2ª Corintios 2:14

Por Cliff Bell, © 14 de febrero, 2020, Todos los derechos reservados.

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Para leer la primera parte de esta serie, PARTE 1 – LAS TORMENTAS QUE DIOS NOS ENVÍA, oprime la siguiente foto…

Otra Escritura que considerar y meditar…

“10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.”Efesios 6:10-18

 

Navegando las tormentas de la vida. Parte 1/3

PARTE 1 – LAS TORMENTAS QUE DIOS NOS ENVÍA.

Hay tres clases de tormentas que encontramos en la vida:

  1. las tormentas que Dios envía,
  2. las tormentas creadas por las decisiones malas hechas por nosotros o por otros, y
  3. las tormentas enviadas por el diablo.

Cada clase de tormenta requiere una respuesta diferente.

En esta reflexión quiero enfocar en las tormentas que Dios envía…

Algunos no creen que Dios envía tormentas a nuestras vidas, pero veamos que eso es precisamente lo que sucedió con el Profeta Jonás.

Se pudiera argumentar que esta tormenta nunca hubiera sido enviada a Jonás si no fuera por sus propias acciones. Es cierto. Yo pude haber clasificado esta tormenta como “una creada por nuestras malas decisiones.” Pero el hecho sigue vigente que Dios envió la tormenta, y eso requiere una respuesta diferente. Si Dios es Él que envió la tormenta, reprendiendo al diablo no ayudará.

¿Por qué envió Dios una tormenta a la vida de Jonás?

Jonás estaba resistiendo la voluntad de Dios. Jonás no quiso ir a Nínive tal como Dios le mandó. ¿Por qué? Nínive era la capital de Asiria, la nación que había oprimido y devastado a Israel por años. Por lo tanto, Jonás los odiaba, y no quería predicarles ni estar cerca de ellos.

Está fácil criticarle a Jonás, pero ¿cuántas veces Dios nos ha mandado a hacer algo y Le resistimos, o tardamos en obedecer porque era inconveniente o incómodo para nosotros?

Jonás subió a una nave que se dirigía en la dirección opuesta que la Ciudad de Nínive. La tormenta que Dios le envió no enviado para destruirle a él ni a los demás que estaban en la nave. Dios la envió para aplicar la presión necesaria para que Jonás se arrepintiera.

Podemos decir que, en Su amor, Dios estaba “torciendo el brazo de Jonás” para exigir una respuesta correcta de él. La estrategia divina funcionó, y en tiempo Jonás se dio cuenta que sus acciones arriesgaron las vidas de todos que estaban en la nave con él. Jonás instruyó al capitán que le echase al mar para salvar la vida de los demás. Así lo hizo y la tormenta cesó, y Dios envió un gran pez para tragar a Jonás.

Su situación pareció cambiar de mal a peor. En la barriga de ese gran pez, en ese lugar de desesperación, Jonás comenzó a experimentar arrepentimiento por haber desobedecido a Dios. Lo que es más impactante, Jonás se dio cuenta que en su rebeldía a la agenda de Dios él había hecho un ídolo de su propia agenda.

Jonás proclamó,Cuando en mí desfallecía mi alma, del Señor me acordé; y mi oración llegó hasta Ti, hasta Tu santo templo. Los que confían en ídolos vanos su propia misericordia abandonan. Pero yo con voz de acción de gracias Te ofreceré sacrificios. Lo que prometí, pagaré. La salvación es del Señor.” Entonces el Señor dio orden al pez, y éste vomitó a Jonás en tierra firme. (Jonás 2:7-10)

Un ídolo es cualquiera cosa que amamos más que a Dios, es cuando buscamos algo diferente a lo que Le agrada a Dios. Los ídolos nos separan de Su misericordia y de Su bendición. Jonás había removido a sí mismo de la protección y misericordia de Dios por causa de su idolatría.

Lo que es impresionante es que el tiempo entero que estaba dentro del pez, el pez le estaba llevando más cerca de Nínive, hacia la voluntad de Dios. Por fin le dejó sobre tierra firme en donde él podía obedecer a Dios y cumplir su tarea designada.

Cuando Jonás llegó a Nínive entregó el mensaje que Dios le había dado para decirles. El mensaje era que vendría un juicio a Nínive en 40 días y que serían destruidos.

Al cumplir con su tarea, Jonás decidió permanecer en la región, no porque anticipaba que se arrepintieran los ninivitas, sino porque tenía un deseo morbo de ser testigo de la destrucción de esa grande ciudad y sus habitantes. Jonás todavía tenía un disgusto fuerte por los ninivitas. No logró poder verlos desde la perspectiva de Dios.

Todo cristiano, pero especialmente el que tiene llamado profético, necesita aprender a abandonar sus prejuicios y actitudes personales y ponerse de acuerdo con la perspectiva de Dios. El profeta necesita hacer más que anunciar una palabra acertada. Necesita representar correctamente el Corazón del Padre. Si Dios los ama, y no los amamos, nunca podremos representarle bien, y el resultado es que promoveremos nuestra propia agenda en vez de la de Dios, y ministraremos muerte en vez de vida.

Jonás encontró una colina desde donde pudo ver todo. Consiguió un lugar que tenía la sombra de una planta para protegerle del calor del sol. Comenzó a contar los días en anticipación del gran espectáculo. Era como uno de los habitantes de Roma esperando ver a los cristianos ser matados por los leones.

Sin embargo, los ninivitas se arrepintieron, y Dios cambió Su plan. En vez de destruirles, les brindó misericordia. La destrucción profetizada no llegó. Si Jonás estaba de mal humor antes, ahora se puso molesto. Otra vez, surgió su rebeldía en contra del plan de Dios. Creía que Dios había hecho una mala decisión, que su propia sabiduría era mayor que la de Dios.

Dios vio la actitud negativa y la ira de Jonás y le envió otra clase de tormenta… Dios preparó un gusano para que hiriese la planta que le daba sombra a Jonás. Luego

envió un viento recio solano para incomodarle y llevarle al arrepentimiento. Pero al llegar el calor, el viento y el sol tan fuerte, Jonás volvió más enojado y comenzó a quejar diciendo que prefiriera morirse.

Muy dramático, ¿no crees?

Dios le reprendió a Jonás porque tuvo más misericordia de su comodidad personal que por una ciudad entera llena de gente creada en la imagen y semejanza de Dios, ¡gente que se había arrepentido mejor que el profeta!

¿Y usted? ¿Cómo responde cuando Dios brinda misericordia y bendición a alguien que a usted no le agrada? ¿Está dispuesto a permitir que Dios le muestre Su perspectiva? ¿a cambiar su actitud? ¿que Su amor sea derramado en su corazón?

Otra vez, no es que Dios buscaba provocar dolor a Jonás. La meta de Dios era ayudarle a Jonás a alinearse con Su Corazón para que le pudiera bendecir. Dios le tuvo mucha paciencia, pero tristemente, no tenemos evidencia bíblica de que Jonás cambió de corazón, y ya no escuchamos más de él.

Cuando hay un área de idolatría o rebeldía en nuestros corazones, Dios es fiel para enviarnos una tormenta suficiente para despertarnos y darnos la oportunidad de arrepentirnos y alinearnos con Su Voluntad que trae bendición. Podemos decir que las tormentas que Dios envía muchas veces es una forma de disciplina.

La disciplina del Señor nos muestra que somos hijos y no bastardos. La disciplina no es igual a castigo. La meta del castigo es provocar dolor. La meta de la disciplina es el enseñarnos. Disciplina viene de la misma palabra raíz que “discípulo”.

En Su amor y misericordia, Dios nos da las condiciones necesarias para que nos despertemos, nos arrepintamos y nos alineamos con Su Voluntad para que podamos experimentar Su bendición.

Si usted está experimentando una tormenta ahora mismo, vale la pena examinar a su corazón para ver si hay algo que Dios le pidió hacer al cual usted está resistiendo. ¿Pueda ser que Dios está aplicando presión para exigir de usted un cambio de actitud o un acto de obediencia?

En vez de enfocarse en la maldad de otros, pida a Dios si hay algo en su propia vida que necesita un ajuste, alguna semilla de rebeldía o de idolatría. Si la hay, arrepiéntase. La gracia de Dios está siendo derramada ahora mismo para ayudarle a hacer el ajuste en su vida.

Se le animo a responder correctamente para que Dios pueda derramar sobre usted Su bendición, y para que su ministerio sea duradero.

Por Cliff Bell, © 30 de noviembre, 2019, Todos los derechos reservados.

El Gran Pez, (c) 2006, Ar.Te.Vi

NOTA: La imagen de la pintura, “El Gran Pez”, es por cortesía de la galería Ar.Te.Vi

© 2006 ar.te.vi.mail@gmail.com Le invito a conocer su galería virtual haciendo un clic un la foto arriba.

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Para leer la segunda parte de la enseñanza, oprime la siguiente foto.

REPRESENTANDO BIEN A CRISTO

Milagros y manifestaciones sobrenaturales no significan que Dios aprueba de las acciones, método o carácter del ministro.  Dios frecuentemente permite milagros por amor al pueblo a pesar de un líder que Le está mal representando.

En Números 20, el pueblo de Israel estaba en el desierto y tenía sed y comenzó a murmurar.   Moisés y su hermano Aarón se presentaron delante del Señor.  En versículo 8 Dios le instruyó específicamente a Moisés que HABLASE a la peña para que agua brotara.

Pero Moisés estaba enfadado con la murmuración de la gente.  Se los habló fuertemente y con rabia los llamó “rebeldes”.

Luego, en vez de hablar a la peña, tomó su vara y la GOLPEÓ

– dos veces. 

El agua fluyó.  Era un milagro. 

El pueblo y todos sus animales pudieron saciarse del agua.   Pareció que fue todo un éxito. 

Pero Dios no estaba contento con Moisés y Aarón. 

Números 20:12 dice: 

“Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.”

La Nueva Traducción Viviente lo dice de esta manera:

“«¡Puesto que no confiaron lo suficiente en mí para demostrar mi santidad a los israelitas, ustedes no los llevarán a la tierra que les doy!».”

Dios permitió el milagro por Su misericordia para con el pueblo.  Pero Moisés no había representado bien a Dios, ni Le había honrado como Santo delante de ellos.

Moisés había desobedecido instrucciones específicas.  Sus acciones híper-dramáticos en combinación con su ira y palabras fuertes hacia el pueblo no representó correctamente al Rey de Gloria.   Le costó su entrada a la Tierra Prometida. 

Hay ministros que parecen tener éxito porque los milagros fluyen.  Tienen el reconocimiento del hombre y los aplausos.   Pero, al final de las cuentas, si no representaron bien a Dios, ¿qué les costará?

Milagros no son suficiente prueba de que Dios está feliz con el ministro o que haya aprobado su método, ni mucho menos de una actitud negativa de su corazón. 

Cuando Cristo fue traicionado por Judas en Getsemaní, (Juan 18:10-11), Simón Pedro no representó a Cristo al herir a Malco con su espada cortándole la oreja derecha.  Cristo le tuvo que reprender e instruir a poner su espada en su vaina, y sanó a Malco.   Gracias a Dios que Pedro aprendió de su experiencia y volvió uno de los líderes más importantes de la Iglesia Primitiva.

¿Cuántas veces ministros se ofenden por alguna ofensa percibida de parte del pueblo y se les “corta las orejas” con sus palabras fuertes?  En muchos casos las personas que les han frustrado ni están presentes, pero toda la congregación recibe los golpes.  ¿Cuántos ministros hacen esto para hacerse sentir más grandes, y se auto justifican por los milagros que Dios permite por Su misericordia al pueblo?

Jonás no representó bien a Dios en Nínive. Ni quiso ir porque tenía un disgusto fuerte para esa ciudad que era la capital de la nación que había devastado a su tierra por años.

Jonás no pudo superar a sus sentimientos negativos hacia los habitantes de Nínive.  No pudo comprender por qué Dios les tuviera misericordia y detuviera el juicio que había proclamado cuando Nínive se arrepintió. Jonás estaba más preocupado acerca de su comodidad personal cuando se murió la planta que le daba sombra.

Después de una sola tarea en la cual no representó bien a Jehová, nunca más escuchamos de Jonás.  Su ministerio fue de corta duración. ¿Cuántos ministerios hoy son de corta duración porque no representan bien a Dios?     

Ministros también somos vasos de barro. Es cierto.  Y Dios en Su misericordia nos ha dado una responsabilidad muy grande y temible.  

No fuimos escogidos por nuestro talento, por nuestra sabiduría, ni buen comportamiento.  Es por la gracia de Dios.

Cuando nos creemos muy importantes y ungidos, debamos meditar nuevamente en esta Escritura:

“26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.” 1ª Corintios 1:26-29

La unción no pertenece a nosotros para lanzar según nuestros caprichos, ni para impresionar a los demás con nuestro ministerio.  La unción pertenece a Dios para cumplir Su propósito, y es una responsabilidad temible. 

Tenemos que aprender a morir a nosotros mismos, obedecerle a Dios, y permitir que Cristo sea visto y escuchado por medio de nosotros. 

No podemos permitir que nuestras emociones nos dominen, ni que nuestro estilo robe la gloria que pertenece a Dios. 

Cuando permitamos ser dominados por la frustración, la ira, el orgullo u otro aspecto de nuestra carne  en nuestras vidas, el resultado es que mal representamos el Corazón del Padre a otros  … dejamos de mostrar la Santidad de Jehová a los demás, y arriesgamos nuestro proprio destino profético.

Sea usted un pastor o no, todos representamos Cristo a alguien.  Le invito a orar lo siguiente conmigo. 

Padre Santo, vengo a Ti en el Nombre poderoso de Jesucristo.  Sólo Tú eres Dios, el Gran Yo Soy.  Sólo Tú mereces recibir toda la gloria y honra.

Gracias por haberme amado, salvado, justificado, y llenado con Tu Santo Espíritu (1ª Corintios 6:11).  Gracias por haberme llamado y dado el gran privilegio de ser primeramente Tu hijo (1ª Juan 3:1), y también la responsabilidad uno de Tus representantes aquí en la tierra. Quiero andar como es digno de la vocación con que me llamaste (Efesios 4:1).

Te pido perdón por las veces que yo me engrandecí en mis propios ojos, cuando tenía un concepto más alto de mi mismo que lo que debía de tener, cuando traté a los otros como si fueran menores que yo.

Te pido perdón por las veces que no Te he representado bien, y no he mostrado Tu Santidad a otros.  Te pido perdón por  las veces que he perdido la paciencia, que me he frustrado con los otros – los que Tú amas más que a Tu Propia Vida.  Te pido perdón por las veces que me he permitido engrandecer al grado que llamé la atención a mí mismo en vez de a Ti.

Gracias por Tus misericordias que se renuevan cada día (Lamentaciones 3:22-23), y por el perdón que me ofreces (1ª Juan 1:9).  Lo recibo ahora mismo por la fe. Y por cuanto he recibido misericordia, puedo ser misericordioso.  Por cuando he recibido de tu amor, puedo amar a otros. Por cuanto has sido paciente conmigo, puedo ser paciente con los demás.  Hoy ejercito mi fe para que Tu amor sea derramado en mi corazón por el Espíritu Santo que me fue dado (Romanos 5:5).

Señor Jesús, Tú eres el Buen Pastor, la Iglesia es Tuya y no mía.  Necesito representarte bien.  Por lo tanto me someto a Ti, y por el poder de Tu gracia mostraré Tu amor y benignidad, hablaré la verdad en amor (Efesios 4:15) para ser un mejor representante Tuyo desde ahora en adelante.  Me dedico a exhibir el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-24), tratando a otros con respeto y con dignidad sabiendo que es Tu benignidad que nos lleva al arrepentimiento (Romanos 2:4).

Glorifica Tu Nombre a través de mi vida y en Tu Iglesia. Tuyo es el Reino, el poder y la gloria por siempre.  Amén.

Por Cliff Bell, © 24 de agosto, 2019, Todos los derechos reservados.

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¿LE HA SIDO DE EDIFICACIÓN ESTE MINISTERIO?

Esperamos que esta reflexión le haya sido de provecho.  Si Dios ha puesto en su corazón sembrar una ofrenda, estaríamos muy agradecidos porque su ofrenda nos ayudará a alcanzar a otros.  En el menú arriba hay una pestaña que dice “Donar con PayPal” que le guiará a un sitio seguro en donde podrá hacerlo.  Por supuesto, no hay ninguna obligación. Muchas gracias.  Creemos que usted estará sembrando en buena tierra. 

Parte 2 ¿Qué pasó? Cuando una profecía personal NO se cumple.

Esta es la segunda parte de una serie de dos partes acerca de cómo responder cuando una profecía NO se cumple.  Si no lo ha hecho, se le recomiendo leerlo desde el inicio haciendo un clic en la foto a la derecha. 

A continuación…

DIOS UTILIZA  A VASOS DE BARRO

Dios utiliza seres humanos, vasos de barro (2ª Corintios 4:7), y que somos falibles para ministrar en la profecía.  El elemento humano involucrado en la profecía garantiza que habrá errores ocasionales.

Obviamente, los que conocen mejor las Escrituras, la naturaleza de Dios y el Corazón y propósito de Dios, que caminan en el temor de Dios y que aman a los otros tal como Dios los ama podrá comunicar el mensaje de Dios con mayor precisión y consistencia.  Los que faltan en esas cosas lo podrán hacer con menos consistencia. 

SOMOS MANDADOS A JUZGAR A LAS PROFECÍAS

Por causa del elemento humano involucrado, somos mandados por Dios, con relación a las profecías, a “examinad lo todo; retened lo bueno (1ª Tesalonicenses 5:20-21).

Estas palabras actualmente implican que dentro de una profecía precisa pueda haber un elemento de origen humano y no “bueno”. El elemento humano involucrado en la profecía garantiza errores ocasionales.

¿Si encontramos un detalle no preciso, desechamos la profecía entera?

¿Le gustan los mariscos?  ¿Cuántas veces al comer un pescado, le ha picado una espina?  Cuando eso sucedió, ¿acaso rechazó el platillo entero? ¿Denunció el chef como chef falso? Por supuesto que no. Eso sería ridículo.  ¿Qué hace uno entonces?  Antes de comer más, lo examina para remover las demás espinas y aproveche de la comida rica.

En vez de rechazar a una profecía o a un profeta por causa de una “espina” de influencia humana, debamos examinarla mejor, dejar a un lado lo que no era de Dios, pedir a Dios cómo interpretar lo que sí es de Dios, y entonces aplicar lo bueno a nuestras vidas.

El Espíritu Santo nos fue dado a cada hijo de Dios para guiarnos a toda la verdad y ayudarnos con tales asuntos. (Juan 16:13-15) Es Su deleite hacerlo, y nunca le negará lo que necesita para poder vivir en Su perfecta voluntad.

RENDICIÓN DE CUENTAS

Cuando los médicos cirujanos hacen un error, tienen que revisar lo acontecido, evaluar lo que fue hecho bien, identificar lo que fue hecho mal o que pudo ser mejorado, y entonces determinar cuáles acciones necesitan tomar la próxima vez para no repetir el mismo error. A veces el médico está puesto bajo la supervisión de otro, o hasta su licencia es suspendida hasta que pueda recibir más preparación y asegurar que no repite el mismo error.    Rinden cuentas con otros médicos y consulten el uno al otro para mejorar su práctica médica.  LO MISMO DEBE DE ACONTECER ENTRE LOS PROFETAS.

“Hablan los profetas dos o tres, y los demás juzguen.” 1ª Corintios 14:29

Cuando dice, “los demás juzguen,” (1ª Corintios 14:29) ¿a quién se refiere?

Puede referir a todos nosotros, pero creo que implica más a los demás profetas presentes y también los líderes de la congregación.

Un profeta verdadero no tendrá ningún problema si alguien tenga una pregunta sincera acerca de lo que profetizó. Los que se ofenden al cuestionar una profecía que han dado revelan su inmadurez y soberbia, cualidades que indican que no es un profeta verdadero o que fue nombrado prematuramente.

Dios pone una responsabilidad mayor sobre los que son líderes de una congregación para que vigilen y que juzguen lo que está siendo proclamado en la iglesia para proteger a los que son nuevos y vulnerables.

Una razón principal por la cual hay tantas iglesias dañadas por falsos profetas no es por tanto por los falsos profetas.  Siempre han existido.  Es la falta de conocimiento bíblico.  Si la estudiaran y si la guardaran en su corazón, podrían detectar una profecía falsa la mayoría del tiempo.  Los pastores necesitan ayudar a sus congregantes a desarrollar la disciplina personal de leer y estudiar la Palabra de Dios.

Para nuestra vergüenza, hay muchos pastores que carecen de conocimiento bíblico y de discernimiento.  Tales pastores que permiten a falsos profetas a devastar a la Iglesia también rendirán cuentas al Señor.

No hay ninguna razón que un cristiano hoy en día no tenga y lea una Biblia. Si usted está leyendo este artículo en su teléfono inteligente, puede descargar una Biblia digital y estudiarla.

Tristemente, mucha gente hoy en día quiere ser entretenida, y mientras tiene comezón de oír, el diablo es fiel para enviar alguien que le dirá lo que desea oír. Los que no valoran a la verdad, y los que son ignorantes de la Biblia son más vulnerables al engaño. (2ª Tesalonicenses 2:9-12)

GRABACIÓN DE LAS PROFECÍAS PERSONALES

En Christian International insistimos en grabar las profecías personales y hacerle llegar una copia a la persona que fue ministrada.  Así hay un registro de todo lo que fue declarado.  Es una protección tanto para el profeta como la persona siendo ministrada.

Es peligroso soltar profecías personales sin grabarlas.  Es demasiado fácil que alguien se acuerde apenas de lo que le agradó, y sacarlo fuera de contexto mal aplicando la profecía. Y después la echa culpa al profeta…

Está el ejemplo clásico involucrando el Dr. Bill Hamon. 

Un hombre vino a su pastor muy feliz y le comentó que Dios le había dado permiso para divorciar a su esposa.  Por supuesto, su pastor no quedó convencido. Entonces el hombre declaró, “Sí, pues el Dr. Bill Hamon me profetizó que yo pudiera divorciar de mi mujer.  De hecho, yo tengo la grabación,” sacando un casete de su bolsillo.

Su pastor no le pudo creer, e insistió en escuchar exactamente lo que había sido profetizado.  Al reproducir el casete, escucharon que la profecía decía, “hijo, te voy a librar de la carga que has llevado por años…”

Otra vez veamos a una profecía precisa, pero una interpretación y aplicación incorrecta.

APLICAMOS LA PRUEBA DE DEUTERONOMIO 18 AL REVÉS… 

¿Puede un PROFETA FALSO proclamar una profecía que se cumple?

La respuesta obvia es que si no fuera así, ¡no tendríamos a tantos falsos profetas, ni adivinos!  ¿Cómo piensa usted que adivinos como Walter Mercado tienen tanto éxito?  El diablo puede inspirar y hacer cumplir una “profecía” cuando el hombre se pone de acuerdo con él y coopere con él.

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.” 1ª Juan 4:1-2

Ejemplo 1:  Balaam nos dio la única profecía mesiánica en el Libro de los Números (Capítulo 24:17-19), la cual era actualmente de Dios; pero la Biblia le etiquetó como un adivino (Josué 13:22), no como un profeta.

Creo que el hecho de que Balaam actualmente profetizó unas profecías de Dios fue una intervención especial de Dios, no lo normal.  Números 22:5 dice que, “Jehová puso palabra en la boca de Balaam…” Balaam no sirvió a Dios sino a sí mismo.  Su motivación era el lucro.  La única razón que no maldijo a Israel es que Dios le amenazó con muerte.

Fue otra ocasión como cuando Dios permitió que el espíritu de Samuel apareciera a Saúl cuando Saúl consultó a una bruja.  Hasta la bruja se sorprendió; ¡no era lo que anticipaba!  (1ª Samuel 28:7-20) Dios llama la adivinación y la brujería abominaciones y nos prohíbe que los consultemos. Pero en estas dos ocasiones parece que Dios intervino por causa de Su Pueblo Israel.  Se le acuerdo que Dios todavía considera la adivinación y la hechicería como abominaciones.

“No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero,  11 ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 12 Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.” Deuteronomio 18:10-12

Ejemplo 2:  En Hechos 16, lo que gritaba la muchacha que tenía espíritu de adivinación era palabra precisa y correcta según los hechos.  Sin embargo, fue inspirada y controlada por un espíritu maligno y Pablo lo discernió.  El demonio en ella quiso distraer de lo que Dios estaba haciendo, y quiso implicar que ella ofrecía lo mismo que Pablo y Silas.

Se le acuerdo que hay tres fuentes posibles de una profecía:  Dios, el hombre o el diablo.  Salmo 103:20 revela que los ángeles de Dios ejecutan lo que es la palabra declarada de Dios en la tierra.

“Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, Obedeciendo a la voz de su precepto.” Salmo 103:20

Por otro lado, los demonios son ángeles caídos dedicados a resistir la Voluntad de Dios, y buscan ejecutar palabras que van en contra de la Voluntad de Dios.  O sea, nuestras palabras pueden ser empoderadas y ejecutadas por ángeles o por demonios dependiendo de la fuente que nos ha inspirado.

“La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.” Proverbios 18:21

Estoy convencido que muchos profetas falsos profetizan inspirados por demonios de adivinación y de hechicería.  Por lo tanto, hay demonios dispuestos a ejecutar la palabra falsa.  Esa es una razón por la cual necesitamos entrar en la guerra espiritual, para atar esa actividad demoníaca, y para militar la buena milicia con lo que Dios ha declarado.

LOS FALSOS PROFETAS PUEDEN HASTA PRODUCIR MILAGROS.

Cristo nos dijo contundentemente en Mateo 7:21-23 que aunque uno hace milagros y señales en el nombre de Jesús, ¡NO significa que es un hijo de Dios! Claramente, el hecho de que produce profecías acertadas o que se cumplan, o que haya milagros NO es suficiente prueba de que son profetas verdaderos de Dios, ni hijos de Dios.

UNA NUEVA PLOMADA PARA LOS PROFETAS EN EL NUEVO TESTAMENTO

Los profetas deban de proclamar profecías precisas,  pero eso nunca ha sido una prueba absoluta.  Cristo estableció una nueva plomada con relación a los profetas del Nuevo Testamento.  Siempre tenemos que considerar el contenido de sus profecías.  Pero Cristo NO dijo que conoceríamos a los profetas por sus profecías acertadas, ni por sus milagros, ni demostración de poder sobrenatural.

Cristo afirmó MÚLTIPLES VECES que conoceríamos a los profetas “POR SUS FRUTOS”  (Mateo 7:15-23).

¿A QUÉ SE REFIERE “LOS FRUTOS”?

Los frutos se refieren al resultado de la profecía y de la ministración. ¿Qué produjo ese ministro?:

  • ¿División o unidad? Dios no anda dividiendo a congregaciones.
  • ¿Muerte o vida? Debe de ministrar vida. (Juan 6:63)
  • ¿Confusión o claridad? Dios no es el Autor de confusión, sino de paz y de orden.
  • ¿Edificación, exhortación y consolación?  ¿O condenación y destrucción?
  • La iglesia de Jesucristo debe de ser edificada y el Nombre de Cristo exaltado.

Además, “el fruto” también habla del fruto de nuestras vidas, aspectos de nuestro carácter:

  • la motivación correcta (1a Corintios 13)
  • un matrimonio sano,
  • en cuanto a su moralidad – intachable,
  • en su ministración es maduro y sabio al tratar con asuntos delicados,
  • no un neófito,
  • que tiene un mensaje bíblico y equilibrado,
  • que usa métodos éticos y bíblicos,
  • que sigue el protocolo correcto,
  • que honra a otros,
  • que maneja bien y con transparencia el dinero, etc.
  • Por supuesto, debe de haber una consistencia en ministrar profecías precisas y edificantes.

¿PROFETA FALSO?

No es sabio etiquetar a una persona como “falso” a la ligera, porque eso implica que tiene la motivación para engañar.  Nunca debamos estar apresurados a etiquetar a nadie así, porque es raro que comprendamos el cuadro completo.  No siempre es tan obvio todo lo que está en el corazón de las personas involucradas.

Sabemos que Dios sana (Isaías 53:5; 1ª de Pedro 2:24; Santiago 5:14-15).   Es la voluntad de Dios que seamos sanos (3ª Juan 2).  El producir sanidad y milagros fueron algunos de los aspectos principales del ministerio de Cristo y los apóstoles en el Libro de Los Hechos.  Cristo Mismo declaró que los que creemos en Él haríamos las mismas obras que Él hizo y aún mayores (Juan 14:12).   Pero nuestra doctrina correcta de sanidad no nos autoriza profetizar sanidad a todos cada vez.

  • La profecía al Rey Ezequías en Isaías 38:1 no era, “te voy a sanar.”  Era, “ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.”  Esa era la rhema de Dios.
  • La profecía dada al panadero del faraón mediante un sueño que José interpretó era que sería ejecutado en tres días.  (Génesis 40:18-19)
  • La profecía que Cristo dio a Pedro en Lucas 22:31-32 era, “Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte.”  Eso no suena como las profecías de prosperidad que son muy populares hoy en día.

Dios sabe mejor que nosotros cuál es Su voluntad.  Él conoce de los detalles y los secretos del corazón de cada individuo.  Nosotros no.  Por eso, tenemos que resistir la tentación de profetizar sanidad a CADA enfermo al menos que realmente tenemos una rhema del Señor.   Cristo no sanó a cada enfermo cada vez (Mateo 13:58).

UN EJEMPLO PERSONAL

Hace varios años el hijo joven de un buen amigo se enfermó con cáncer.  Todos le amaban.  Era un adorador, disciplinado, muy trabajador, y muy devoto a Dios.  Yo estaba convencido que Dios le sanaría.  Pero como yo sabía que pudiera ser influenciado por mi amor por mi amigo y por su familia, yo consulté a varios otros profetas y a mi equipo de intercesión.  El consenso de todos era que Dios le sanaría y que no era la voluntad de Dios que este joven falleciera.

Con el temor de Dios, pero con plena convicción de que hacía lo correcto, yo profeticé que joven sería sanado.  Sin embargo, unos meses después, el joven falleció.  Yo estaba tan seguro de la profecía que creí que si fuera necesario Dios le levantaría de los muertos.  Oré en la casa funeraria anticipando que se levantaría.  Pero no se resucitó.

Yo me quedé devastado.  Sentí que había fallado a mi amigo y a su familia.

Yo había sido tan seguro que había oído correctamente la Voz de Dios.  Yo había visto a otros recibir su milagro, y no entendí por qué este joven no recibió el suyo.  Le pedí perdón a la familia por haber profetizado presuntuosamente.  Su familia fue muy amable conmigo, y me dijeron que la profecía sí se cumplió, porque en la Presencia de Dios su hijo y hermano está sano. Pero yo no estaba en paz.  La profecía no se cumplió tal como yo lo había anticipado y deseado.

¿Tenía la familia razón? ¿Puede ser que yo mal-interpreté lo que recibí del Señor, y que Dios me estaba indicando que la sanidad sería al otro lado del velo?  ¿Me faltó más fe?  No creo que el diablo tenga el poder para quitar la vida de un hijo de Dios sin Su permiso.  Por fin, tuve que dejarlo en las Manos del Señor y seguir adelante.  Un día tendremos las respuestas a esa y a otras preguntas.

Como ministros tenemos que caminar en equilibrio entre (1) ejercitar nuestra fe para operar en los dones del Espíritu para profetizar y ver milagros que Dios promete y (2) usar cautela para no confiar en nuestro conocimiento natural ni profetizar ni ministrar presuntuosamente. 

Siempre debamos depender en el Espíritu Santo y no en nuestra propia habilidad o experiencia.  El momento que pensamos que sabemos cómo hacerlo, cambiamos de fe a la soberbia, y Dios nos puede resistir (1ª Pedro 5:5).

¿HA CAMINADO USTED SOBRE EL AGUA?

Muchos critiquen a Pedro por haber quitado sus ojos de Cristo, y por haber fijado en las olas mientras que caminaba sobre el agua mientras que los demás discípulos se quedaron en la comodidad y seguridad de la barca.  ¡Por lo menos Pedro caminó sobre el agua un poco! (Mateo 14:25-31).

Lo mismo se aplica a la profecía y la operación de los donesEstá fácil criticar y acusar a alguien que en medio de una tempestad se equivocó.  Todos afirman después de la situación que pudieron haber hecho mejor.   Pero, ¿en dónde están todos en medio de la tormenta?  Normalmente están en su barca con la boca cerrada y brazos cruzados. 

Los demás se fijen en el momento que falló.  ¡Pero se les olviden que por unos momentos Pedro actualmente caminó sobre el agua!   Pedro no siempre tenía la respuesta correcta para cada situación, pero siempre estaba dispuesto a involucrarse y “echarle ganas.”

Prefiero ser como Pedro y equivocarme de vez en cuando que permitir que mi pasividad le niegue el milagro que otros necesitan.  Gracias a Dios por las multitudes de milagros y cumplimientos, y por las vidas transformadas por causa de profecías precisas.

No siempre sabemos este lado de la Eternidad todo lo que ha pasado aquí en la tierra.

LA NATURALEZA HUMANA QUIERE RESPUESTAS.  DIOS NO SIEMPRE NOS LAS OTORGA.

Cuando algo sucede que percibimos como negativo, la naturaleza humana quiere saber lo que pasó.  Queremos saber quién falló, para poder echarle la culpa y castigarle. Como si pudiéramos causar dolor a otro también que eso solucionara nuestro dolor.  No es así.  Queremos saber ¿por qué?

La realidad es que Dios no siempre nos revela el por qué.  Cuando la respuesta nos es negada, tenemos que dejar ese asunto en las Manos de Dios y seguir confiando en Su amor y bondad aunque no hemos recibido las respuestas.  Uno puede volverse loco tratando de averiguar las respuestas a la pregunta, ¿por qué?

Aún si Dios se lo revelara, ¿qué haría?  ¿Criticar, denunciar y castigar la persona que falló?  ¿En dónde está el provecho en eso?  ¿Cómo recibiera Cristo la gloria en eso? ¿Qué haría si usted mismo era la persona que falló?  Mas vale dar gracias a Dios que la misericordia triunfa sobre el juicio (Santiago 2:13).

Déjalo en las Manos del Juez del Universo.  Siga confiando en Su promesa que ayudará TODAS las cosas para nuestro bien (Romanos 8:28). 

 

En conclusión, permitamos que Dios sea el Juez de los hombres.  Pero nosotros debamos observar y evaluar el fruto de aquellos que ministren en nuestros medios.    Tomamos en cuenta la consistencia en ministrar profecías precisas, pero aún más, prestamos atención a su carácter, el fruto de su vida y ministración. Cuando hay un patrón de demasiado “humo,” a lo mejor hay “fuego” también.   Además, todos somos responsables a juzgar a las profecías a la luz de las Sagradas Escrituras, por el testimonio del Espíritu, y según los hechos.

Espero que esto le ayude a comprender algunas de las dinámicas con relación al ministerio de los profetas y cómo debamos responder.  Es mi oración sincera que el Espíritu de Revelación y de Verdad le guíe a discernir correctamente a las profecías y a los que ministren en sus medios.

Por Cliff Bell, © 11 de junio, 2019.  Todos los derechos reservados.

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OTRAS ENSEÑANZAS RELACIONADAS:

 

Diferencias entre los Profetas del Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto

Al oír de un profeta ¿qué visualizas? ¿Acaso surge una imagen de alguien de cabello largo y una barba larga, vestido de piel de camello, que come langostas y que está pronunciando juicio sobre los pecadores?

¿Alguien similar en estilo a Elías, Jonás o Juan el Bautista?

Hay mucho que podemos aprender de las vidas y ministerios de los profetas del Antiguo Testamento, pero no debamos usarles como un modelo en todo. Dios quiere que seamos actualizados al Nuevo Testamento. El modelo del profeta del Nuevo Pacto es Jesucristo Mismo.

El ministerio del profeta es la única de las cinco vocaciones ministeriales (Efesios 4:1,11) que se encuentra en ambos Testamentos en la Biblia.

Cuando Cristo inició Su Iglesia y nos cambió del Antiguo al Nuevo Testamento, dio continuidad al ministerio del profeta, pero los hizo como una parte de un equipo (apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros nombrados en Efesios 4:11-16).

Cada una de estas cinco vocaciones ministeriales representa una quinta parte del ministerio de Cristo Mismo a Su iglesia, y son dadas para perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para edificar a la Iglesia, cada una con su unción y función particular.

La función del profeta (lo que hace) no ha cambiado entre el Antiguo y el Nuevo Pacto. No obstante, aunque la función no ha cambiado, la apertura del Nuevo Testamento y la época de gracia (en vez de la Ley) demandan un cambio en el enfoque y el mensaje proclamado por los profetas.

Hay algunas personas que luchan con el concepto de profetas modernos por cuanto creen que una función de un profeta es producir más Escrituras. Ese es un concepto erróneo.  Dios usó a muy pocos de los profetas para producir lo que es ahora Sagrada Escritura.

La Biblia hace mención de cientos de profetas, algunos por nombre, pero la gran mayoría no fueron nombrados. 1ª Reyes 18:4 revela que hubo una matanza de profetas por Jezabel (no sabemos cuántos ella logró matar), y que hubo 100 profetas más escondidos en cuevas por Abdías. De los cientos, tal vez miles de profetas que vivieron durante el Antiguo Testamento, menos de a 30, produjeron escritos que están incluidos en la Santa Biblia.

Gracias a Dios, las Escrituras ahora están completas. Nadie hoy puede agregar a las Santas Escrituras. Toda profecía declarada hoy está sujeta a la Biblia ya escrita.

Aquí quiero destacar las diferencias más notables entre el ministerio del profeta del Antiguo Pacto y el del Nuevo Pacto.

DIFERENCIA #1
LOS PROFETAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO MINISTRABAN BAJO LA LEY; LOS DE HOY MINISTRAN BAJO LA GRACIA.

Bajo la Ley, la pena de muchos pecados era la muerte, y los culpables fueron apedreados: los blasfemos, idólatras, los que incitaban otros a la idolatría, los fornicaros y adúlteros, y hasta los hijos rebeldes y borrachos. (Deuteronomio 13, 17, 21, 22; Levítico 24). Hubo muchas reglas estrictas que tuvieron que guardar.

CONSIDERANDO LA SEVERIDAD DE LA LEY, NO ES, ENTONCES, UNA MARAVILLA QUE LAS PROFECÍAS DE LOS PROFETAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO SE ENFOCARON MUCHO EN EL PECADO Y EL JUICIO.

En el Antiguo Pacto tuvieron que hacer sacrificios continuos de animales para “pagar el enganche” para el pecado hasta que el precio entero pudo ser pagado. …algo que solo la Sangre de Jesucristo, el Cordero de Dios, pudo pagar el precio en su totalidad (Hebreos 10:11-14).

EN CONTRASTE, LOS PROFETAS DEL NUEVO TESTAMENTO MINISTRAMOS EN LA ÉPOCA DE LA GRACIA. El precio del pecado, de TODO pecado, fue puesto sobre Cristo en la Cruz del Calvario.

Toda la ira de Dios fue derramada sobre Cristo para que nosotros pudiésemos recibir misericordia y gracia. Dios nos ha dado el “ministerio de la reconciliación” (2ª Corintios 5:18). Dios nos ofrece perdón y vida eterna por medio de la obra completa de Cristo.

POR LO TANTO, LOS PROFETAS HOY EN DÍA NO DEBEN ESTAR TAN ENFOCADOS EN PECADO Y JUICIO, SINO EN RESTAURACIÓN, RECONCILIACIÓN (2ª Corintios 5:18), y en EDIFICAR A LA IGLESIA (1ª Corintios 14:3, 12) en EQUIPAR A LOS SANTOS para la obra del ministerio (Efesios 4:11-16) Y PREPARAR CAMINO para la venida del Señor (Lucas 1:17 y 3:4). Debamos proclamar el mensaje de restauración y declarar cuál es el corazón de Dios por ellos.

Poca profecía es para PREDECIR. La mayoría es para PROCLAMAR cual es la voluntad, la mente y el corazón de Dios. Las profecías que ministramos deben de edificar y de ministrar vida (Juan 6:63). Aunque podemos aprender mucho de las vidas de los profetas del Antiguo Testamento, nuestro ejemplo principal que seguir no debe de ser Elías, ni Ezequiel ni Jeremías, sino Jesucristo Mismo, el Profeta (Hechos 3:22-23).

DIFERENCIA #2
EN EL NUEVO PACTO, EL ESPÍRITU SANTO YA DESCENDIÓ Y AHORA HABITA EL CORAZON DEL CREYENTE

Durante el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo moraba entre los querubines que estaban en el propiciatorio del arca del pacto (Éxodo 25), detrás del velo del Tabernáculo o del Templo.

El Espíritu Santo descendía sobre los profetas mientras profetizaban, pero no moraba en ellos. Una y otra vez leemos que “el Espíritu de Jehová vino sobre él…” y la persona hizo cierta cosa. Ejemplo: El Espíritu del Señor vino sobre Jahaziel, y profetizó en 2ª Crónicas 20:14-20. Pero no leamos que el Espíritu Santo “moraba en” alguien como es cierto para los creyentes del Nuevo Testamento.

Cuando Cristo exclamó, “acabado es” y rindió Su Vida, el precio del pecado fue pagado en completo, y el velo que separaba al hombre de Dios fue roto (Mateo 27:51).

Dios ya no habita en templos hechos por las manos de hombres (Hechos 7:44-50), sino que ahora habita en los corazones de aquellos que han creído en Su Nombre (1ª Corintios 3:16-17; Romanos 8:9-11).

Ya no tenemos que esperar que “descienda la unción del Espíritu Santo” sobre nosotros. ¡El Espíritu Santo ya descendió! El Espíritu Santo ha sido derramado desde el Día de Pentecostés, y no se ha ido.

El Espíritu Santo ahora está dispuesto a manifestarse por medio de cualquiera persona que se disponga por la fe.

Los que somos hijos de Dios somos templo del Espíritu Santo Quien habita en nosotros (1ª Corintios 3:16). Ahora debamos buscar Su Rostro y avivar el fuego del don de Dios que ya está en nosotros (2ª Timoteo 1:6).

¿Estás actualizado al Nuevo Testamento? ¡Espero que sí!

DIFERENCIA #3
LA MOTIVACIÓN DEL AMOR EN LA MINISTRACIÓN
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Actualmente, no es tanto un cambio completo.  Dios siempre ha sido amor (1ª Juan 4:8) tanto como verdad y justicia. 

Pero en el Nuevo Pacto, Cristo puso un énfasis mayor sobre la condición del corazón del ministro.  De hecho, el Apóstol Pablo declaró que sin la motivación del amor, un ministerio con milagros y buenas obras no tiene ningún valor con Dios.

En el Nuevo Pacto hemos sido dados el ministerio de la reconciliación. Algunos preguntan ¿entonces no debe el profeta del Nuevo Pacto confrontar al pecado? ¿No debamos llamar las personas al arrepentimiento? Pues sin arrepentimiento no puede haber reconciliación con Dios.

Por supuesto, la profecía puede llamarnos al arrepentimiento. Hay tiempos en los cuales Dios pide a un PROFETA MADURO (estas cosas no se deja a un neófito) a confrontarle a alguien con el fin de restaurarle en amor.

No obstante, la MANERA en la cual lo hacemos no debe de ser una que humilla a las personas, especialmente si estamos ministrando públicamente.

En el Nuevo Pacto, Dios puso un énfasis fuerte y primordial sobre nuestras MOTIVACIONES como ministros. Nos hizo saber que hablando la verdad no era suficiente, no es el mensaje completo.

Las motivaciones del corazón penetran el mensaje que entregamos. Si no somos motivados por el amor, no podemos representar correctamente la Persona de Dios hacia las personas a las cuales estamos ministrando.

“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.” 1ª Corintios 13:1-3

Dios es un Dios de verdad y de amor al mismo tiempo.  Tenemos que ministrar de una manera que los impulsa correr hacia Dios, no que se escondan de Él. Debe de ser la verdad EN AMOR. Efesios 4:15 dice:

“Más bien, AL HABLAR LA VERDAD EN AMOR, creceremos en todos los aspectos en Aquél que es la cabeza, es decir, Cristo…” (NBLH)

La triste realidad es que muchos con llamados verdaderos de profeta no se han preparado lo suficiente, y se han quedado atorados en el Antiguo Pacto. No han permitido que el carácter de Cristo, el amor de Dios, sea desarrollado en sus corazones. Se ofenden por el pecado de otros (sin poder ver sus propias debilidades), y se apresuran para juzgar a otros y a pronunciar juicio sobre ellos.

Los que tienen un llamado a la vocación ministerial del profeta deban de prepararse ANTES de ser lanzados o nombrados.

El tener un llamado, una unción y una manifestación de dones no es lo suficiente para ser un representante correcto del Corazón de Dios al nivel de un profeta.

Todos tenemos dones (1ª Corintios 12:7; 14:12,31). El Espíritu Santo vive en cada creyente y todos debamos de manifestar los dones del Espíritu Santo para provecho (1ª Corintios 3:16; Juan 14:12).

El Capítulo 13 de 1ª de Corintios nos explica en gran detalle cuál debe de ser nuestra motivación con la ministración de los dones y la profecía dentro del Nuevo Pacto: el amor.

Medite usted en lo siguiente:

  1. Dios ama aún el pecador más vil más que a Su propia Vida,
  2. Cada ser humano fue creado en la imagen y semejanza de Dios y es digno de ser tratado con dignidad y respeto,
  3. Cristo pagó el precio entero del pecado,
  4. Cristo nos entregó el ministerio de la reconciliación (2ª Corintios 5:18-19),
  5. Todos estamos en necesidad de la misericordia de Dios.

Cuando comprendemos estas cosas como debamos, entonces procuraremos profetizar de una manera que refleja el amor de Dios. No andaremos pronunciando juicios sobre otros a la ligera.

Si nuestro corazón no se rompe como el Corazón de Dios al pensar de la severidad de las consecuencias del pecado en la vida de alguien, no somos cualificados a ofrecer una palabra de corrección a nadie.

Aún en el Antiguo Pacto, Dios buscó oportunidades para extender de Su misericordia y perdón.

El ejemplo clásico es la Ciudad de Nínive en el libro de Jonás. Dios envió Jonás a la Ciudad de Nínive, la capital de la nación que por años había oprimido y devastado a Israel, la niña de los Ojos de Dios. Siendo judío, Jonás tenía una aversión por Nínive y no quiso ir, pero Dios le “torció el brazo”.

Jonás llegó y proclamó el mensaje de juicio y de destrucción que Dios le había dado sin mencionar una oportunidad de recibir misericordia si se arrepintieran. Pero cuando el pueblo se arrepintió, Dios detuvo el juicio.

Al terminar los 40 días especificados en la profecía, el juicio no vino. Tristemente, Jonás no pudo apreciar la misericordia de Dios extendida a Nínive, y Dios le tuvo que reprender al profeta.

Si aún en el Antiguo Pacto Dios buscó oportunidades de tener misericordia de la humanidad, ¿cuánto más ahora, bajo la Gracia, busca Dios oportunidades de extender la misericordia y perdón para los que se arrepienten?

“6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.” Romanos 5:6-11

Dios no solamente ama; Él es amor. Romanos 2:4 nos revela que ES LA BENIGNIDAD DE DIOS QUE NOS GUÍA AL ARREPENTIMIENTO. No el temor de Su ira. Si queremos reconciliar alguien a Dios debamos ser un reflejo de Su benignidad. Dios desea un cambio de corazón motivado por amor a Él no motivado por temor de un castigo.

CLAVES IMPORTANTES ACERCA DE PALABRAS DE CORRECCIÓN

Hay una MANERA de entregar una profecía que llama al arrepentimiento para que el ministrado sepa de qué se trata, y Dios lo sabe, pero que no estamos alimentando al espíritu de chisme dentro de la congregación ni humillando a nadie.

Normalmente esa clase de profecía es DADA EN PRIVADO y por medio de alguien que tenga una relación establecida como una autoridad en la vida de esa persona, …ALGUIEN QUE AMA a la persona y que desea verlo restaurado y no destruido.

1ª Pedro 1:22-23 “22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;”

Reitero que en vez de enfocarnos en juicios sobre los pecadores, debamos enfocarnos en el mensaje de restauración y declarar cuál es el corazón de Dios por ellos. La profecía personal debe de proclamar cual es la voluntad, la mente y el corazón de Dios hacia la persona de una manera que edifica y que ministre vida.

DIOS QUIERE QUE SEPAN CUÁLES SON SUS PLANES BUENOS QUE TIENE POR ELLOS (Jeremías 29:11), CUÁL ES EL POTENCIAL QUE TIENEN EN DIOS, Y LO QUE DIOS PUEDA HACER SI ES QUE RESPONDAN A SU AMOR.

Los que persisten en ministrar con una actitud de ofensa, de ira y de superioridad (como si nosotros no tenemos necesidad de la misma misericordia de Dios) y que juzgan a otros, proclamando juicios sobre otros últimamente cosecharán de lo mismo.

Mateo 7:1-41 No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. 3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” (Vea también Lucas 6:27-38)

SEAMOS UN REFLEJO DEL AMOR DE DIOS.

  • Permitamos que Dios purifique nuestras motivaciones y que Su amor sea derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu que nos fue dado (Romanos 5:5).
  • Permitamos que Dios nos ayude a mirar a las personas mediante Sus Ojos, para que veamos el valor que tienen y que les fue impartido por el precio que Él pagó por ellos.
  • Solo entonces podremos ministrar efectivamente como ministros del Nuevo Pacto.

CUALIDADES DEL AMOR DE DIOS

“4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido (“no se comporta con rudeza” NVI), no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” 1ª Corintios 13:4-7 RVR60

Los que ministramos los dones del Espíritu debamos crucificar a la carne y permitir que el FRUTO del Espíritu también sea evidente en lo que ministramos.

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. 26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.” Gálatas 5:22-26

Este mismo pasaje se continúa en Capítulo 6, y nos enseña cómo debamos restaurar a los que son hallados en un pecado. Enfatiza que NUESTRO PROPÓSITO NO ES CASTIGAR, SINO RESTAURAR Y RECONCILIAR. Y otra vez, nos amonesta considerar a nuestro propio corazón.

“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.” Gálatas 6:1

Juntamente con el amor, nos dice que tenemos que restaurarlos con “un espíritu de mansedumbre.” Mansedumbre (Strongs #4240, “praúteetos”). Significa “con humildad, apacibilidad, suavidad, y templanza.”

El confrontar al pecado en amor con el fin de reconciliar es solo una parte del ministerio profético. Dios quiere animar y edificar a Su Pueblo.

Dios quiere proclamar sanidad a los heridos y quebrantados de corazón, libertad a los cautivos, esperanza a los que no la tienen.

Dios desea impartir visión a los que no han podido ver cuál es el plan de Dios para sus vidas.

“18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor.” Lucas 4:18-19

Además, Dios desea identificar e impartir dones y unciones para empoderar a Su pueblo a ser más efectivos en representarle en la tierra. (1ª Timoteo 4:14).

Es fácil hallar pecado y debilidades. Pero los que son ministros proféticos deban poder ver en otros también su potencial, el tesoro, los dones y talentos que Dios les haya dado a cada uno y entonces proclamar un mensaje que les ministre vida.

Por Cliff Bell, © 16 de junio, 2017, editada y ampliada el 4 de junio, 2019.  Todos los derechos reservados.

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Las raíces de un ministerio fructífero y duradero – Parte 2

En la primera parte de esta enseñanza, descubrimos que un ministerio legítimo necesita más que dones activados y una unción. Por supuesto que debe de haber esas cosas, pero esas cosas en sí no es suficiente para producir un ministerio fructífero y duradero. Así como un árbol requiere raíces profundas y bien desarrolladas para alcanzar su potencial, producir el fruto esperado, y poder aguantar las tormentas de la vida, un ministerio verdadero necesita raíces también.

Otra analogía que pudiéramos utilizar es de un edificio. Se requiere más que ladrillos, paredes, y techo.  Si no tiene un fundamento, no podrá ser duradero.  Con la primera lluvia fuerte el edificio se debilitará y en tiempo se caerá.  Si acaso viene un temblor, durará menos tiempo.

Cuanto más alto el edificio es, más profundo y fuerte tiene que ser el fundamento. Cualquier ministerio que es una amenaza al enemigo recibirá resistencia y ataques.  Los ministerios que no tiene su fundamento en orden no aguantarán.

Uno puede sostener la apariencia del éxito ministerial por un tiempo corto con unas “fachadas.”  Me refiero a las “fachadas” de música conmovedora, una personalidad carismática, con gritos, la habilidad de hacer un show y de entretener a la gente.

Hasta los del mundo pueden reunir a una audiencia con un buen show, y pagarán para verlo. Pero no medimos el éxito espiritual por el tamaño de la audiencia ni de las ofrendas generadas.  Si no están las raíces, el fundamento correcto, no estará presente la sustancia que produce vidas edificadas ni transformadas, y faltará la unción verdadera que pudre los yugos del enemigo.

Desgraciadamente, hay muchos ministerios que apenas tienen fachadas, una apariencia exterior de vida, pero al examinarlo de cerca, no hay fundamento ni sustancia. Estos ministerios, tarde o temprano, vendrán para abajo hiriendo a muchos en el proceso.  ¿Acaso usted no lo ha observado?  No vuelva usted una estadística de fracaso.  Invierte en desarrollar a sus raíces ministeriales y personales.

Ya hemos examinado las raíces de la INTIMIDAD CON DIOS y el ESTUDIO BÍBLICO sistemático y consistente. Ahora vamos a examinar la raíz de las relaciones sanas.  

RAÍZ 3 – Relaciones sanas con otros.

Ya hemos hablado de nuestra relación con Dios (la intimidad con Dios). Pero un ministerio que permanecerá también se requiere relaciones claves con otros, relaciones sanas y en orden.

Al diablo le es de mucho beneficio cuando hay cristianos, matrimonios o grupos de cristianos (iglesias) llenos de conflicto, ofensa, y división.  Los demonios tienen una fiesta en donde existen esas cualidades en la atmósfera o en un corazón.  El diablo sabe que tales personas o ministerios son contaminados por su ofensa y por su amargura (Hebreos 12:15), y vulnerables a toda clase de influencia demoníaca.

Estos cristianos contaminados están engañados si piensan que pueden funcionar como ministros de reconciliación (2ª Corintios 5:18). En vez de ser una luz en la comunidad, traen vergüenza al Nombre de Cristo.

Si no hay arrepentimiento y sanidad, en tiempo vuelven voceros de demonios: pensando que están profetizando, lanzan adivinación y maldiciones. Sus jóvenes vuelven enfadados y corren de la iglesia pensando que Dios es así (Hebreos 12:15) porque Le hemos mal representado.  Sí, al diablo le encanta esa clase de cristiano.

Por otro lado, Salmo 133 nos revela que en donde hay unidad también viene la bendición de Dios.  Por eso es tan importante guardar en orden nuestras relaciones.

LA PRIMERA RELACIÓN ES CON SU ESPOSA (o si usted es mujer, con su esposo). Bíblicamente tenemos apenas dos relaciones que son de pacto sagrado: la primera es con Dios y la segunda es nuestro matrimonio. Para un ministerio fructífero y duradero nuestras prioridades tienen que estar en este orden:

  1. Dios es siempre Primero.
  2. Matrimonio
  3. Familia
  4. Ministerio

Si nuestra relación con Dios sufre, entonces nuestras demás relaciones sufrirán. Pero tenemos que poner el matrimonio y la familia ANTES que nuestro ministerio.  Si el matrimonio está enfermo, el ministerio también volverá “enfermo,” anémico espiritualmente.  Es igual con la familia.

Tenemos que invertir en nuestro matrimonio.  Somos seres humanos, y cometeremos errores. Un matrimonio sano es uno en el cual ambos han aprendido a comunicarse frecuentemente y abiertamente, a perdonar mucho, a orar juntos, y a buscar juntos el rostro de Dios. Un esposo sabio invierte tiempo con su esposa; es bueno si trabajan o ministren juntos, pero también es necesario tomar tiempos de refrigerio juntos.

Yo he conocido a muchos ministros que se dedicaron tanto al ministerio que descuidaron a sus familias. Muchos de ellos terminaron en divorcio, con hijos desviados, o peor.

No hay caso tener a un ministerio grande si su familia termina destruida y sus hijos en el infierno.

La familia es la primera institución que Dios creó, ANTES que la Iglesia y el ministerio.  El matrimonio es una figura profética de la relación entre Cristo y Su Iglesia, y tenemos que invertir en ello.

Ningún ministro, ningún pastor o apóstol o profeta es El Mesías. Usted no puede hacerlo todo y salvar a todo el mundo.  Dios nunca nos llamó a hacerlo todo a solas.  La carga del mundo entero no está apenas sobre sus hombros.

  • El mejor regalo que puede dar a su esposa es amar a Dios con todo su corazón y buscar agradarle. Esto incluye amarla a ella tal como Cristo ama a la Iglesia y dio Su Vida por ella.
  • El mejor regalo que puede dar a sus hijos es amar a su esposa. Doy gracias a Dios por el ejemplo que me dieron mis padres, el del amor para toda la vida.
  • El mejor regalo que puede dar a su congregación es el ejemplo de un matrimonio sano y una familia sana.

Naciones discipuladas inician con familias discipuladas.   El que sacrifica a su familia sobre el altar del ministerio arriesga perder las dos cosas.

Una necesidad vs. la tarea asignada – Yo he sido criticado por algunos por no viajar y ministrar tanto como ellos. Pero doy gracias a Dios que mi familia está en orden y mis hijos aman a Cristo y buscan servirle.  Aprendí que Dios no me pidió desgastarme respondiendo a cada necesidad.  Dios me llamó a obedecerle y cumplir las tareas que Él me haya asignado.  Cristo no respondió a cada necesidad cada vez. No sanó a cada enfermo cada vez.  Cristo hizo lo que Su Padre Le pidió hacer.

LA SEGUNDA RELACIÓN ES CON NUESTRA COBERTURA ESPIRITUAL.  Cada ministro, aunque sea un apóstol o profeta maduro, necesita cuidado pastoral, alguien a quien rendir cuentas.  Los ministerios que insisten a seguir como independientes tarde o temprano terminan con problemas serios.

Si usted no tiene con quién confesar una debilidad o una lucha y pedir ayuda, oración, o consejo usted es un blanco al enemigo.  2ª Corintios 4:7 nos asegura que Dios ha puesto el tesoro de su gloria en vasos de barro.

Todos somos hechos de barro y necesitamos ayuda de vez en cuando. Si usted no me cree, pregúntale a su esposa o a sus hijos (si no les tiene entrenados a decirle apenas lo que desea oír).  Su familia no está ciega ni tonta, están conscientes de su barro, pero le ama y el amor cubre una multitud de errores.  Si usted se humille y les pida ayuda, no solamente le ayudará, le respetará más. Usted será aún más fuerte y noble en sus ojos. 

Me acuerdo de un ministro de renombre que en su día tenía uno de los ministerios más grandes del mundo, pero cayó en adulterio. Él se había dado cuenta que se estaba resbalando, pero no buscó a nadie.  Comentó después, “yo no tenía nadie con quién platicar.”

La realidad es que ese ministro sí tenía una autoridad, pero se consideró superior a su autoridad por causa de sus logros y audiencias grandes. Se había rodeado de los que nunca expresaba una opinión opositora y  que podía manipular.  Sí tenía con quién hablar, pero no aprovechó de ello. En su orgullo, no deseando que nadie vea que no era perfecto, se aisló.

Cuando todo vino a luz, aquel ministro no se sometió al proceso de restauración que le dio su autoridad porque tenía mentalidad de orfandad en combinación de un complejo de “El Mesías.” Dijo, “si me bajo del púlpito, aunque por un par de años, el mundo se irá al infierno sin mí.”  Que tremendo engaño y soberbio.

Uno puede tener un buen padre espiritual, pero si piensa como huérfano no le podrá reconocer ni responder a su autoridad.  No es una cuestión siempre de la falta de padres verdaderos. También tenemos que aprender a ser hijos verdaderos, a comunicarnos, a ser humildes y corregibles, a pedir ayuda en los tiempos de necesidad. El ministerio de aquel hombre nunca se recuperó completamente.  Yo he visto a esta misma historia triste volver a repetirse una y otra vez.

Una buena cobertura espiritual ofrece:

  1. Un ejemplo que seguir (1ª Corintios 11:1).
  2. Una visión que promover (Colosenses 2:6).
  3. Una unción que recibir y ministrar a otros (1ª Timoteo 4:14; 2ª Timoteo 1:6).
  4. Una autoridad legítima delegada. El que no está bajo autoridad no tiene autoridad. (Juan 12:49). La definición de “autoridad” implica que uno ha sido autorizado por otro. Si piensa usted que Dios es el Único que le reconoce, está caminando sobre hielo delgado.
  5. Una identidad y una familia a la cual pertenecer (Lucas 1:63-64). Fuimos creados para ser miembros de una comunidad cristiana, una “familia ministerial” así como es ilustrada por la Tribu de los Levitas, y las familias sacerdotales bíblicas.
  6. Un respaldo espiritual en intercesión y la guerra espiritual (Colosenses 1:3; Lucas 22:31-32).
  7. Una sinergia en las oraciones mediante el poder del acuerdo (Mateo 18:19; Deuteronomio 32:30).
  8. Consejo bíblico cuando hay confusión (Hechos 15:23-29).
  9. Un líder o “padre” espiritual, alguien a quién se pueda acudir para resolver un asunto, y que puede servir como un mentor (Deuteronomio 19:15; 2ª Tesalonicenses 2:11; Filipenses 2:19-22).
  10. Corrección y disciplina administradas en amor cuando es necesario (Hebreos 12:7-8).
  11. Y muchos otros beneficios más.

EN TERCER LUGAR, LAS RELACIONES CON OTROS MINISTROS.

Tenemos que asegurar que nuestras relaciones con otros ministros también son sanas.  Aunque pertenezcan a otra denominación o red ministerial, si son cristianos somos hermanos y trabajando para el Mismo Dios. Puede haber diversidad de estilos, de métodos, y tal vez no estamos de acuerdo con cada puntos doctrinal (me refiero a doctrinas no esenciales a la salvación), pero podemos respetar y honrar el uno al otro en la unidad de la fe.

Cuando permitimos divisiones, la ofensa, el rencor, celos, la sospecha u otra cosa afectar a nuestras relaciones con otros ministros, nos contamina y entristece el Corazón de Dios.  Además, frena o limita el avivamiento en la ciudad.  No estamos en competencia.  Si estamos en Cristo, estamos en el mismo equipo.  Cuando mi hermano mete un gol para el Reino de Dios, si Cristo es glorificado, todos ganamos.

Si otro cristiano marca un círculo en la tierra para excluirle a usted, entonces haga usted un círculo más grande para incluirle a él. Sonríe.  Determine ser un agente de reconciliación y de unidad.

EN CUARTO LUGAR, NUESTRAS RELACIONES CON LOS INCRÉDULOS.

Romanos 12:18 dice, Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.”

Sobre todo nuestro testimonio delante del mundo tiene que reflejar los valores del Reino de Dios.

Conozco de pastores que nunca hablan con el regidor ni con el acalde al menos que quieren pedirle un favor.  Ni siquiera toman el tiempo para orar por ellos.  

Nosotros somos mandados a orar por aquellos que están en autoridad civil y a procurar la paz, el bienestar, de ellos y a la ciudad (Jeremías 29:7). Dios quiere que Su Iglesia sea como una ciudad asentada sobre un monte y que bendiga a la ciudad con la Luz de Cristo, las buenas obras, la compasión y la generosidad.

¿Cuál es el testimonio o la imagen que tiene usted y su ministerio delante los líderes de la ciudad?

¿Con sus vecinos? 

¿Pueden ver a Cristo en usted?

Parece que voy a tener que continuar con las otras dos raíces en una tercera parte. Entre tanto, si Dios le habló por medio de esta enseñanza, toma usted unos minutos para responderle.

  • Si el Espíritu Santo le trajo convicción, arrepiéntase.
  • Haga una cita con su esposa.
  • Planea un tiempo para disfrutar con sus hijos.
  • Pida a Dios una estrategia divina para reconciliar con aquel hermano con quien quedó una ruptura.

Por Cliff Bell, © 18 de agosto, 2018, Todos los derechos reservados.

Para leer desde la 1ª Parte de esta enseñanza, sigue este enlace:

Las raíces de un ministerio fructífero y duradero / Parte 1

Para leer la 3ª Parte de esta enseñanza, siga este enlace:

Las raíces de un ministerio fructífero y duradero – Parte 3

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